Flores muertas. Entrevista a Julio César Cano

Julio César Cano (1965, Capellades, Barcelona) empezó a escribir después de trabajar durante años como músico y mánager de grupos. Es conocido, sobre todo, por su serie del emblemático inspector Monfort, ambientada en Castellón, donde Julio César Cano vive actualmente con su familia. Flores muertas es el cuarto caso, que sigue a Asesinato en la plaza de la Farola, Mañana, si Dios y el diablo quieren y Ojalá estuvieras aquí. Le pregunto en esta ocasión por Flores muertas, una novela que es, además, un homenaje del autor al mundo de la música.

El título de su novela, ‘Flores muertas’, está relacionado con un tema de los Rolling Stones. En este caso, me gustaría que nos comentase acerca de la playlist que se ‘escucha’ a lo largo de la novela, Pink Floyd incluidos.

Una vez más, el inspector Monfort vuelve a utilizar la música como compañera del viaje en el caso en el que trabaja; en este caso con más fuerza que nunca. Flores muertas tiene una reconocible banda sonora que transita durante todo el libro y que compone por sí sola un álbum musical en el que he trabajado a conciencia. Al final del libro el lector encontrará el listado de canciones que aparecen. Así mismo en YouTube se encuentra esta lista de canciones con sus respectivos vídeos, basta con buscar: Flores muertas, Ediciones Maeva. También están disponibles en Spotify las canciones que aparecen en las cuatro novelas publicadas: Las canciones del inspector Monfort.

De música se alimenta -y mucho- esta novela y algunos de los personajes. Le habrá resultado cómodo, no sé si fácil o atractivo, meterse en el papel, ya que ejerció como músico y manager de grupos musicales. ¿Ha echado mano de algún recuerdo más allá de los tópicos?

Es la primera vez que utilizo el recurso de unir música y crimen. Me he sentido muy a gusto, pero también ha sido un reto porque no quería escribir sobre ello sin caer en aspectos que quizá puedan cansar al lector. Ha sido divertido rememorar tiempos pasados, pero en realidad la novela se centra en la crisis musical, en el tiempo en el que las grandes compañías discográficas cayeron en picado por culpa de la crisis mundial, pero también por culpa de las descargas ilegales, la piratería, la prohibición de los conciertos en las pequeñas salas de las ciudades, y otros aspectos como el top manta, situaciones que llevaron a muchos músicos a replantearse sus carreras ya de por sí poco valoradas en nuestro país.

FLORES_MUERTAS

Por su experiencia, ¿podría escribir más novelas ambientadas en este ambiente de glamour y a veces dramas personales de trastienda?

Después de haber escrito Flores muertas, donde la música es parte esencial de la trama, le diré que sí, que me apetece escribir otras novelas con tintes musicales. Lo volveré a hacer si los lectores quedan satisfechos con el resultado de Flores muertas.

Entre las citas literarias que anteceden a la novela me ha gustado una, la del Quijote. La del vicio de la envidia. Ahora que están tan de moda los talent shows, sobre todo los musicales, ¿no le parece que hay mucha envidia moviendo a aspirantes que quizá son plenamente conscientes del poco talento para la música?

Algunos de los aspirantes a cantantes que surgen de este tipo de programas tienen verdadero talento para ello, otros no tanto, y otros ninguno en absoluto, pero creo que el tiempo pone las cosas en su sitio. Estos programas buscan aquello que en los años ochenta y noventa llamábamos grupos o cantantes de fenómeno de fans. No importa tanto si cantan bien o componen canciones o dominan este o aquel instrumento, los organizadores buscan un fenómeno de fans, una cara bonita, alguien manejable que sea capaz de, sin apenas haber iniciado una carrera musical, firmar miles de CD a las puertas de un gran centro comercial, hoy en Sevilla y mañana en Gijón, y claro, ellos saben que en España, como en cualquier otro país del mundo, hay millones de jóvenes dispuestos a eso y a mucho más. La música, lo que de verdad llamamos así, es otra cosa, aunque de ahí también hayan salido grandes artistas. La perseverancia, el trabajo y la calidad ponen las cosas en su sitio. No todo vale, y los que valen prevalecen.

Cualquier lector (asiduo) al thriller o a la novela negra sabe que para acometer un crimen es necesario disponer de tres herramientas clave: móvil, medios y oportunidad. Imagino que como escritor, a la hora de plantearse la génesis de uno, también ha de indagar en esta terna, de trabajarlas cara al lector. ¿Es su modus operandi, aborda así la gestación de los casos del inspector Monfort?

Las novelas del inspector Monfort parten siempre de historias humanas, sucesos dramáticos que dinamitan los fundamentos de algunos personajes, situaciones especiales que hacen que algunas personas se conviertan en algo que a todas luces no deseaban ser, pero que los acontecimientos los abocan a cometer actos execrables.

Flores Muertas. Julio César Cano. Ediciones Maeva.

Foto: Manuel Navarro (c)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *