Me concedió una entrevista el artista musical Arnau Blanch (Barcelona, 1993). Blanch estudió Comunicación Audiovisual, fundó la productora Stupendastic Films, apartando el proyecto para crear el dúo vocal Arnau Griso, en 2011, junto al también vocalista Eric Griso. El odio mueve el mundo es su primera novela.
P.: Me gustaría preguntarle por el origen de El odio mueve el mundo, sobre todo sabedor de que es su primera novela.
R.: Llevo toda la vida queriendo escribir una novela. Era una especie de reto personal, hasta que en 2020, le dije a la pandemia “sujétame el cubata” y me puse a escribir como un loco. Sabía que quería meter mucho humor, porque con tanta locura alrededor, necesitaba reírme mientras escribía. Pero también quería crítica social, para profundizar en temas que me intrigan y que, de otra forma, quizá nunca hubiera explorado.
P.: Ado, el protagonista de El odio mueve el mundo dice tener una misión: recuperar la rectitud moral, la decencia y la pureza de la raza, para lo cuál él se enviste de héroe. Créame si le digo que han habido muchos momentos en los que le he entendido —e incluso aplaudido— , todo y que en otros, obviamente, entiendo que lo que como autor habrá querido que reflexionemos sobre nosotros mismos y la dualidad del ser humano: no todo es bueno o malo.
R.: El reto era hacer que la gente soportara al protagonista durante 300 páginas. Es un poco como el cuñado terraplanista y negacionista que aparece en la cena de Navidad: no puedes dejar de escucharlo, aunque sabes que su fuente de información es el Deep Internet. La clave estaba en provocar esa mezcla de rechazo y curiosidad. Quizá algunos estén de acuerdo con él en su ideología, pero espero que, al final, hasta ellos lleguen a dudar de esa “verdad” que él defiende con tanta convicción.
P.: Los nombres con los que el protagonista bautiza a ciertas personas o lugares es ya motivo de risa por la ironía que atraviesa ferozmente la novela. Quizá por eso me resulte curioso que haya dos tan importantes llamados, no sé si por casualidad, Josep y Josefina. ¿Nos lo comenta?
R.: Suelo escribir a cualquier amigo, se llame como se llame, y saludarle con un “Bon dia Josep Lluís” o “Bona tarda Josep Andreu”, y me pareció que debía continuar con esa estúpida tradición con los personajes del libro. En cuanto a los nombres, hay algunas referencias un poco más elaboradas para citar de forma indirecta a dos de las primeras mujeres periodistas de guerra, Carmen de Burgos o Marie Colvin, o también a Óscar Arias Sánchez, un expresidente de Costa Rica ganador del Premio Nobel de la Paz y denunciado por agresión sexual por varias mujeres.
P.: Comentaba lo de la ironía, con los nombres, aunque la hallamos en la propia naturaleza de Adolfito. Enlazo ambas para lanzarle el reto, si lo acepta, hablarnos de ese guiño entre el nombre del protagonista y el del reportaje audiovisual que su escudero, Cletus, le propone.
R.: “Mi lucha” era un nombre ideal para el documental de Ado. Había cosas que simplemente debían ser de esa forma y que caían por su propio peso. Me divertía cerrando elementos de la trama y confiando en que, quizá, alguien sentiría cierto placer al descubrirlos durante la lectura.
P.: “La autoestima es un bien limitado en el universo —reflexiona Ado— , cuando a uno le sobra es porque a otro le falta.” Una gran frase que querría que nos comentara al hilo de la caracterización del protagonista de su novela.
R.: La frase de la autoestima viene de observar lo fácil que es para Ado llenar su ego a costa de vaciar el de los demás. Es un mecanismo de defensa. Cuando alguien como Ado siente que no encaja, en lugar de adaptarse, opta por aplastar lo que tiene enfrente. Es un poco la mentalidad del “Si yo no puedo ser feliz, tú tampoco”. Y lo triste es que, en la sociedad actual, este tipo de razonamiento es más común de lo que quisiéramos admitir.
P.: Para que no parezca que esta novela es heteropatriarcal ¿?, le propongo que hablamos de los personajes femeninos, que los hay, incluso con un papel muy relevante, no solo como motor amoroso y biciclístico de la epopeya del protagonista.
R.: El protagonista es un hombre, pero las mujeres tienen un papel esencial en la historia. Representan las fuerzas que desafían a Ado y lo sacan de su zona de confort. Aún así, creo que es inevitable que haya tratado alguna cuestión polémica de forma errónea y seguramente alguien me lo hará saber o lo descubriré yo mismo con el tiempo.
El odio mueve el mundo. Arnau Blanch. Roca editorial.
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