Manuel Cuenya es uno de los grandes en el mundo de las letras que tenemos actualmente en este país. Le ubicamos geográficamente en León, pero solo por decir algo, dado que él es viajero incansable además de periodista, escritor y… bueno, mejor os dejo leyendo.

Grande Manuel.

 

 

 

M.: He encontrado muchas referencias y enlace a tu trabajo por internet, aún así, si te parece, coméntanos un poco por encima quién eres y a qué te dedicas.

MC: Nací (o me nacieron) en el útero de Gistredo, Noceda del Bierzo, donde las ninfas se arrullan en las aguas de esta bella población situada en el Bierzo Alto (provincia de León).

Podría decir que soy un forjador de palabras, un herrero o ferrón, viajero en busca de emociones, nómada tras esencias. Me dedico en cuerpo y alma a la escritura y a la enseñanza. En la actualidad, después de una intensa etapa como profesor y coordinador en la ex-Escuela de Cine del Campus de Ponferrada (Universidad de León), imparto clases de Artes Escénicas y Escritura creativa. Y colaboro con diversos medios de comunicación, entre otros, La Nueva Crónica y el periódico digital ileon.com, donde tengo una sección, La fragua literaria leonesa, dedicada a autores y autoras de la provincia leonesa. He escrito algunos libros como Viajes sin mapa, Trasmundo, Vocabulario de Noceda del Bierzo, Guía de Bembibre, El Bierzo y su gastronomía o La fragua de Furil. Figuro en una Antología de Relatos Originales y soy coautor de Las edades del Bierzo. Asimismo, edito, a través del Colectivo Cultural La Iguiada, una revista cultural, La Curuja: http://nocedadelbierzo.com/la-curuja/ y tengo un blog: http://cuenya.blogspot.com.es/ (Bierzo, aldea universal), que siempre procuro mantener actualizado.

 

M.: Escribes columnas pero no siguiendo el estilo periodístico clásico ni plano, tus artículos son casi relatos.

MC: Escribo columnas semanalmente y desde hace ya muchos años. Comencé como columnista en Diario de León, llegando a hacer dos columnas semanales, y desde hace algo más de un año soy colaborador de La Nueva Crónica, un jovencísimo y dinámico periódico en el que me siento muy a gusto. ¿Te parece que mis artículos son casi relatos? Qué bueno, me encanta que me lo digas porque me gusta mucho el género de los relatos y los cuentos (inolvidables el genio Pereira o el gran Rulfo, entre otros), incluso de los microrrelatos (ahí está el maestro Tito Monterroso o mi amigo berciano, Fermín López Costero). Uno mismo ha escrito algunos relatos y/o cuentos. Trasmundo es un libro de relatos, ambientados casi todos en el Bierzo y reeditado por ebooksbierzo. Como curiosidad, debo decir que imparto cursos de composición de relatos tanto en la Universidad de León como en el Centro de Artes Escénicas de Ponferrada.

M.: La fragua de Furil reúne columnas varias publicadas en el Diario de León, pero ¿qué hay de Viajes sin mapas y tus otras obras?

MC: La fragua de Furil, como bien dices, es un libro de artículos con el que me siento muy satisfecho, que fueron publicados en el Diario de León. Tuve la ocasión de presentar La fragua, además de en Ponferrada, León, Madrid, Bilbao o Coruña, en el Instituto Cervantes de Marrakech, ciudad por la que siento devoción. Aprovecho para mandarle un saludo a su antiguo director Vicente Luis Mora, que por cierto es escritor. De La fragua de Furil me gustaría destacar el prólogo que me dedica el colega argentino-berciano Eduardo Keudell: “…en persona, o en texto, Manuel Cuenya tiene esos aires de acá y de allá, como de todos los caminos de horizontes fugitivos que Atahualpa Yupanqui poetizó tan bien. Uno se alegra de que se reúnan sus textos en un volumen, porque es como llamar al viajero a un poco de reposo para que nos cuente de los valles, las montañas, los mares y desiertos, de los hombres y mujeres que habitan esos mundos con la secreta esperanza de amar”.

