Autoayúdate, entrevista a Patricia Ramírez

Patricia Ramírez autora del best seller ‘Entrénate para la vida’ me concede una rápida entrevista con el tiempo justo. Después de leer su segundo libro ‘Autoayúdate’, me he quedado con ganas de preguntarle muchas más cuestiones, no sólo para la entrevista.

Doctora por la Facultad de Psicología de Granada y miembro del área de psicología deportiva del COPAO. Trabajó con Gregorio Manzano en el RCD Mallorca y en el Real Betis Balompié de Pepe Mel. Ha colaborado con todo tipo de deportistas de élite, compaginando esta labor con la docencia.

Ginés Vera: ¿A qué cree que se debe el enorme éxito de su anterior libro ‘Entrénate para la vida’?

Patricia Ramírez: A que era un libro fácil de leer y fácil de aplicar.

G.V.: Las personas que lo leyeron, ¿qué van a encontrar en este Autoayúdate?

P.R.: Instrumentos y recursos psicológicos que a otras personas ya les han funcionado para superar una situación.

G.V.: El título es ‘Autoayudate’, pero seguro que hay casos en los que no es suficiente con leer un buen libro.

P.R.: No, lo importante no es leer el libro, lo importante es actuar.

G.V.: Ante tantas personas en España en una situación de desempleo, ¿qué tres grandes consejos les daría para superar estos momentos tan críticos?

P.R.: Lo primero es desechar todo lo que resta: la gente que dice que no va a ser fácil, la gente que te dice que ‘no puede’, que ‘es difícil’; deshacernos de este tipo de información porque nos hunde. El siguiente punto es atender a lo que yo puedo hacer por mejorar la situación, o sea, que la gente focalice la atención en lo que depende de uno; y lo tercero, hacer las cosas de forma diferente. La mayoría de la gente actuamos según nuestro un punto de vista, nuestra experiencia, según una rutina, y eso se ha demostrado que por ahora no está funcionando. Vámonos a otro lado.

G.V.: He escogido algunas frases que quería comentarle, por ejemplo: ‘España es un país solidario, con una escala de valores basada en el cobijo y la protección del núcleo familiar’.

P.R.: Sí, tendemos a apoyarnos, y en España somos familiares, nos apoyamos en los abuelos. Fíjate la labor de los abuelos, ¿no? En este sentido, cuando tú tienes buena relación con tus vecinos también tiendes a ayudarle, te quedas con sus niños para que puedan ir al trabajo; tendemos a darnos cobijo.

G.V.: ‘Quedarte en casa llorando no te hace más responsable que salir y pasártelo bien’. Suena como a clase de religión.

P.R.: Al revés, la religión te dice que sufras, claro. Yo huyo de todo eso, yo siempre digo que cuando le pides a la gente sacrificios que, por favor, lo descontextualicen del catolicismo, que el sacrificio simplemente es el arma. El quedarse en casa llorando no aumenta la probabilidad de que tú vayas a tener éxito en la vida, al revés, te consume.

G.V.: Una que me ha llamado la atención y que leo por partida doble es: ‘…perdió la dignidad implorando una segunda oportunidad’; ‘No hay nada más humillante que suplicar el amor el amor del que no quiere dártelo’.

P.R.: Claro, cuando una persona te dice que no te quiere y que no te va a querer, que no está enamorada de ti, ¿qué haces demostrándole o argumentando, intentando razonar e intentando convencerle de que tú eres la mujer o el hombre sublime? Llegas a perder la dignidad en el sentido en el que te arrastras, te dejas de valorar, le dices que esa persona es maravillosa y que tú no vales nada sin él; en ese sentido perdemos la dignidad. Ahí hay que aceptar, la gente tiene derecho a no quererte.

G.V.: También, por dos veces, encuentro el valor de la escritura, de escribir un diario de la vida como terapia.

P.R.: Si, más que como terapia como forma de aprendizaje. Cuando a nosotros en el colegio nos enseñan a escribir sin faltas de ortografía nos piden que repitamos cada palabra, cada párrafo veinte veces, ¿porque? Porque el cerebro aprende; entonces, el hecho de escribir hace que te ayude a cambiar también el tipo de pensamiento, que focalices en otro. El hecho de escribir aumenta el compromiso que el cerebro tiene con un objetivo.

Si tú decides ahora ser optimista y no lo eres, si simplemente te lo dices, te va a durar tres días; ahora, si cada vez que te enfrentas a una situación pones por escrito qué te gustaría pensar, cómo te vas a enfrentar, qué tienes en la cabeza, aumentará la probabilidad de que te conviertas en eso.

G.V.: ¿Por el hecho de escribirlo?

P.R.: Por el hecho de escribirlo, claro; porque cuando escribimos facilitamos el aprendizaje ¿por qué hacemos esquemas y resúmenes…?

G.V.: ‘Otra de las razones por la que la gente no se separa es por miedo a la soledad’.

P.R.: Si, la gente no quiere estar sola. Hay mucha gente que tiene miedo a estar sola, a dar ese paso; además, la gente piensa que nunca va a encontrar a nadie más, que: «ahora ¿qué va a ser de mi?, ¿qué me espera ahí fuera?». Bueno, pues tenemos que salir de esa zona, en la esquina se está acomodado, pero no se es feliz; salir por lo menos para que empiecen a aparecer oportunidades.

G.V.: ‘El amor y el compromiso no están relacionados con el matrimonio eclesiástico, pero sí con hacer concesiones’.

P.R.: Si, en una pareja se tiene que negociar; no se trata de tener un contrato sino de ceder en aquello que no sea muy importante para ti, y que puede ser muy importante para el otro, y aun así hay cosas que no son negociables.

G.V.: ‘Tener éxito es un tema secundario, lo importante es vencer el miedo y probar’.

P.R.: Siempre le digo a la gente que existen dos tipos de metas: las metas de rendimiento y las metas de resultados. El éxito no es resultado, si tú me dices: «yo quiero tener éxito en la vida», la pregunta será: y, ¿qué vas a hacer para conseguirlo? El éxito es secundario en el sentido que viene después de lo que hagas tú. Si tú quieres ganar un partido eso es el resultado, lo importante no es ganar el partido sino el paso previo de: ‘qué voy a hacer yo para ganar el partido’.

Autoayudate, de Patricia Ramirez. Editorial Espasa (2013).

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