No es la primera vez que vemos a Celia Hard Candy, realizar un concierto acústico. Es de esos artistas que te convencen, que no engañan. Es cercana en el trato al público tanto con sus canciones, como con su humor o en la forma de presentar cada tema.
Es el ejemplo de que un artista no necesita hacer demasiadas florituras ni cargar demasiado los temas con adornos innecesarios y fútiles. Si la composición y la interpretación desprenden calidad, la sencillez es algo positivo. Hard Candy es uno de esos ejemplos.
Sus canciones son directas, desde las melodías más melancólicas a las más animadas. Son historias contadas desde el corazón, desde las experiencias que prácticamente todos hemos vivido alguna vez y, por eso, el público abraza con facilidad y cierta ternura los temas que escucha.
Esta vez hay algo diferente a otros conciertos de Hard Candy a los que he asistido:
Su EP “Cuentos Inertes” acaba de salir del horno. Así que se podría decir que esto es parte de un calentamiento previo a su presentación oficial.
Comienza el viaje cuando llegan los primeros acordes, pasando desde canciones con más fuerza como “Gravedad”, “Sin Querer” (Single del disco) o “Más De Una Vez”, llenos de crítica sentimental, esperanzas y reproches, pasando por “En Tu Lado De Mi Cama” con su siempre inseparable ukelele, hasta temas más íntimos y sensibles como “Charcos” o “Con el agua a los pulmones”. Esta última, para mi gusto, la más profunda del repertorio y que hace que respire hondo mientras me sumerjo en la letra y me dejo llevar por la melodía.
Este viaje se acaba. Se hace muy corto y te deja con una sonrisa y con ganas de más; lo cual, hablando del arte en general, siempre es un placer.
Del otro lado del charco llegan Lovers.
Este trío de Portland sorprende gratamente con su indie electrónico, que presentan su nuevo disco “A Friend In The World”, creando atmósferas íntimas que te rodean y te invitan a bailar suavemente como es el caso de “The Modern Art Museum of the Modern Kiss Goodbye” o de su ya conocido éxito “Boxer”
La verdad es que me los imagino como un grupo perfecto para ver en un festival como Arenal Sound, tocando de madrugada y dando ese buen “feeling” en esos momento previos a la explosión electrónica que dura hasta el amanecer.
Las melodías están provistas de sintetizadores, programaciones y efectos que recuerdan desde Depeche Mode, un referente básico, hasta artistas indie/electrónicos de la reciente generación como Bat For Lashes, como demuestran con “Oh Yeah” o “James Baldwin and the Diagonal Trance”
El sonido es compacto y no hay lugar para las grietas en canciones como “Don’t You Want It” y “Purple Sage”
Carolyn Berk, la voz, correctísima y creando el alma de las canciones.
Emily Kingan, hace que la batería suene impecable y precisa.
Kerby Ferris, programación y teclados, que lleva el peso de los temas dándoles cuerpo, abrigando con unos coros muy trabajados y acompañando incluso con percusión electrónica, que acaba llevando las canciones y al público a otro nivel.
MIGUEL CABEZAS / Pablo Martínez
Geniales Pablo y Miguel por el articulo.