Me concede una entrevista Mila Martinez al hilo de la publicación de su novela ‘Mis noches en el Ideal Room’, su primera novela independiente de la serie que comenzase con ‘No voy a disculparme’ (Egales, 2009). Mila Martínez nació en Valencia donde estudió la carrera de Derecho. A su primera novela le siguieron ‘Tras la pared’ (Egales, 2010), ‘Autorretrato con mar al fondo’ (Egales, 2011), ‘La daga fenicia’ (Egales, 2013), galardonada con el Premio Fundación Arena de narrativa LGTBQ en su octava edición, y La esencia (Egales, 2017). Con el relato «Sin tocarte» participó en la antología ‘Donde no puedas amar, no te demores’, que conmemora los 20 años de la Editorial Egales. A través de su blog, Beso de Luna (milamartinez.blogspot.com), mantiene vivos a sus personajes.
Uno de los episodios o escenas capitales para entender el hilo argumental de novela ‘Mis noches en el Ideal Room’ son los bombardeos sobre la ciudad de Valencia durante la guerra. Quizá uno de los más célebres durante aquella sea el de Guernika por la aviación alemana. Pero se menciona a los aviones de Mussolini, a las bombas incendiarias sobre la población civil. De alguna manera ¿la novela es un género que permite rescatar del olvido algunos hechos que escaparían de la memoria colectiva, aunque sea ficcionándolos?
Ese ha sido uno de mis mayores objetivos al escribirla, la necesidad de que estos hechos no caigan nunca en el olvido, a pesar de que pueda pensarse que nuestra guerra civil es un tema muy trillado. Pienso que olvidar los errores nos aboca a repetirlos, así que creo necesario grabar en la memoria colectiva algo que nunca debería volver a ocurrir.
Hay una frase, a modo de pensamiento de Victoria, la protagonista, acerca de la paradoja que supone si se pudiera viajar al pasado modificar ese pasado: si ello afectaría al futuro tal y como se supone que ocurriría al convertirse en presente. En cierto modo también vemos ese dilema en Victoria al ser sabedora de hechos que intenta no desvelar a otros personajes un poco angustiada. No debe ser fácil asumir que se sabe lo que se va a pasar y no podemos hacer nada.
En efecto, ese es el gran dilema de la protagonista, su sufrimiento añadido. ¿Hasta qué punto sería bueno que desvelara el futuro? ¿Cómo transformaría esa información a cada uno de los personajes? ¿Qué paradoja temporal ocasionaría? ¿Qué haría el ser humano si conociera con exactitud la fecha de su muerte? Son preguntas que todos nos hacemos y creo que nadie ha podido responder hasta ahora.
Háblanos de la conocida como ‘La maleta mexicana’ pues creo que puede ser interesante para aquellos lectores que quieran acercarse a esta novela no solo por la parte histórica y emotiva.
Las fotos que realizaron Gerda Taro y Robert Capa durante la guerra civil en España, junto con las de David Saymur “Chim”, forman parte hoy de lo que se denomina “La maleta mexicana”, una recopilación de 4500 negativos encerrados en tres cajas que fueron salvados de la ocupación nazi en París al ser embarcados rumbo a México gracias a Txiki Weiss, fotógrafo ayudante de Capa. Capa se las entregó a Weiss antes de ponerse a salvo y salir de Paris y éste se los entregó a un general mexicano, Francisco Aguilar, que además era el embajador de México en Francia, y estuvieron en su poder hasta su muerte en los años 70. Después pasaron a manos de su hija, que se los entregó a un primo que era director de cine, Benjamín Tarver, el cual reconoció el gran valor que tenían esos negativos y se puso en contacto con las fundaciones de los fotógrafos. Por fortuna, el clima seco y caluroso de México hizo que la conservación de los rollos, que en algunos casos medían hasta 30 metros, fuera muy buena. En la actualidad y desde el 2007 están en Nueva York, en el International Centre of Photography, fundación creada por Cornell Capa, hermano de Robert Capa.
No sé si llamar cameos a la aparición de varios personajes históricos, reales, en esta novela. Aparte de los ya mencionados, Gerda Taro y Ted Allan, descubrimos a León Felipe, Juan Gil-Albert o Luis Cernuda entre otros. Imagino que es todo un compromiso y, en cierta forma, una responsabilidad gestar una historia de ficción incluyendo personajes que fueron reales. ¿Qué impresión tuviste mientras la escribías y cuando ya la has lanzado a los lectores a la espera de su veredicto?
Mientras escribía la novela era consciente de la enorme responsabilidad que suponía incluir a personajes reales y hacerlos partícipes de la acción que se desarrolla en la novela. He de decir que lo he hecho siempre desde el respeto y procurando asegurarme si en el momento y lugar en el que aparecen en la novela era factible su presencia y su forma de desenvolverse. Aunque me he permitido pequeños retazos de libertad creativa, creo que he conseguido ser bastante respetuosa. De hecho, nadie me ha acusado hasta ahora de haber escrito algo improcedente. Al contrario, me han agradecido la documentación y veracidad de los hechos.
Dado el gran papel que tiene no solo la protagonista sino las mujeres de esta novela (en todas tus novelas, si se me permite), coméntanos una frase, en el contexto histórico de la época y en su evolución hasta nuestros días, en una escena con la aparición de La Pasionaria. Esa acerca del papel de la mujer en los años 30. Al parecer Dolores Ibárruri comentó en Valencia que ‘la mujer española había recibido una educación árabe. El hombre la guardaba en casa como a una prisionera’.
La evolución de la igualdad entre hombre y mujer hasta el momento actual no ha sido tan evidente ni tan rápida como muchas personas quisiéramos. A pesar de las medidas que implantó la República a favor de las mujeres, Dolores Ibárruri ya lo denunciaba en su época, igual que lo hizo el colectivo de Mujeres Libres. Ellas mismas, dentro de sus ideales anarquistas y de izquierdas, se quejaban de que sus propios compañeros tenían muy clara la teoría, pero no así la práctica. Hoy en día ha habido muchos avances, es obvio, pero sigue habiendo mucho por hacer. Solo hay que prestar atención, por poner un ejemplo, a las noticias diarias sobre violencia de género.
Mis noches en el Ideal Room, de Mila Martínez. Editorial Egales. ISBN: 978-84-16491-40-7
Foto de la autora: Garridofoto (c)