Las campanas de Santiago. Entrevista a Isabel San Sebastián

Isabel San SebastianLas campanas de Santiago (Plaza & Janés) es la última novela de la periodista y escritora chilena Isabel San Sebastián. Ha trabajado en prensa (ABC, El Mundo), radio (Ser, Onda Cero, RNE, Cope, esRadio) y televisión (TVE, Antena 3, Telecinco, Telemadrid y 13TV). Autora de diversos ensayos, ha publicado entre otros La visigoda (2007, Premio Ciudad de Cartagena), Astur (2008), Imperator (2010), Un reino lejano (2012), La mujer del diplomático (2014) o Lo último que verán tus ojos (2016).

Su última novela, «Las campanas de Santiago», se cimenta en un hecho histórico ocurrido a finales del siglo X. El caudillo Almanzor arrasó la ciudad de Compostela y se llevó a Córdoba las campanas de la basílica. Dado que es la base de su novela, cuéntenos cuáles fueron las razones de llevársealas, además, a hombros de esclavos cristianos, un episodio entre la leyenda y la realidad.

Las campanas en la Edad Media simbolizaban la voz de Dios. El profeta Mahoma las había prohibido, porque la llamada a la oración de los cristianos no podía proyectarse más lejos que la del almuhédano llamando a los fieles a rezar a Alá. De ahí que los musulmanes destruyeran o robaran las campanas de todas las iglesias que encontraban a su paso en sus aceifas. Las de la basílica de Santiago, además, daban voz al apóstol de Jesucristo, el Hijo del Trueno, patrón de Hispania y primer capitán de la hueste cristiana en la batalla. (En el siglo X ya se invocaba su nombre antes de entrar en combate). Saquear esas campanas y llevárselas hasta Córdoba a hombros de cautivos cristianos constituía un acto de humillación suprema, destinado a desmoralizar a los cristianos y disuadirles de resistir a la dominación musulmana. Un empeño que no consiguieron.

Las campanas de SantiagoEl ejército sarraceno del Azote de Dios contaba además con curiosos aliados, leemos en su novela. Por ejemplo, con mercenarios cristianos y mesnadas de condes traidores leoneses y gallegos. Coméntenos el papel de estos renegados que marchaban en vanguardia guiando a los ismaelitas.

El Reino de León acababa de sufrir una guerra civil (la historia de España abunda en desgracias de ese tipo) que había dejado a algunos condes derrotados y despojados de sus tierras, total o parcialmente. Movidos por el rencor y el afán de revancha, ellos fueron los principales aliados de Almanzor en esa razzia devastadora que asoló todo el territorio de Bermudo. Otros magnates se unieron a él simplemente por miedo a sufrir su ira; es decir, por cobardía. En cuanto a los mercenarios, siempre hubo soldados cristianos combatiendo en las filas musulmanas a cambio de dinero. Algunos procedían de tierras hispanas y otros del reino franco o incluso más al norte. Eran conocidos como “eslavos” y constituyeron una parte muy importante de los ejércitos de Almanzor y, en particular, de su guardia personal.

Uno de los personajes principales se llama Tiago, toma el nombre del santo que también se lo da a la ciudad clave de su novela, Compostela. Al parecer, Cristo bautizó al apóstol Santiago con el sobrenombre del Hijo del Trueno por su temperamento y vehemencia. Algo de eso también vemos en Tiago. Háblenos de este humilde herrero nacido siervo en un monasterio.

Más que vehemente, Tiago es resistente. Saca fuerzas de sus convicciones más íntimas. Es un hombre del pueblo, sencillo, sin pretensiones, cuya fortaleza de espíritu procede de dos valores esenciales a los que se niega a renunciar: el amor a su mujer y la fe en su Dios. A ellos se mantendrá fiel hasta el final.

Un personaje secundario de mucho calado es Rodrigo de Astorga. De ascendencia goda, por su pelo rubio y sus ojos azules, le enseñará algo más que estrategia militar y diplomacia a Tiago durante el tiempo que pasarán juntos. Coméntenos algún detalle de este caballero astorgano.

Rodrigo es la encarnación de la nobleza. En él viven todos los atributos del caballero: valentía, honor, fe, fidelidad a sus principios, coherencia, determinación… Es un personaje por el que siento un gran cariño, porque posee todas las virtudes que echo a faltar hoy en día, especialmente entre quienes ejercen el poder.

Las campanas de Santiago. Isabel San Sebastián. Plaza & Janés

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