Viajes sin mapa es un libro de viajes, como su título indica, que relata una serie de viajes por diferentes lugares del mundo, que los lectores y lectoras actuales reconocen y en los que se reconocen, porque los destinos no son especialmente rebuscados: Marruecos, El Cairo, Roma, Lisboa, París, la Europa del Este, Buenos Aires o La Habana, entre otros. Una visión, espero, personal y particularizada de estos espacios, algunos de los cuales le son familiares al autor por haber viajado en varias ocasiones a los mismos, incluso por haber vivido en ciudades como París.

Trasmundo es -según el escritor y periodista Valentín Carrera- Noceda, laderas de Gistredo y Catoute, Bierzo Alto, en estado puro. “Delicioso el monólogo interior de Chano Cabarcós, Duende leonés, y trágico el final presentido e inevitable de Gertrudis Fabero. Cáustico y divertido, Manuel Cuenya muestra poca compasión por sus personajes: no los salva, allá cuentas, amigos, es vuestra vida, condenados a limpiar las bacinillas de Rosaura y Veremundo. Demoledora la vida de Gurrispín en el colegio de Vega de Espinareda, Entre ánimas en pena, entre sotanosaurios de aliento fétido y pedagogía podrida, un guión para Almodóvar. ‘La vida no es cuento, aunque lo parezca’”.

 

M.: Hay escritores como Salgari o Julio Verne que, sin viajar prácticamente, escribieron las grandes novelas de viajes. Me llama la atención que buena parte de tu obra, a pesar de haber visto tanto mundo, siga centrándose en lo propio, lo cercano, ¿qué opinas?

MC: En primer lugar,  me entusiasman Salgari y Verne, a quienes leí bien pequeño en aquellas ‘Joyas literarias’, que tanta influencia ejercieran en mí. Los viajes y la literatura de viajes son mis pasiones. Me encanta viajar, a ser posible ligero de equipaje, mochila al hombro, y me entusiasma la llamada literatura de viajes y aun el periodismo de viajes. Por cierto, acabo de terminar un estudio introductorio dedicado a los ‘Diarios de viaje’ por Europa, una obra desconocida de Gil y Carrasco, el escritor romántico de Villafranca del Bierzo. Esta obra se reeditará, en el 2015, con motivo del bicentenario de su muerte. Y formará parte del gran proyecto conocido como la Biblioteca Gil y Carrasco: http://www.bibliotecagilycarrasco.com/ que, gracias al escritor-viajero Valentín Carrera, está ya en marcha.

Viajar siempre resulta estimulante e instructivo, y ayuda a dejar de mirarnos el ombligo y a quitarnos la caspa. Incluso nos enseña a situar los países en el mapa, y las ciudades en el lugar exacto. Si bien, reconozco que ha habido grandes escritores de viajes sin moverse prácticamente de su asiento, me encanta viajar desde que tengo uso de razón. A este respecto, te dejo este enlace: http://cuenya.blogspot.com.es/2009/11/literatura-de-viajes-tardes-de-autor-en.html En España contamos con estupendos escritores viajeros como Julio Llamazares, Ramón Carnicer, Juan Goytisolo o el Nobel Cela.

En cuanto a que buena parte de mi obra se centra en lo propio, lo cercano, me parece que tienes razón porque uno escribe sobre lo que conoce o cree conocer. Y la tierra, lo familiar, es algo que brota de un modo natural. No obstante, me gusta conocer otros mundos, otras culturas, acaso para confrontarme con la realidad más inmediata, el entorno más próximo y, por supuesto, para darme cuenta, una vez más, que nada de lo humano nos es ajeno. Y que un arriero maragato, pongamos por caso, tiene su equivalente u homólogo en un gaucho argentino o un nómada del Sáhara. A fin de cuentas, “lo universal es lo local sin paredes”, como nos dijera Miguel Torga, otro grande de las letras.

 

 

M.: La cantera leonesa es extensa, pero también destaca la berciana.

