Inicios del 2000, época dorada del rap mainstream en nuestro país. El «panorama», los supergrupos, los sellos discográficos de rap, la Hip Hop Nation…un movimiento musical explotaba al fin y empezaba a recoger sus frutos. Todo, eso si, dominado por una forma de hacer las cosas de la cual era complicado salirse. Hablamos hoy de uno de los grupos que se desmarcó de aquello.

Rush y Cientifico, o lo que es lo mismo, Perros Callejeros, no aparecieron de la nada. Ya les dediqué una entrada hace 3 años, cuando empezó mi manía de escribir sobre lo que escuchaba, y no pude evitar hablar de ellos, al igual que no puedo evitar ahora volver y tratarlos como lo que fueron, artífices de los primeros coletazos de ese sonido underground que desde hace tiempo ha conquistado el puesto antes reservado a las «vacas sagradas». El recopilatorio «Hip Hop solo en Español II«, punto de origen, era un manual de inicio a la cultura, y entre las canciones de VKR, Frank T, Ari y compañía asomaban unas estrofas que para algunos cambiarían el juego para siempre:

«Roberto es un yonki del barrio, ex-presidiario,

fuma mas de un gramo diario pero no piensa en dejarlo.

No es de la heroína de lo que esta harto, es de su vida,

pillar esa mierda, fumar esa mierda, es su rutina.»

Storytelling, nivel maestro. Una demostración de que no todo era el hardcore, de que aparecían las nuevas formas, los nuevos estilos, a la postre con mas autenticidad y filosofía de lo que se cocinaba, una evolución donde las temáticas de calle entraron para quedarse. Todo criticado por los defensores de que el rap en España no tenia porque sonar «tan americano» (que le pregunten a Chirie Vegas) pero que a largo plazo han quedado retratados. Cada uno está en su sitio.

Eran los inicios del nuevo milenio y el camino era el lógico: demos, temas sueltos, maquetas, colaboraciones… travesía por el desierto dejando ya trazas de lo que seria su estilo («Yo no me vendo») y donde Científico ya mostraría lo que supone su modus operandi, sonido old school, cargado de sampleos y estrictamente hip-hop,bombo y caja. Ya en esos años, andaba en otros proyectos como fue el primer trabajo de Chinorro, a la postre referente olvidado del movimiento, aun habiendo sido una referencia capital para muchos de los emcees actuales. Se puede observar, de hecho, que uno de los temas de Chinorro, «Dirty Cash«, comparte instrumental con otro de los primeros de Perros Callejeros, «Puto dinero«. La temática, obviamente, también es compartida, pues el dinero pasaría a ser un elemento de referencia de las líricas del grupo: «Cuanto más tengo más quiero».

Y en 2002 prendió la mecha, con la aparición del primer maxi del grupo, 4 canciones de las cuales 2 aparecerían en el ya citado recopilatorio. Discos Revelde fueron los encargados del lanzamiento y la sensación para muchos fue inmejorable, las atmósferas jazzisticas de Científico se acoplaban perfectamente a las rimas de Rush, sutiles y cuidadas, repletas de mensaje encriptado y dobles sentidos que hacían necesario un buen análisis posterior para disfrutar plenamente el trabajo, «lenguaje de camuflaje». Todo esto es importante teniendo en cuenta que estamos en 2002, los años del «liricista en el tejado» y las temáticas de calle y el sonido diferente sorprendieron a propios y extraños, incluyendo a un servidor. Y no fueron los únicos, en esos mismos años se juntaron diversos grupos realizando propuestas alternativas que han compartido el ostracismo en su momento, y el reconocimiento años mas tarde: Hermanos Hermeticos, Chinatown, el ya citado Chinorro, Chirie Vegas y el resto de GP, Mitsuruggy

Declaración de intenciones con clase, se consigue sacar brillo a la vida del barrio, aportarle una elegancia y sobre todo un orgullo que destacaría, repleta de historias que todos conocemos pero que nunca nadie había contado con tanto estilo. La vida es dura, en el Bronx, en Lima o en un barrio de Madrid, y eso es lo que me trasciende de las rimas de Rush, la certeza del sufrimiento y el pesimismo reinante en nuestra condición (actualmente no ha cambiado mucho) se cuenta magistralmente mezclado con la fantasía de salir del hoyo y la capacidad para conseguir sobrellevarlo con una sonrisa. Al final, siempre ha consistido en lo mismo, el rap es la CNN del barrio, contando las historias reales de la gente real, no los dramas de Felipe y Letizia. Las sentencias son atronadoras, en su simpleza y en su contenido, ya sea en la presentación «Alter ego» o en la elegante «Matemáticas de calle«. Por encima, ya subjetivamente, queda la genialidad llamada «Contradicción» ( entre risas y porros pierdes tu honor», «la masturbación llena el vacío interior») cargada de ironía y, por supuesto, esa «Vidas perras» con la que he abierto el articulo, basado en 3 historias (un yonki, una comebolsas y un dealer) que son día a día de cualquier barrio, relatos que entran directamente a la cabeza del oyente cargados de ironía y de esa sensación de estar encerrado que embriaga en estos ambientes. Real como la vida misma.

