‘El pequeño libro que hará grande tu vida’. Entrevista a María Fernández

La fundadora y directora de Coaching & Media, firma especializada en coaching a personajes públicos, además de a particulares, María Fernández, nos concede una entrevista tras publicar ‘El pequeño libro que hará grande tu vida’ (Alienta). Fernández es Coach Personal, Ejecutivo y de Equipos por la Federación Internacional de Coaching (en inglés, ICF). También es Motivadora de Equipos, campo en el que ha trabajado para empresas del Ibex 35. Ha escrito en revistas lifestyle como MÍA Vital, Buena Vida ó Mujerhoy.com aportando consejos sobre superación y desarrollo personal.

Vemos diversos y estimulantes ejercicios incluidos en cada capítulo o sección de este libro. Algunos consisten en imaginar o en visualizar situaciones. Esa capacidad de aventurar, de crear en nuestra imaginación -como la cita atribuida a Albert Einstein: ‘Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr-, ¿nos ha de convencer del poder que tenemos cada uno de nosotros a la espera de ser puesto en práctica?

Totalmente. Ahí está el quid.  Ya lo has dicho tú todo.

Somos seres poderosos. Y, sobre todo, somos creadores de nuestra realidad. Cuando tú visualizas una determinada situación, tu cabeza está creando sinapsis y con ellas autopistas neuronales, en las que esa situación de éxito que imaginas se volverá un hábito. Estarás entrenando a tu cabeza para familiarizarse con ese escenario de éxito.

De ahí que tantos deportistas de élite se apoyen en la visualización para automatizar sus movimientos ganadores y anticipar sus victorias. Cuando están compitiendo, su mente ya está entrenada para ganar. Es casi un desenlace esperado.

Reto a cualquier persona a visualizar su meta antes de dormirse y antes de levantarse, durante 15 días. Y que luego observe qué pasa en el exterior, cómo cambia su forma de actuar, de enfocarse en su objetivo y cómo, casi de forma mágica, va atrayendo oportunidades, personas y recursos para estar más cerca de su ansiada meta.

Tenemos que entrenarnos en un plano mental para luego poder tener éxito también en un plano material.

En el apartado de las creencias limitantes aparece aquello que nos decían de pequeños, lo de que el dinero no da la felicidad. Un tópico junto a lo de que corrompe a las personas y que lleva a muchas, de adultas, a no tener esa ambición monetaria y, en ocasiones, a frenar su situación financiera. Háblenos de los lastres de esas creencias limitantes en nuestra infancia e incluso en nuestra etapa adulta.

Las creencias limitantes son aquellos juicios u opiniones, pero en ningún caso verdades absolutas, que nos inculcaron o bien que nosotros autogeneramos con un fin: el de protegernos. Y que, si en algún momento tuvieron su función, hoy empiezan a limitarnos y entorpecernos.

La clave para saber si lo que tenemos es una creencia limitante o una creencia impulsora es muy sencilla. Se trata de preguntarnos: ¿esta creencia que yo tengo me abre o me cierra puertas? ¿Me da energía o me la quita? Si es el segundo caso, se trata de una creencia limitante.  Algunas de ellas podrían ser: “los sueños no pagan las facturas”, “la gente es egoísta por naturaleza” o “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Lo primero para acabar con una creencia es identificarla y, en segundo lugar, sustituirla por otra que nos aporte más fuerza. En este caso sería: “los sueños si los trabajas y apuestas TODO por ellos pueden llegar a pagar muchas más facturas que un trabajo fijo y rutinario” o “la gente es buena por naturaleza”, o “lo mejor está por venir”.

Si pensamos por un momento cómo sería nuestra vida si viviéramos acorde a estas tres últimas creencias, veríamos como no sólo ésta mejoraría, sino que adquiriría un brillo especial porque viviríamos luchando por nuestras metas –por muy ambiciosas que éstas fueran-, confiaríamos en el ser humano y tendríamos una mentalidad positiva, con fe e ilusión.

Especialmente emotivo me ha parecido el capítulo sobre el talento personal. Leer que no solamente no se desgasta si lo ponemos en práctica, sino que -al parecer- se nos ha repartido uno a cada uno para que lo potenciemos, que no hacerlo es un sinsentido; en cambio, explotar nuestro don, nuestro talento, nos proporcionará una increíble sensación de realización. ¿Lo difícil a veces no resultará descubrirlo, qué podemos hacer para detectarlo y desarrollarlo?

Lo difícil no es descubrir ese talento, sino convencernos de que podemos vivir de él.

Todos sabemos en qué somos buenos, qué hacemos de forma fácil, de manera natural y además disfrutamos con ello. Da igual que sean las relaciones personales, contar chistes, o el diseño de interiores. La cuestión es usar ese don para enriquecer la vida de los demás.

Al lector le aconsejaría que hiciera una lista de las cinco o diez cosas que mejor hace y que incluso pregunte también a las personas que le rodean. Y, una vez con esa lista que elija ese don o talento que le hace especial ilusión desarrollar.

Ahora bien, una vez identificado, su responsabilidad es alimentar y perfeccionar ese talento hasta ser totalmente SUBLIME en ello.

El pequeño libro que hará grande tu vida’. María Fernández. Alienta Editorial. ISBN 978-84-16928-46-0

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