Ya desde la portada, puede apreciarse que ‘La buscadora de setas’ (Maeva ediciones) es un libro intenso. En él convergen dos historias contadas por su autora, Long Litt Woon. Tuve el privilegio de poder entrevistarla en su visita promocional a nuestro país. Un detalle que me hizo saber es que como su nombre es chino, «Long» es su apellido, y «Litt Woon» su nombre.
Otro de los nombres propios de este libro es Eiolf Olsen. Porque Litt Woon nació en Malasia, pero se trasladó a Noruega hace años como estudiante de intercambio. En ese país conoció a Eiolf, con quien se casó y creó un hogar… hasta que un día Eiolf falleció repentinamente. Tras la muerte inesperada de su marido, Long tuvo que recomponerse emocionalmente. Y fue gracias a las setas como superó el duelo y descubrió a un tiempo el maravilloso mundo micológico. Se unió a un grupo de recolectores de setas de Oslo que se dedican a su estudio y recolección. Más tarde surgiría la idea de escribir un libro. Este, de memorias, que se convierte a la vez en un viaje personal de autoconocimiento y superación del dolor.
En las páginas de este doble viaje recorremos capítulos con curiosidades visuales, olfativas o sensoriales sobre las setas, también sobre las que se pueden o no deberían comerse, incluido el capítulo dedicado a las alucinógenas o uno delicioso sobre cómo cocinarlas. Muy interesante es el glosario al final del libro con el que podremos iniciarnos en nuestra particular búsqueda de setas, aliados con las fotografías a color que también hallaremos en él.
Gracias al pulso narrativo de Litt Woon, el lector se adentrará en el fascinante universo micológico y hará suya esa búsqueda personal, sintiendo como propia la que la autora comparte en ‘La buscadora de setas’.
Long Litt Woon nació en 1958 en Malasia. Es antropóloga y experta en setas. Actualmente vive en Oslo. Con este libro de memorias ha obtenido gran repercusión, tanto por parte de los medios como de los editores internacionales.
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