«Hombre pobre, sin ambición. Contradicción»

El siguiente capitulo, y a la postre último, prometía confirmación de algo que ya sabíamos, y no se hizo esperar demasiado. 2005 fue el año del lanzamiento de «Perdedores del barrio«, en esta ocasión de la mano de BOA, que ya por esos años iba ganando terreno frente al resto de discográficas de hip hop patrio. El trabajo en sí, fue una continuación de lo que habíamos escuchado antes, pero mas madurado, una reafirmación de su estilo y de las características que llevaban años demostrando en maquetas, conciertos y colaboraciones, lo que a la postre se podría definir como el crudo estilo de la capital, underground por definición.

«Y porque a mí, me pregunto intentado huir.

Aun así sigo, por el camino torcido, con paso decidido.

Amigos y enemigos, genios y necios, a veces no los diferencio.»

Mas oscuro, mucho mas ácido y, sobre todo, mucho mas explícito. Desencantados quizás, pero manteniendo un orgullo absoluto por lo que están haciendo, conocedores de que el gran publico no esta preparado todavía para lo que tienen que decir y la forma que tienen de decirlo, pero merece ser escuchado. Ya simplemente la introducción del trabajo es una bofetada en la cara y una expresión desnuda de las cartas que habían venido a jugar, « Paga lo que cuesta esta mierda«. Cambia la voz, la expresión, mucho mas seria si cabe,e incluso hay una variación en la entonación, todo ello lleva a un sonido mas definido, reflejando la continuación de una evolución de ambos, tanto musical como, quien sabe, profesional. Rush se vuelve único, desmarcándose con rimas rotundas, sucio y crudo, mientras que Cientifico llega a un nivel de producciones que en contadas ocasiones se habían visto por estos lares, dándole una importancia capital al buen gusto en el sonido y al scratch como elemento indispensable, eligiéndolos de manera primorosa y adaptándolos a cada canción según el sentimiento o mensaje que intenta transmitir. Influencias del jazz, soul, funk, y todo el rap noventero de los states por igual (principalmente Nueva York), conforman un manto sonoro que envuelve al oyente y da dignidad y trasfondo a los raps de Rush, un marco donde las rimas se amoldan y demuestran una compenetración como los duos clásicos de MC+DJ de toda la vida.

Todo el trabajo es un conjunto, un concepto, del titulo a las colaboraciones, unificando a bastantes de los artistas que confluían en sonido con los de Tetuán. «Perdedores del barrio» no es un titulo escogido al azar, refleja generaciones enteras de chavales alineados en los barrios de extrarradio, su historia y la de tantos en la agonía de las calles. Sufrimiento, frustración, bien de palos y expectativas incompletas, subidas canceladas a falsos cielos y multitud de caídas a los infiernos, que haberlos hay muchos: cárceles, manicomios, pobreza, depresión o, simplemente, la sensación de estar encerrado en el pozo y no tener demasiadas opciones de salida, alineación al fin y al cabo. Es Madrid, Tetuán, en inicios del nuevo milenio, pero 15 años antes o 15 años después, ahora, no ha cambiado nada, no tiene un marco fijo, consigue la atemporalidad, una de las cosas que hacen grande a este disco.

«Buscadores de oro que solo encuentran barro, perdedores del barrio.»

Desde luego el toque es más intimista. Mi sensación es que las demos y el maxi son una tarde en el banco del parque, un viernes, mientras que lo posterior ya es un callejón solitario a las tantas de la madrugada, oscuridad, tristeza y todo tapado por la niebla de domingo. «Con poco más que miseria y mierda». Canciones como «Avanzar, no hay mas» con el sampleo en el estribillo del «My mind playin´ tricks on me» de Geto Boys es un perfecto resumen,  con la formula básica de usar el arte como elemento para soltar las heridas de la cotidianidad, mecanismo de liberación y expresión cultural, consiguiendo con ello llegar a un optimismo orgulloso, sombrío quizás, pero muy orgulloso. Atrás queda el rap de competición, ya ganada de antemano, «Formulas de combate«y «Estoy muy lejos» se desarcan y demuestran que la competición es solo contra ellos mismos en una lucha por mejorar y superarse. El disco es expresión personal y del propio estilo, el resto queda apartado en un rincón.

«Los recuerdos de la infancia se suicidan,

se tiran al abismo de mi mismo.

Interiorismo como Aaron y Emilio.»

