Para comenzar la reseña del libro Fotografía gastronómica creativa (Anaya Multimedia), de Pablo Gil Agero, nada mejor que tomar las palabras de su autor en la Introducción. En ella, nos advierte de que no se trata del clásico manual de cómo hacer una fotografía paso a paso. Para ello ya hay otras publicaciones, asegura. Ha preferido enfocarlo con la idea de entender de inicio qué se entiende a la hora de hablar de imagen gastronómica. Alrededor de esta se ha desarrollado toda una disciplina, mucho más allá de lo que podemos ver en las redes sociales.
Hay un auténtico desarrollo profesional dado que la industria precisa comunicar e impactar con imágenes creativas, alejadas de las de consumo inmediato. Así, en Fotografía gastronómica creativa, hallamos apartados sobre los orígenes de la imagen y la comida; también, esas necesidades no solo técnicas para obtener una buena fotografía (más allá de la iluminación o el encuadre); o la finalidad de la expresión artística en su presentación o el resultado. Gil Agero nos agasaja con muchos esquemas con fotografías comerciales de trabajos reales (fruto de su larga experiencia profesional) y en cada uno explica sus esquemas en detalle.
Especialmente interesante me ha parecido el apartado de la narrativa de la imagen, junto al del aspecto psicológico en la fotografía de alimentos. Porque la fotografía creativa es una forma de arte, nos comenta el autor, que permite al fotógrafo expresar sus emociones, pensamientos y experiencias a través de las imágenes. Hay una búsqueda, un ir más allá transmitiendo un mensaje o una emoción. De ahí la importancia de la creatividad, de la gestión de los brillos, la temperatura de color, la tonalidad o el contraluz y su relación con el contraste. Pero Gil Agero también hace un guiño a quienes quieran dar un paso más pasando de lo amateur a lo profesional. Nos habla del sector HORECA, por ejemplo, de la ebullición de las nuevas tecnologías y la digitalización masiva del “gastromarketing”. Opina que en esas fotografías con una visión espontánea del comensal tienen un valor, sin duda, pero limitado y efímero. En esos recuadros bajo el epígrafe Para tener en cuenta, a lo largo de las páginas de Fotografía gastronómica creativa, prodigan consejos y estrategias como la de tomarse una pausa cuando aparece el bloqueo creativo o aprender de los errores, experimentar sin autoimponerse barreras o crearse cada cual su propio registro de ideas y experimentos.
Hago mías las palabras en uno de los pasajes cuando afirma que el valor de una imagen con altas dosis de creatividad trascenderá la temporalidad. Un libro que es mucho más que un manual de fotografía, sin duda, es una apuesta por el arte fotográfico más allá de algunas tendencias efímeras actuales.
Pablo Gil es fotógrafo y director de fotografía especializado en producto e imagen gastronómica con 25 años de experiencia en el sector audiovisual. Formado en el N.A.D. de Montreal y el Centro Internacional de Fotografía y Cine EFTI, desde 2011 dirige su propia productora audiovisual, Kamándula Producciones. Ha fotografiado platos con Estrella Michelin y abordado campañas con agencias publicitarias, firmas multinacionales, medios de comunicación y grandes grupos de alimentación. Desde 2014, ha dirigido «Workshops» para fotógrafos profesionales y aficionados. Ha sido también formador oficial de Capture One Pro (2017), «SONY Europe Imaging Ambassador» (desde 2018), «Profoto Legend» (2019) y profesor de la especialidad de producto (Escuela «TooManyFlash», Madrid). Es autor del libro: ‘Fotografía de Producto y Publicitaria’ (2022).
Fotografía gastronómica creativa. Pablo Gil Agero. Anaya Multimedia.
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