MC: La cantera literaria leonesa (incluida la berciana) es extensa, fecunda, verdaderamente interesante. No en vano, vengo realizando, desde hace años (en un inicio en Diario de León y en la actualidad en ileon.com) una sección de reportajes-entrevistas, La fragua literaria leonesa, dedicada a autores y autoras de la provincia de León. Y puedo asegurarte que hay una buena nómina, además de los consabidos y consagrados escritores leoneses como los académicos Mateo Díez y Merino, o bien Juan Pedro Aparicio, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Antonio Pereira, Juan Carlos Mestre, entre otros.

Hay una nueva generación de narradores y poetas con un excelente futuro, tanto en el Bierzo como en el resto de la provincia de León. Si comenzara a dar nombres ahora, me temo que se convertiría en una lista cuasi interminable. En tu tierra valenciana viven al menos dos buenos poetas y narradores originarios del Bierzo, Pilar Blanco y César Gavela.

M.: ¿Qué crees que ayudan más al escritor actual si pretende vender su obra, las redes sociales o el boca a boca?

MC: Todo ayuda, siempre que se tengan muchos y buenos contactos. Pero salta a la vista, es innegable que las redes sociales, como el Facebook o el Twitter, contribuyen a dar a conocer a los autores y autoras como nunca antes se vio. Y son herramientas extraordinarias tanto para publicitar como para vender la obra.

M.: También eres docente, ¿qué enseñas?

MC: En realidad, soy docente desde que era casi un jovencito porque comencé a impartir clases a niños y niñas, y aun adolescentes, durante los veranos, cuando comencé a estudiar en la universidad. Y fui lector/profesor de español en Francia durante mi etapa como Erasmus en la Universidad de Borgoña (Dijon), donde uno de mis maestros literarios, Henry Miller, impartiera clases de inglés, como figura en su Trópico de Cáncer. Bueno, Miller impartió clases en el Lycée Carnot de la ciudad de la mostaza. Y uno dio clases de español en el Lycée Les Arcades y también en Dijon Langues. A partir de estas experiencias, decidí que la docencia era otra de mis maneras de estar en el mundo, que no he dejado de cultivar, aunque a decir verdad prefiero aprender que enseñar, o aprender enseñando. También he enseñado en México y en España. Estuve durante casi una década como profesor en la ex Escuela de Cine de Ponferrada (una aventura que daría para una novela gorda, perdón gruesa) y ahora imparto clases en la Universidad de la Experiencia (Universidad de León), entre otras de teatro (materia práctica), con la consiguiente escritura y representación de una obra de teatro todos los cursos. Me apetece mencionar que en el 2010 nos seleccionaron para participar en el Primer Certamen Nacional de Teatro para Mayores convocado por la Universidad de Alicante, y allá que nos fuimos. Con notable éxito. Todo hay que decirlo.

Aparte del teatro, también imparto y he impartido otras materias como Medios de comunicación, Artes Escénicas (materia teórica), cultura Iberoamericana… además de talleres de escritura creativa, tanto para mayores como para jóvenes.

M.: Tengo una teoría sobre los bloggers y la muerte del periodismo. Dicen que ahora el oficio está en desuso, que las mismas redes sociales son las redacciones del futuro donde los rumores corren como pólvora y llegan a cada rincón del planeta sin necesidad de editores, ¿es el periodismo un oficio cuya cuenta atrás está en marcha?

MC: El periodismo como tal nunca morirá mientras el poder (El Gran Hermano-Telepantalla) vigile y controle a las masas. Y el periodismo también está bajo control. Para qué vamos a engañarnos. Aunque siempre habrá periodistas intrépidos e intrépidas, capaces de luchar con uñas y dientes para ejercer su libertad de expresión por encima de todo. Es evidente que las redes sociales cumplen una función magnífica como “redacciones del presente/futuro… sin necesidad de editores” pero el periodismo seguirá existiendo.

M.: ¿Dónde se escriben las novelas, en despachos o en servilletas y sobrecitos de café?

MC: Cada cual escribe donde puede y le dejan (o se deja a sí mismo, qué cosas). Y cada maestrillo o maestrilla tiene su librillo. Hay quienes prefieren la soledad de una habitación y otros (otras) que se sienten felices y satisfechos escribiendo en otros espacios menos íntimos. Como quiera que sea, lo importante es que el resultado sea aceptable, bueno o sobresaliente. Decía el Nobel Gabito que lo ideal para escribir sería una isla desierta en silencio por la mañana y una gran ciudad con mucha marcha, llena de alcohol, amigos y juerga, por la noche.

