Hoy como cuento de Navidad publicamos de nuevo la historia de unos chavales sin suerte “Streetkids United” y del cineasta que les ha retratado Tim Pritchard.
Mientras en Sudáfrica el equipo español luchaba por conseguir la deseada copa del mundo y los aficionados abarrotaban las calles africanas llenas de color, un grupo de niños que sobreviven a la intemperie unas cuantas manzanas mas allá del estadio de Durban, van a tener una oportunidad. Ellos participarán en un torneo internacional para niños desamparados. Fuera de la luz de los focos, “Streetkids United” nos mostrará el modo de vida de un grupo de niños sin techo, la realidad de sus familias, sus preocupaciones. Todo ello salpicado por la irrupción de un torneo, un flotador para salir del mundo de la vida fácil, mentiras y las drogas de la calle.
Tim Pritchard, director, escritor y periodista será nuestros ojos en esta aventura. Entre sus anteriores proyectos se encuentran el libro “Ambush alley” una historia reveladora sobre la manera de actuar del ejercito americano en Iraq. O “Street boys” la historia de siete niños echados a perder en las calles de Londres por las armas, las bandas y la violencia.
Nosotros tendremos la oportunidad de realizarle una entrevista en la que profundizaremos en su manera de rodar un documental y nos contara de primera mano la adaptación de dos mundos tan distintos. La de unos tipos armados con cámaras con la realidad del callejón de atrás por el que nunca pasamos.
P: ¿ Como te has sentido participando en el proyecto de “Streetkids United”?
R: Es uno de los documentales con el que me he sentido más satisfecho, porque durante el rodaje, ante mis ojos fui testigo del cambio, desarrollo y progreso de los protagonistas.
P: ¿ Sigues de cerca el proyecto de los chicos? Sueles hacerlo con el resto que has realizado hasta ahora?
R: Yo siempre siento interés por el tema de los proyectos que he realizado el el pasado. Pero voy a seguir este mas cerca de lo normal, porque pase mucho tiempo con los chicos y me he encariñado con ellos. Son unas personas tan vibrantes y llenas de energía, que tengo muchas ganas de mantener el contacto y ver como se desarrollan sus vidas.
P: Centrándonos en el proceso del rodaje. ¿ Como te acercaste por primera vez a los chavales?
R: Literalmente nos presentamos en Umthombo, en el centro de día donde solían pasar la tarde, y empece echar unos tiros con la pelota. Durante varias horas hablamos e hicimos el tonto antes de preguntarnos si podíamos empezar a grabar con ellos. A partir de entonces formamos parte de la “familia”, grabando con ellos todo el día sin pausa durante 3 meses.
P: ¿ Como se adaptaron ellos al equipo de rodaje?
R: El equipo lo formábamos solo dos personas, eramos una unidad muy discreta. Los chicos aprendieron nuestros nombres muy rápidamente, y yo me propuse hacer lo mismo. Parte del tiempo pasábamos el rato con ellos sin más, sin rodar, así nunca llegaron a cansarse de nosotros o de la cámara.
P: ¿ Os percatasteis si rechazaron en algún momento la grabación?
R: En un corto espacio de tiempo llegamos a ser uno mas de la familia, así que percibimos muy poco rechazo. También es verdad que pasamos mucho tiempo con ellos, y al contrario que otros equipos de rodaje, que hubieran estado de aquí para allá, nosotros estuvimos siempre por allí cerca. Eso fue fundamental para ganarnos su confianza, ellos vieron que íbamos a estar con ellos a largo a plazo, y que no estábamos solamente para grabar lo que necesitábamos e desaparecer de allí.
P: ¿ Como influyo vuestra presencia en su actitud?
R: El problema para los chicos de la calle de Sudáfrica es que la mayoría de las veces son ignorados, o peor aun, rechazados. Creo que la experiencia de ser filmados ayudo a desarrollar su auto-confianza. Disfrutaron de la experiencia de ser el centro de atención para variar.
P: ¿ Tuviste la sensación de que mas jóvenes se sumaban a los protagonistas para salir en la película?
R: Hay experiencias que vivir en las calles, que atraen a la gente a vivir en la pobreza en los suburbios, pero no creo que participar en una película era una de ellas.
P: El animo de los chavales es a menudo alegre y la música se cuela de manera muy natural. ¿ Es la música que ellos escuchan?
Es un tipo de Hiphop de Durban que es muy popular entre la gente joven, incluidos aquellos que viven en las calles. La ponen en la radio constantemente y los chavales están siempre bailándola y cantándola, así estén en la calle, entrenando al fútbol, o viajando el minibus. Parte del encanto de la música es su optimismo y energía, y estas son cualidades que algunos de los chicos poseen en abundancia. Por supuesto la música es también una manera de olvidar las adversidades de la vida, no solo la de los chicos de la calle, sino la de todos nosotros.
P: En la película, se le cuenta a los chicos que crean en si mismo para ganarse la vida, para poder ganar el torneo… ¿ Es la Berlinale tu torneo? ¿ Crees en el festival?
R: Streetkids United es una película difícil de vender en los circuitos comerciales porque no tiene ese “toque” Hollywood donde todo acaba con un final feliz. Ademas es una película modesta que cuenta la historia de nueve chicos desfavorecidos en África, un continente que por su parte es también a menudo pasado por alto e ignorado. Por lo que la Berlinale es fundamental el conseguir llegar a una audiencia mas amplia, y ayudar a desarrollar una conciencia de la situación lamentable, de gente que habitualmente no conseguiría unos minutos en los medios de comunicación.
Le deseamos a Tim y los chicos lo mejor de las suertes mientras nos contagiamos con el “Pata Pata” de “Miriam Makeba” de la alegría y energía de nuestros nuevos compañeros de viaje y nos despedimos hasta otra nueva cita con el cine.
Foto de Tim Pritchard realizada por Andreas Rentz/Getty Images Europe el 15.02.11