Crónica: Nonkeen – Praga, 3 de mayo

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Eran muchas las preguntas que sobrevolaban antes del concierto: ¿A qué iba a sonar Nonkeen? ¿Cuánto protagonismo tendría Frahm en el trío (cuarteto en los directos)? ¿Cómo funcionaría el alemán en equipo?. Todo lo podemos resumir con un: Nonkeen vale mucho la pena.

Hablar de Nonkeen es irremediablemente hablar de Nils Frahm. Y que decir… en Praga se le quiere, y mucho. Se notó en la asistencia que a pesar de ser el primer trabajo de la banda rozó el no hay billetes, la sala Palac Akropolis presentaba una asistencia más que saludable, llena pero con espacio vital para disfrute de los presentes. Ese punto en el que organizadores, banda y público están más que satisfechos.

En este nuevo proyecto, la intención de Nonkeen es la de tocar como si su lugar de ensayo se hubiese trasladado a una sala. Lo apreciamos en la disposición de la banda, tanto Frahm como Belfi daban la espalda al público, buscando la conexión de los otros miembros de la banda. Creando un espacio de complicidad entre ellos que se transmitía completamente a su música. Esa música que abrazó al jazz, por momentos en su vertiente más ambiental y atmosférica, cargada de rifs sacados de improvisaciones entre amigos, con coletazos de teclas y percusión, y asistida en todo momento por el bajo. Un diálogo entre instrumentos en los que la percusión de Belfi y el trabajo de Frahm llevaban la voz cantante pero no convertían la actuación en un soliloquio. Era, en resumidas cuentas, como colarnos en una noche de ensayo con los miembros de la banda, un ensayo más que pulido. La nota más distendida se dió con Chasing God Through Palmyra, el tema más duro de la banda que sonó simplemente desde un vinilo mientras los miembros preparaban y repartían copas entre las primeras filas de la sala. Debido a la complejidad para el directo no conseguían ponerse de acuerdo con este tema, entre risas Frahm dejó claro que era ésto o la disolución del grupo. Finalizaron con un bis que simplemente nos trasladó a una nube para dar paso a una ovación cargada de felicidad bidireccional.

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Como epílogo de la noche nos gustaría resaltar varios aspectos muy positivos. Por un lado la respuesta acústica de Akropolis, en los momentos en los que los graves aparecen la sala sufre, el martes estuvo más que a la altura. El trabajo de Josef Sedloň, cabeza de Music Infitiny y «curator» del Festival Spectaculare, que tiene un oído y mano que son garantía de acierto; aunque no conozcas la banda si su nombre está envuelto es sinónimo de calidad. Y sin lugar a dudas, el nombre propio de la noche, Nils Frahm que además anunció que pronto estará de vuelta en la ciudad, no sabemos qué trama pero seguro que estaremos ahí para contároslo.

Redacción: Antón Ben
Fotografía: Alejandro Rived

 

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