James Holden (Live), el jueves en Barcelona y el viernes en Madrid
Por fin ha llegado el momento: James Holden (Live), con Sunny Graves (Live AV) en el rol de telonero, estará este jueves en directo en Barcelona (Apolo) y el viernes en Madrid (Joy Eslava), ofreciendo sendos shows que harán reverdecer esa leyenda que le persigue, la de gran enfant terrible del plan electrónico (ex enfant terrible, mejor dicho, pues a estas alturas y tras tres lustros en la primera línea de fuego, tal vez no ya no le corresponde ese adhesivo).
Convertido en uno de los capos de ese mundo, en su caso de la facción del techno melódico, con Sasha y Paul Oakenfold como faros adolescentes, amén de su apego por las matemáticas, su carrera despegó a lo grande en 1999 con el single “Horizons”, al que siguió una intensa actividad remezcladora en varios sellos (Lost Language, Perfecto Recordings, Positiva Recordings…). Nombres de diferentes espectros (de Madonna a Kieran Hebden, de Britney Spears a Radiohead, de Depeche Mode a Nathan Fake) pasaron por su filtro, con un sutil pero progresivo endurecimiento de sus remixes (ejemplo, el que sacó del “Safari” de André Kraml a finales de 2004).
Creó su sello en 2003, Border Community, cambió las reglas y tres años más tarde publicó ahí su LP de debut, “The Idiots Are Winning”, recibido con superlativos (para ‘The Times’ era “la mejor IDM -intelligent dance music- desde Aphex Twin”; para ‘The Guardian’, “el más deslumbrante debut en la electrónica desde ‘Music Has The Right To Children’ de Boards Of Canada”). A partir de ese punto, y contando con la admiración general de melómanos de la electrónica de baile, ya sean indies o clubbers, ha ido combinando su faceta de DJ con las de productor y capo discográfico, con el añadido de un segundo álbum, “The Inheritors” (2013). Si el primero mostró a su tiempo una hora y cuarto entre el acid techno y el free jazz, dentro de una estética casi de post-rock, este, aportó al suyo un disfrutable y ambicioso factor impredecible, de lo mejor de aquel año en su campo, una conversación entre el dancefloor y lo experimental con tintes ancestrales, entre la suciedad y el peligro.