El DCODE celebró este año su segunda edición, esta vez en septiembre (la edición de 2011 se celebró en junio) y se plantaba con un cartel con un buen puñado de grandes nombres y bandas consagradas además de algunas pequeñas formaciones que dejaron directos verdaderamente memorables.
La edición de este año nos deja unos datos de asistencia de 35.000 personas, distribuidas en 15.000 el viernes y 20.000 el sábado. Estos números, para un recinto que permitía alojar a unos 25.000 asistentes diarios nos dejan a medio camino del aforo completo, pero cubren unos mínimos aceptables. En todo caso, los datos de audiencia arrojan un hecho claro, y es que, pese a que a nuestro parecer el viernes presentaba mejor cartel que el sábado, gran parte del tirón del festival eran The Killers. Dejamos como pregunta al aire adivinar la cifra de los asistentes que solo vinieron a ver a los de Las Vegas el sábado.
Vamos a dar puntuaciones a los diferentes aspectos de la edición de este año: notable se lleva la programación musical, en la que se echó en falta extender un poco el horario hacia la madrugada pero dónde hubo un buen balance de grupos nacionales e internacionales, los grupos, por lo general, sonaron bien, y nos dejaron un buen puñado de directos destacados. Un bien se lleva el recinto, con un suelo de hierba que aguantó estoicamente los dos días de festival, pero una superficie cuyo tamaño la organización debería intentar aumentar en años sucesivos para evitar que se mezclaran el sonido de los dos escenarios. Aprobadito por los pelos quedan los precios de los servicios de barras. Suspenden, sin embargo, los servicios de comida del festival, como también lo hacen, pero estrepitosamente, los baños, donde los tiempos de espera para el género femenino se hicieron insufribles y la suciedad a última hora del sábado era importante.
Entrando en la parte musical, en la primera tarde y en clave nacional pudimos disfrutar del directo de Dorian y los Niños Mutantes, en el escenario DCODE; y Dinero y los granadinos Napoleón Solo, en el Heineken. Perfecto maridaje con una tarde soleada y perfecto también comienzo de un festival que auguraba buenos momentos.
El viernes fue sin duda el día de Sigur Rós. Aunque Justice metiera zapatilla (a medias) al borde de las dos de la mañana o los Triángulo de Amor Bizarro estuvieran esplendidos en el escenario pequeño, fueron los islandeses los que más llenaron y los que dieron a nuestro parecer el mejor concierto, explotando su sonido etéreo y cautivador, pese a que su propuesta se antoje más adecuada a terrenos más íntimos que un campo de rugby en la Complutense.
Otras propuestas destacadas del viernes fueron los franceses Shoes, que nos hicieron disfrutar de un enérgico directo y que se solaparon, para tristeza de algunos, con los Belgas Deus, los cuales defendieron alguno de los temas de su último disco «Keep you close», mas flojos en comparación con cortes clásicos de su discografía como «Friday», con el que finalizaron su directo, como viene siendo habitual. La noche del viernes la cerró Juan Luna, de Mondosonoro, como Dj.
Ya el sábado, rock en varios registros. Primera gran cita: Fira Fem, defendiendo de manera contundente su primer largo, «Aedificatoria» del que ya os hemos dado debida cuenta en La Gonzo (Link). Segundo pildorazo: Capsula y su directo arrollador, todavía con el sol dando guerra y con un recinto bastante vacío todavía. Tercera gran cita antes de anochecer: Lüger y su krautrock que pocos entendieron en un día en el que todo el mundo parecía estar esperando solo a los Killers. Para cerrar la lista rockera: Right Ons, con uno de los mejores directos del país -y no exageramos- nos dejaron uno de los mejores conciertos sin duda de esta edición del DCODE.
La noche del sábado nos trajo el primer llenazo del día con Supersubmarina. Y se llenó más aún el escenario grande con The Kooks que dieron un directo divertido, pero sin mordida. Por fin, al borde de la medianoche, The Killers salieron a presentar su aburridísimo «Battle Born» y el show se hizo: visuales llamativos, confeti e incluso bengalas, nada era poco para el cabeza de cartel indiscutible en esta edición. Brandon Flowers empezó el concierto diciendo que venían “a por todas”, pero lo cierto es que en lo musical nos dejaron un directo facilón y sin chispa, destinado a los más fans, que como hemos dicho eran muchos.
La sorpresa (grata) del sábado fueron National Cities, con un directo divertido y contagioso que no dejó indiferente a los asistentes. Para ir cerrando, Kill the hipsters, en el escenario Heineken, metieron toda la zapatilla que Justice no quisieron/supieron meter la noche anterior.
Eme Dj, en el escenario principal puso el broche a esta segunda edición de un festival que está llamado a consolidarse en Madrid, y en esta edición ha dado un paso adelante hacia ello. Esperemos que así sea.