Entrevista Susana Rodríguez Lezaun

Me concede una entrevista Susana Rodríguez Lezaun (Pamplona, 1967). Periodista y escritora, no necesariamente en ese orden. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco. Con tres novelas publicadas (Sin retorno, Deudas del frío y Te veré esta noche. Ed. DeBolsillo) y muchas ideas en la cabeza, escribir se ha convertido casi en una necesidad. Disfruta leyendo, de sí misma dice que es tenaz y emprendedora, y que ante los retos se los toma como una fabulosa aventura.

P.: Eres periodista de vocación, según he leído, habiendo trabajado para varios medios de comunicación; no en vano, en el año 2003 recibiste el Premio Periodístico Ciudad Barañain. ¿Cómo se compagina la labor periodística, donde prima la noticia, la veracidad y la objetividad de la información, con la parte ficcional de la escritura de novelas de género negro?

R.: Creo que la novela negra tiene mucho de verdad, de denuncia social, y somos muchos los escritores de este género que nos nutrimos, consciente o inconscientemente, de las noticias diarias. Cuando soy periodista no añado ni una palabra, ni un adjetivo que adorne de alguna manera la realidad. Cuento qué ha ocurrido, cómo, dónde, quién y por qué. Cuando soy escritora, me recreo en los pensamientos, en las causas y las motivaciones… Intento responder otras preguntas que las obligadas cinco W del periodismo.

P.: “Sin retorno” fue tu primera novela. Con ella diste comienzo a una saga con el inspector de policía David Vázquez al frente. En ella le toca investigar los misteriosos y violentos asesinatos en serie de varios peregrinos en el Camino de Santiago en Roncesvalles. Háblanos de cómo fue la trastienda de esa primera novela. ¿Por qué la emplazaste en el Camino y qué dejaste como escritora en ella?

R.: Yo vivo en Pamplona, ciudad de paso de miles de peregrinos cada año. Los veo por la mañana, muy temprano, buscando la ruta que les llevará a su siguiente destino, e imagino quiénes son, de dónde vienen y porqué están haciendo semejante proeza. Lo demás vino rodado. He ido muchísimas veces a Roncesvalles, sobre todo en invierno, a disfrutar de la nieve. Es un enclave mágico, cargado de leyendas y misterios. Yo me limité a ponerle algunos enigmas más. Lo más importante en esa primera novela fue precisamente empezar. No sabía cómo empezar. Hablé con la policía para documentarme, volvía varias veces a Roncesvalles, hablé con mujeres maltratadas… Y me senté delante del ordenador. Tardé dos años en terminar. Aprendí mucho por el camino, y mucho más cuando mi editora se sentó conmigo a analizar la historia. Sigo aprendiendo, no he hecho más que empezar.

P.: A esa primera entrega, le siguió “Deudas de frío”, donde retomas al inspector Vázquez como protagonista junto a Irene Ochoa. Con ambos vemos la continuación de su historia de amor, muerte y engaño. En esta novela creo que hay un mayor contenido social. Maridando el género negro nos acercas a la cruda realidad de los desahucios, las quiebras y la impunidad política actual. Háblanos de ese compromiso de los escritores con la realidad social en la que viven, de esa denuncia que a veces se cuela en las novelas negras o los thrillers. Creo que viviste en primera persona un ERE en una de las empresas en la que trabajabas.

R.: Como he comentado antes, la novela negra tiene desde siempre un importante componente de denuncia social, incluso cuando el autor no lo pretende de forma explícita. Una novela negra muestra la cara menos amable de la sociedad. Empecé a escribir “Deudas del frío” en el año 2012, en plena crisis económica. Los desahucios se sucedían, los telediarios abrían con la prima de riesgo, con quiebras de empresas, con despidos masivos… La gente tenía miedo, la recesión fue brutal en muchos aspectos, y comenzaron las movilizaciones ciudadanas. De pronto todo el mundo conoció los trapicheos que muchos políticos y banqueros llevaban años haciendo para enriquecerse a nuestra costa. Era inevitable para mí, que soy periodista y viví en carne propia un ERE de extinción de empleo, que ese tema protagonizara mi novela. Y ahí está “Deudas del frío”.

P.: ¿Qué retos te planteas como directora del festival Pamplona Negra teniendo en cuenta el nivel de autores que participan, muchos de ellos de la tierra algunos ya consagrados?

R.: Para empezar, mantener el altísimo nivel que dejó mi predecesor, Carlos Bassas, y luego, realizar algunas innovaciones, como la internacionalización de los invitados (por primera vez habrá escritores extranjeros). El grueso del programa se mantiene, con mesas redondas protagonizadas por autores de primer nivel, entrevistas sobre el escenario y, sobre todo, la sección de “El crimen a escena”, que tiene una fantástica aceptación entre el público.

P.: Hay una creciente afición por el género negro de unos años hasta aquí. De alguna forma este festival, junto con el resto, ¿promueven que haya más lectores y a su vez más escritores en nuestro país?

R.: ¡Eso sería fantástico! Festivales como Pamplona Negra intentan acercar el mundo noir no sólo a quien ya es un lector de este género, sino al público en general. Buscamos despertar su curiosidad, que sientan el cosquilleo que les lleve a leer lo que ha escrito ese autor, o ese otro, que acudan a conocer cómo es el mundo criminal de verdad, porque nosotros traemos expertos que explican en primera persona cómo son los procedimientos policiales y judiciales, cómo se hace el perfil de un asesino, cómo se analiza la escena de un crimen… Y no nos olvidemos de que Pamplona Negra también está pensada para los amantes del cine, ya que cada tarde se proyecta una joya del género previamente presentada por el director de la Filmoteca de Navarra, Alberto Cañada.

Puedes consultar más acerca de Susana Rodríguez Lezaun y sus libros en su web.

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