La última entrevista de este 2021 gira en torno a la novela Dios no baja a los infiernos (Unaria), de Luis Aleixandre Giménez. La novela tiene como gran protagonista a la inspectora de la Policía Judicial de Valencia, Jessica Ferrer. Al aparecer un cuerpo sin vida en un portal de la capital del Turia y una extraña inscripción realizada con sangre, junto al cadáver, le hará pensar a la pensar a la inspectora que se encuentran ante un asesinato con características similares a la de otros cuatro cometidos años atrás.
P.: En la portada destaca junto al título un elemento, una cruz, que es más que un simple dibujo. Coméntenos ese detalle, pues tiene relación con la trama de la novela, sin desvelar por descontado más de lo necesario.
R.: Es cierto, no es un simple dibujo. Es el crucifijo de la catedral de Valencia, lugar donde se desarrolla la trama principal de la novela y me sirve para representar las continuas referencias a la religión católica que, de modo recurrente, aparecen a lo largo de la novela; como la de su propio título.
P.: La nota previa al prólogo, así como las que aparecen al comienzo de cada capítulo de esta novela son fragmentos de Artaud, el tercer álbum de estudio de Pescado Rabioso y segundo como solista del músico de rock argentino Luis Alberto Spinetta. No es a buen seguro una casualidad, así que le pregunto por ello.
R.: Durante muchos años he sido un apasionado seguidor de la música progresiva argentina de los años sesenta y setenta. Y de todos ellos, Luis Alberto Spinetta ha sido el que más me ha impactado por sus melodías y por sus letras. De su primer grupo, Almendra, al tercero: Invisible; pasando por su segunda formación: Pescado rabioso. Poseo primeras ediciones originales de sus discos de vinilo. Y no solo eso, escribí un libro, de un solo ejemplar encuadernado en piel, de su música, su poesía y su obra. Esas entradas a los capítulos es un pequeño y personalísimo homenaje a su figura. Creo que a los argentinos les gustaría leer mi novela.
P.: No abandonamos la música ya que oímos más música en Dios no baja a los infiernos. Háblenos del jazz, de Miles Davis o John Coltrane entre estas páginas.
R.: En el proceso de escritura, siempre me acompaña la música. En ocasiones se produce lo que denomino una simbiosis literato-musical, que no es más que la fantástica adecuación de la música que en ese momento escucho con el ambiente generado en el pasaje creativo que escribo en ese instante. Comprendes, sin lugar a dudas, de que esa canción se compuso ex profeso para ser escuchada por tu personaje en esa escena. Evidentemente no es cierto, pero me parece genial pensar que pudo haber sido así.
P.: Como ya sucediera cuando le entrevisté por su novela Mil ramos de flores no son suficientes, ha escogido a la ciudad de Valencia como escenario principal para esta novela policial. Quizá siendo Ud. de Vila-real, lo lógico hubiera sido acercar la trama a la provincia de Castellón y a la ciudad de Castellón de la Plana.
R.: En realidad, la trama transcurre a caballo entre las ciudades de Valencia y de Vila-real (no hay novela mía en la que no aparezca mi Vila-real natal en algún momento de la trama). Valencia es una capital europea con cualidades excelentes para convertirse en escenario de muy buenas novelas policíacas o de género negro, solo hay que sacarlas a la luz para que nuestras calles, costumbres, gastronomía e historia sean conocidos en todo el mundo. Yo estoy en ello. De hecho, viví y estudié un buen puñado de años en Valencia y conozco sus interioridades, sus defectos y sus virtudes. Me encanta Valencia y me gustaría que los valencianos leyeran esta novela, estoy seguro que la disfrutarían, pero me es complicado llegar a ellos. Quizás esta entrevista me ayude a conseguirlo, quién sabe…
P.: Muchos de los lugares de la ciudad de Valencia son fácilmente reconocibles, sin duda; me ha llamado la atención, además, las “circunstancias” que rodean a la primera víctima de los asesinatos rituales que ha de desentrañar la protagonista. ¿Un nuevo guiño a un caso real ocurrido en Valencia en 2007?
R.: En cuanto a tu pregunta, no es relevante para mí realizar ese tipo de guiños a sucesos macabros reales. Distingo claramente en mis novelas la parte ficticia e imaginaria (la más negra y detestable del ser humano) de la parte real, que utilizo para insertar en la novela ciertas calles, edificios, parques, restaurantes y hasta algunos personajes que existen en carne y hueso. El arte de mezclar con acierto ficción y realidad, proporciona al lector una comprensión de la narración con una intensa sensación de veracidad.
P.: Me han cautivado algunos de los personajes principales de su novela. Quería no obstante preguntarle por la parte más reconocible de ciertos rasgos a la hora de haberlos escrito e introducido aquí. Por ejemplo, que la inspectora Jessica Ferrer se relaje en la bañera con una copa de vino o que ella entendiera del musculado Hermes “que no se podía tener todo” aludiendo al físico e inteligencia como binomio poco corriente.
R.: La inspectora Ferrer es una mujer actual, dura, inteligente y, sobre todo, independiente. Ella elige con quien practica el sexo y actúa según lo que necesita en cada ocasión, dependiendo de su estado de ánimo. Atesora la cualidad de conseguir lo que se propone y no duda en establecer sus propios límites. Hermes no es más que una herramienta que le provoca orgasmos y que no le aporta quebraderos de cabeza, es decir, un satisfyer humano. También mantiene relaciones sexuales con otro personaje que, aunque para ella contiene un significativo carácter emocional, sabe mantener el control de su pasión y sus sentimientos. En esta novela la práctica del sexo es solo eso, placer (sin componentes afectivos).
P.: ¿Hay algo que pueda adelantar a nuestros lectores sobre su futuro literario más inminente?
R.: Bueno, os voy a dar una exclusiva. Solo lo saben dos personas, pero se hará público en cuanto empiece el año 2022. Mi nueva novela Hombres malos, que quedó finalista en el premio “Sed de Mal” del Festival Octubre negro de Madrid 2021, saldrá publicada por la editorial Cosechanegra ediciones a mediados del mes de marzo. Será una novela dura, muy dura… pero de eso ya hablaremos en la próxima entrevista.
Nota: La portada del libro es de David Díaz Mundina, de Akane estudio; en tanto la figura del hombre cayendo al fuego es una ilustración del propio Luis Aleixandre.
Luis Aleixandre Giménez (1964, Vila-real). Publica su primera obra, Veinte días desenfocado, en 2016. En 2017, el festival Castelló Negre incluye su segunda novela Letras cautivas (Unaria Ediciones) en su colección. Ese mismo año fue el ganador del concurso de microrrelatos FANTASTI’CS17. En 2018 se publica el cuento corto bilingüe Días de fútbol/Dies de futbol (Unaria ediciones) con el respaldo del Villarreal CF. En diciembre de 2019 fue declarado ganador del Premio Qubo 2019 en la modalidad de Narrativa. El mes de febrero de 2020 sacó al mercado literario la novela Mil ramos de flores no son suficientes (Unaria ediciones).
Dios no baja a los infiernos. Luis Aleixandre Giménez. Unaria ediciones.
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