Standstill tras publicar siete trabajos y obtener reconocimientos dentro y fuera de España, traen al Círculo Rooom, el espectáculo con el que presentan su nuevo disco, Adelante Bonaparte, un triple epé con el que vuelven a reinventarse.
«Tras 4 años de existencia y dos discos editados, fue en 2001 cuando entramos en contacto con el mundo de las artes escénicas. La llamada y el trabajo de Rodrigo García y La Carnicería Teatro fueron la puerta de entrada, un importante punto de inflexión para nosotros. Lo fue no sólo por el hecho de participar en sus procesos de creación y giras, sino sobretodo por el nacimiento de unas inquietudes que aún a día de hoy, y cada vez más, nos abren nuevas vías de expresión y acercamiento al público, que se concretan en nuestros propios proyectos escénicos y/o audiovisuales. Cuando trabajas en campos o disciplinas distintos a los que supuestamente te pertenecen, es como al viajar; la distancia te permite verte a ti mismo, y lo que haces, desde otra perspectiva. Y en esencia lo que vimos y aprendimos lejos de «casa», sencillamente, es que la comunicación no entiende de disciplinas, o mejor dicho, las entiende todas. Y que, lo mires como lo mires, dar un concierto es hacer teatro, y que, de hecho, esa obra de teatro que representamos todos los grupos al salir a un escenario no tiene por qué estar escrita de antemano.
Por eso decidimos empezar a trabajar dos versiones diferenciadas para nuestro directo: una «escénica», pensada específicamente para presentar cada disco que editamos, y otra que reúne canciones de varios discos en un formato más «normal».
El disco «Standstill» (2004) se presentó con «Desencuentros: con miedo pero con hambre», el disco «Vivalaguerra» (2006) se presentó con «1,2,3»… Y, ahora, «Adelante Bonaparte» (2010) lo presentamos con «Rooom».
Rooom es un espectáculo musical de veinte canciones ordenadas cronológicamente en tres capítulos, la traducción íntegra a escena del triple epé «Adelante Bonaparte», desde que empieza hasta que acaba. Las imágenes dominan y marcan el pulso, los músicos ejecutamos e interactuamos con ellas, y la minimalista y efectiva escenografía se acaba mostrando como el espacio mental del propio espectador. Así empieza un íntimo viaje por la vida de un tal Bonaparte. Un personaje que puedo ser yo, pero también tú, Napoleón, un perro, y cualquiera que se acerque con descaro -y a la vez temor- a lo mas elemental de nuestras vidas; aquello tan determinante que ni siquiera somos capaces de ver, y que cuando se muestra nos hace llorar.
Enric Montefusco (Standstill)»