Entrevista a Fernando Abadía

Esta semana mi entrevistado es Fernando Abadía. Acaba de publicar ‘Tu actitud es tu llave maestra’ (Editorial Gestión 2000). Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Córdoba y Executive MBA y Máster en Dirección de Marketing, trabajó en varias multinacionales farmacéuticas como Bayer, Lilly o Merck. Fundador y director general de Talento Farmacéutico y Sanitario, también es autor del libro El talento de los líderes.

A la hora de analizar el origen de nuestras actitudes, de lo que lleva a una persona a tener una tóxica o una empática, asertiva, está el hecho de que a menudo, tras una actitud negativa, se halla una descarga de malestar, de insatisfacción, de frustración en forma de quejas. Habla de que incluso suelen ser personas egocéntricas, ¿es así?

   El origen de nuestras actitudes puede encontrarse en nuestra propia genética. Eso no implica que estemos predestinados a ser personas con una buena o mala actitud, pero puede condicionar. Esas personas tendrán más difícil adoptar una buena actitud, de hecho, es posible que les de igual. Son personas tóxicas que debemos evitar, pues solo nos aportarán estrés, ansiedad y malestar. Y sí, por supuesto que son personas egocéntricas, ya que no piensan nunca en los demás y su empatía tiende a cero.

   Sin embargo, la mayoría de personas desean sentirse integradas y valoradas en su entorno. Algunas no saben canalizar o gestionar situaciones que se dan en el día a día y adoptan una actitud de descarga de frustración que no les aporta mayor beneficio en lugar de adoptar una actitud de reflexión y de aprendizaje sobre la sucedido.

Y si hablábamos antes de la raíz de esa actitud negativa, las consecuencias son, según leemos, que mientras nos quejamos nuestra mente está bloqueada en el malestar, por tanto, sin espacio para la creatividad, la imaginación y la felicidad. Con lo importante que son la imaginación, la innovación y la creatividad para la resolución de los problemas con los que nos enfrentamos a diario. Coméntenoslo brevemente.

   Nuestra mente es limitada y no puede hacer varias cosas al mismo tiempo. Si estoy enfadado, difícilmente puedo estar pensando en una forma creativa de solucionar un problema o de lanzar un nuevo proyecto. Innovar y crear requieren concentración y fluidez mental, y eso no es posible conseguirlo si estamos bloqueados por un enfado o por algo que nos perturba. Cuando la perturbación es permanente, esa persona pierde casi toda su capacidad creativa.

En su libro también habla de algo muy interesante: el efecto mimético del comportamiento humano. Una actitud positiva, -como la negativa, imagino- que es contagiosa. Si generamos vibraciones positivas en nuestro entorno estas son percibidas y se despierta en las personas de nuestro entorno el deseo de colaborar, de aportar, la sinergia empática. ¿Es así?

   Recibirás lo que des. Esa es una frase que refleja muy bien este hecho. Si te tratan con amabilidad, tú responderás con la misma amabilidad. Si estás trabajando en un equipo y hay compañeros que se quejan, que quieren imponer su criterio o que se intentan escabullir de sus obligaciones, se está generando un mal clima que afectará al ánimo de los miembros y se reflejará en el resultado del trabajo. Si por el contrario, cada miembro adopta una actitud empática, es decir, si es capaz de ponerse en el lugar del otro, las interacciones serán fluidas y se transmitirán buenas vibraciones que aportarán sinergia.

Tu actitud es tu llave maestra. Fernando Abadía. Editorial Gestión 2000. ISBN: 978-84-98754-79-7

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