No faltan colaboraciones aquí, y todas enmarcadas en la misma ola. Sr Rojo aporta su mirada de la capital y trata las copias y los corta-pega en «Rap clones» con su sentido crítico habitual, con la autenticidad por bandera, «mi estilo resalta entre la mediocridad general». Reunión de veteranos, porque Rojo lo es, al igual que Cano, que con su seriedad aporta 2 colaboraciones incluyendo el hit da titulo al trabajo. Serna, Grazzhoppa (volviendo a dar importancia al trabajo del pinchadiscos) y los tan odiados Madrid Pimps, los cuales podrán tener todos los defectos del mundo, pero a Trad y compañía una cosa no se les puede negar, ser los pioneros en nuestro país cerrado de miras en traer el sonido de Houston y el denostado sur. Es muy fácil ahora, cuando cualquiera mete un fragmento de screwed n´chopped en su trabajo y ya todo el panorama sureño ha salido a la luz, pero apostar como apostaron ellos en aquellos años por una propuesta tan arriesgada es digno de elogio, y aguantar todos los palos que aguantaron, más. «Cárceles de cemento, junglas de momentos reales».

Y desde luego, no podían faltar 2 de mis nombres favoritos al micro. Aaron representando Hermanos Herméticos disfruta de un beat irrepetible en «Perros hermeticos» y junto a Rush crean una oda del rap de Madrid, «Escupo limpio cuando canto, lo digo sucio cuando hablo. Frios como el Ártico, flipábamos con Rap-A-Lot». Todo un banger, eterno. Y por otro lado la conexión con Chinatown, Santander-Madrid, en «De la costa al valle«, demostrando que la diferencia de región no implica diferencia de actitud, la autenticidad se comparte. De hecho, las comparaciones entre los registros de Rush, Priteo y GND pueden ser mas que admitidas, al igual que entre Uve y Cientifico, compartiendo el amor por lo clásico y habiendo vivido muchos paralelismos en sus carreras. Amor por el vinilo y por el rap real, alejado de estereotipos y de normas, y sobre todo como ya he dicho antes, actitud. Por ello tanto los madrileños como los cántabros, al igual que otros grupos citados anteriormente, han trascendido en el tiempo y sus discos se han convertido en objetos de culto para muchos, ganando valor como si de un buen vino se tratara.

«Sabéis que un poco de todo al final es ná de ná.»

Pasando por todas las temáticas,las heridas del corazón que Rush recorre con amargo rencor en estrofas de «Te va a gustar«, son clave para entender el disco. La mujer, como tantos otros elementos, es símbolo agridulce, búsqueda eterna y eterna fuente de problemas y dolores de cabeza, y como tal recibe una respuesta en forma de ataques de ira y lenguaje bien sucio. Y un fuerte existencialismo, sobre todo en «Lagrimas«, «Algo que amar» o especialmente, «Buscando la respuesta«, las preguntas de a donde ir corresponden a la necesidad de salir de la jungla de asfalto y de las frustraciones diarias, y el dolor es siempre la contestación, por eso aparece tanto el rencor y el odio. No hay una lectura simple a todo esto, pero no deja de ser un reflejo de la sociedad, de la soledad y de los problemas que muchos soportamos a nuestras espaldas, entendiéndolos como comunes a la condición humana. La soledad es un perro de colmillos largos que nos alcanza a todos en determinados momentos, y la música es la válvula de escape, el elemento que ayuda, por un tiempo, a huir de la realidad, del pesimismo y de las vibraciones negativas. Es importante poder soltar la mierda por algún lado, y la crudeza y rotundidad del resultado nos refleja a muchos, que nos sentimos identificados en las estrofas de MC madrileño. Rimas atemporales, como ya indicado antes, rimas de escapismo.

«Perdedores de barrio» supuso un antes y un después para muchos, un punto de inflexión, al nivel de otros trabajos de la época como «Llenos de amor por«, «Leyendas legales« o «Vintage«. De la misma forma, en éste caso fue el primer y ultimo trabajo del grupo, toda una pena pero de igual forma una bella forma de dar punto y aparte con una obra que ha trascendido. Aun así, Científico nunca ha dejado la música, realizando producciones de gran nivel a artistas de Madrid que comparten la forma de hacer y el gusto por un mismo sonido (Tetuan Most Wanted, Wyz Montecristo…) ademas de haber publicado un disco que merecería un articulo de forma individual («Seguimos perdiendo«, publicado en 2009), y Rush ha realizado apariciones vocales puntuales para demostrar que no ha perdido un ápice de su labia y capacidad para hacer barras, cómo en algunos trabajos de D. Gomez, entre otros. Para siempre quedará este disco, como testigo de otra época, y elemento indispensable de influencia para todos esos artistas que ahora hacen rap underground sin miedo al «que dirán», sin temer a la incomprensión de su obra. Perros Callejeros, y otros, allanaron el camino hace muchos años, y eso es eterno y se debe respetar. Y recordar.

«Buscando algo que amar, cansado de llorar,

sabes bien que el sufrimiento es real,

si las calles no te ofrecen amor,

siempre es dolor.»

Acabaré con la misma frase que acabé el novato y ahora infantil articulo que publiqué hace más de 3 años: Paz para perros callejeros, y para el rap de verdad en general.

 

 

Compra y descarga de trabajos de Perros Callejeros:

http://cientifico.bandcamp.com/

 

 

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