M.: ¿Dónde escribes tú?

MC: A decir verdad, yo escribo en cualquier sitio, si tengo algo que contar en ese momento, pero suelo escribir en casa aunque también me encantan las bibliotecas para escribir porque es como si uno estuviera en contacto con todos los libros, que así es en realidad.

M.: ¿Qué opinas sobre la piratería y el tema de las publicaciones digitales?

MC: La piratería es algo terrible, como su nombre indica, porque el escritor vive (qué ingenuidad) o debería vivir (esa es la aspiración) de su escritura. Es habitual -a mí me ha ocurrido, más a menudo de lo que quisiera-, que el personal (incluso algunos periódicos, lo que resulta ciertamente aberrante) te afane textos y sobre todo fotos como si fueran de su propiedad, sin pedirte permiso, con un rostro que se lo pisan (bueno, te lo pisan a ti, qué vaya cara de gili se te queda, cuando te enteras del marrón).

En cuanto a las publicaciones digitales, me parecen fundamentales en esta era digital, un modo de dar a conocer tu obra, aunque no te comas ni un rosco económico, que ya jode, pero que todo sea por que tu obra sea leída más allá de tu aldea, de tu entorno más inmediato. Y, por supuesto, lo digital se impone a marchas forzadas tanto en el periodismo como en la literatura, además de en la fotografía y en el cine. Los puristas hablan del papel, del celuloide… pero lo digital es el presente. Vivimos en un mundo virtual. Bueno, yo quiero seguir tocando y sintiendo, oliendo, saboreando la literatura/vida en su estado puro, me vale en estado real, con los cinco sentidos, y aún más. Escribir con sensorialidad. Qué maravilla.

M.: Un consejo a los nuevos escritores.

MC: Más que consejos, me atrevería a decir que la escritura es una vocación, y como tal debe vivirse, un modo de ser y estar en el mundo, y cuando se cree de verdad en el poder de las palabras, pues se pueden mover montañas. O al menos se mueve y remueve el interior de uno mismo. Que cada cual debe tomar su camino, ya sea la poesía, la narrativa, el ensayo… incluso otros caminos, centrarse en lo que de verdad uno quiere y desea, escribir y escribir, lo mejor sería escribirlo todo, como quisiera Sartre en su Náusea. “Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para comprenderlos. No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque parezcan fruslerías”. Escribir no sólo para intentar entender el mundo en qué vivimos, sino para entendernos a nosotros mismos en ese contexto. Para contar la verdad, aunque sea a través de la ficción, para hablar de lo bello/bueno, para revelar los misterios ocultos del subconsciente, para profundizar en el alma del ser humano. Algo así.

 

M.: ¿Dónde podemos seguir tu trabajo?

MC: Podéis seguirme en los medios que antes señalaba, como La Nueva Crónica:  http://www.lanuevacronica.com/ También en ileon.com o bembibredigital.com, entre otros, además de en mi blog: http://cuenya.blogspot.com.es/, o en esta web: http://nocedadelbierzo.com/ dedicada a Noceda del Bierzo y la revista La Curuja. 
Y, por supuesto, en redes sociales como Facebook y Twitter.

 

 

MC: Me ha gustado contestar a estas preguntas. En realidad, me encanta escribir y responder, siempre que puedo, a lo que se me plantea, porque eso me ayuda a entenderme más y mejor. Y por ende espero que estas respuestas despierten la curiosidad a mis posibles lectores y lectoras.

 

http://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2014/12/photo.php_.jpghttp://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2014/12/photo.php_.jpgMiriam AlonsoLiteratura
Manuel Cuenya es uno de los grandes en el mundo de las letras que tenemos actualmente en este país. Le ubicamos geográficamente en León, pero solo por decir algo, dado que él es viajero incansable además de periodista, escritor y... bueno, mejor os dejo leyendo. Grande Manuel.       M.: He encontrado muchas...