Estación Niebla. Entrevista a Enric Herce

Enric_Herce_EscarràOs presento esta semana una novela premiada, Estación Niebla (RedKey Books), de Enric Herce. En este caso, el propio autor me ha concedido una entrevista en la que me comenta algunas cuestiones más que interesantes no solo sobre el libro. Espero que la disfrutéis.

 

P.: Presenta a las y los lectores Estación Niebla, una novela premiada en su edición original en catalán (Estació Boira). ¿Cómo surge la idea de esta historia y qué le empujó a presentarla a un certamen literario?

R.: Nace del recurrente debate seguridad/libertad que llevamos viviendo de un tiempo a esta parte. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a renunciar a nuestros derechos con tal de que nuestros gobernantes puedan, si es que realmente pueden, garantizar nuestra seguridad? También de mi reciente paternidad en el momento de empezar a escribirla. El premio Imperdible es una convocatoria de la web de literatura El Biblionauta que reconoce las mejores obras de género en catalán del año anterior. Es un galardón a obra publicada, no la presenté al certamen.

P.: Estación Niebla no es su primera novela en este género literario. Creo que ya le avala el thriller de ciencia ficción “Simulacions de vida”, en 2014 -“Simulaciones de vida” en 2018-, sobre las relaciones personales y las realidades virtuales amén de conspiraciones terroristas mundiales. Háblenos del subgénero cyberpunk al hilo en este caso de su Estación Niebla.

R.: Surge en los ochenta como una mezcla entre la cultura pop del momento y ciertas corrientes contraculturales. Es un momento en el que la informática entró en el ámbito doméstico con los microordenadores, y en el cual el mundo empieza a hacerse más pequeño con la globalización. En Estación Niebla, más que el cyberpunk clásico, Gibson, Sterling, Rucker, Cadigan…, está influenciado por la narrativa fragmentada del anime y manga nipón, de películas como Akira, o series como Ergo Proxy o Psycho-Pass.

P.: Además de la historia de los personajes, encabezados por Max, el protagonista de Estación Niebla, encontramos una afilada crítica social sobre el poder de las multinacionales y megacorporaciones y la tecnología aplicada literalmente en el cuerpo de las personas. Desde aquel pan y circo del Imperio Romano al opio del pueblo al que aludiese Marx ¿nos veremos abocados en el futuro a ser dominados y abotargados por una oligarquía como si fuésemos títeres o ciudadanos de reemplazo?

R.: El capitalismo más salvaje representado por las megacorps y el transhumanismo reflejado mediante implantes neuronales o prótesis son característicos del subgénero. Siempre resulta difícil hacer predicciones. ¿Alguien vio venir la pandemia o la guerra en Ucrania? Lo que sí es cierto es que la conocida frase de Sterling, todo un lema cybperpunk: «High tech, low life», la tecnología como elemento transversal en un mundo con una distribución de la riqueza inmoral es una realidad desde hace tiempo.

Estacion-nieblaP.: Precisamente un punto interesante que aparece en Estación Niebla es una sustancia llamada relev. Max, como policía de Higiene Ciudadana, ha de patrullar buscando a quienes no consumen la droga obligatoria por ley. Hasta que hace un descubrimiento que puede cambiar el orden establecido. Háblenos de los rasgos distintos emocionales de la novela, los de la esperanza y el descubrimiento de la verdad en un mundo de ciberimplantes y androides.

R.: Max es un engranaje más del sistema, pero es consciente de sus imperfecciones. No está fascinado por él ni cree vivir en el «mejor de los mundos posibles» como en las distopias clásicas. Al principio de la novela es un personaje que vive más atrapado en el pasado que consciente de lo que ocurre alrededor. Pero un incidente con Yuna, una chica joven que, en cierta forma, le recuerda a su hija y a la época más feliz de su vida, le obligará a involucrarse. Otros personajes como Mónica Artal, la periodista, también simbolizan ese espíritu contestatario e inconformista.

P.: Estación Niebla puede calificarse de distopía, y aun así hay elementos que la conectan con la realidad. Por ejemplo, el discurso que “oímos” de los políticos en las notas aludiendo a los medios de comunicación. Quizá otro sea la guerra a la que se ven abocados los países de la Tierra con nefastas consecuencias para el planeta. Teniendo tan cerca el actual conflicto armado en Europa del Este, le invitaría que nos dejase su reflexión sobre esa constante en muchas novelas futuristas, en las distopías, implicando una guerra. Por ejemplo, en Fahrenheit 451, 1984 o El cuento de la criada.

R.: Los discursos políticos que aparecen en el libro, y que ya hay quien ha comentado que dan mucha rabia, son prácticamente calcados de discursos reales que aparecían en los medios en la época que escribí el libro. Quien haya estado un poco al tanto de la actualidad política de los últimos años creo que podrá recordar sus protagonistas y en qué situaciones de dijeron. En relación a la guerra, desafortunadamente, es una constante en nuestra historia. Son muchos los autores que sostienen que en nuestra historia moderna no ha habido ni un solo día en el que el planeta no haya tenido en marcha un conflicto armado. Es comprensible que novelas como las que comentas, todas ellas interesadas en analizar, desde distintas perspectivas, el factor humano, la reflejen de un modo u otro.

 

Enric Herce Escarrà (Barcelona, 1972). Filólogo y bibliotecario. Ha publicado más de una docena de relatos en diversos fanzines, antologías y revistas underground. Es autor de las novelas Simulacions de vida, Estació Boira (edición en catalán de Estación Niebla), Premi Imperdible 2019 al mejor libro fantástico en catalán, y L’estrany miratge, su última propuesta de ciencia ficción cyberpunk Premi Ictineu 2022 en la categoría de mejor novela fantástica escrita en catalán y Premi Imperdible 2021.

Estación Niebla. Enric Herce. RedKey Books.

Te puede interesar:

Entrevista a Ángel González Olmedo

Nick y el Glimmung, de Philip K. Dick.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *