Había leído cosas suyas, sí, un relato gratuito colgado en su página web y una novela hace tiempo; sin embargo, la vida es así, esta autora seguía inspirándome buen rollo a pesar de polémicas, chascarrillos y el largo etcétera que acosa a los que empiezan a ser alguien en este asunto de las letras. A veces por eso mismo nos creamos una imagen de alguien que después, al conocerlo en vivo, nos hace resoplar con decepción. Otras veces pasan cosas como las que ocurrieron cuando conocí a Megan Maxwell, en la entrevista que nos concedió por su Melocotón Loco.
Si no habéis leído nada suyo, permitidme que os ponga en antecedentes. Megan escribe novela romántica actual, chick lit, también histórica y erótica. ¿En qué destaca su obra? Bueno, yo diría que en su modo de narrar. Son novelas divertidas, a veces con puntos absurdos y otras con guiños de esos que lees y piensas: “esto me es muy familiar, voy a seguir a ver qué pasa”. De ahí, creo, el firme enganche de los lectores, de ahí también que ella solita sea la autora más vendida en 2013. Este Melocotón Loco que comentaba es una comedia romántica de las que le gusta escribir, no guarda parecido con la trilogía erótica que le catapultó a la fama hace un par de añitos (es la autora de la saga Pídeme lo que quieras). Sus protagonistas melocotoneros son según propias palabras: “un bombero de los que hacen soñar y una fotógrafa muy independiente que cuando le ve por primera vez siente El Flechazo”. Bien, esto es estupendo. Seguimos hablando y dice sobre la obra que: “se cuenta un poco la historia de cómo ella, a pesar de lo enamorada que está, aguanta muchas cosas y cuando ya dice “bueno, hasta aquí hemos llegado, se tiene que acabar esto” entonces la tortilla se da la vuelta”. También añade: “Es una historia que acaba bien, todas mis historias acaban bien, para sufrimiento ya tenemos el de la vida real”.
Creo que ahí, sinceramente, está la clave de su éxito. Megan sabe sacar una sonrisa al lector. La magia se materializa cuando uno desea evadirse en sus aventuras y el otro disfrutar contando algo lejos de tristezas, de exageraciones, empleando cotidianidad risible, añadiendo estudiado caos, aceptando bombero como animal de compañía… ¡No se me exalten los bomberos, solo era una broma!
¿Sabéis qué me quedo de nuestro encuentro? Pues con una novela genial en el bolso, la sensación de haber quedado para hablar con una amiga a la que llevaba un montón de tiempo sin ver, y con el recuerdo de haber disfrutado y reído en cada uno de los cuarenta minutos largos que duró la entrevista. Por supuesto también guardo en un rincón especial de esta infiel memoria mía, los consejos que nos dio y que agradecimos, agradecemos y seguiremos agradeciendo muchísimo tiempo.
¿Qué consejos? Bueno, eso os lo cuento en otro post.
Conocer a Megan es compartir en vivo parte de las historias de sus novelas, con más sentido del humor, porque es una persona genial y desde aquí animo a los lectores a que se dejen arrastrar al menos a las primeras páginas de sus novelas, luego ya que obre la creatividad y talento narrativo de Mega.
Enhorabuena Miriam Alonso.