Gonzalo Giner (Madrid, 1962) Veterinario y escritor, con su primera novela, La cuarta alianza, obtuvo en 2004 un gran éxito de ventas. Tras este debut, le siguió la novela El sanador de caballos, su proyecto más personal, y con la que alcanzó también un gran éxito tanto de crítica y público. Con El jinete del silencio, abordó los antecedentes de la creación de la raza española de caballos durante el siglo XVI. Actualmente acaba de publicar Pacto de lealtad (Planeta, 2014) novela sobre la que le entrevistamos en su visita promocional a Valencia.
Además de la parte histórica también encontramos la parte científica en el ámbito veterinario del siglo XX.
Vamos a trasladarnos al año 34 o 35, tanto de España como de Europa, ese fue el primer momento en el que la mujer pudo acceder a poder estudiar Veterinaria. Ya no era simplemente un problema de sociedad, que no les dejaban estudiar o que estaba mal visto de que estudiaran una carrera universitaria y encima la de Veterinaria, aunque quisieran no podían. La razón era una razón física, el trabajo veterinario no era el actual, las clínicas de perros; en el año 35 o 36 solo había dos clínicas de perros en España, una en Madrid y otra en Barcelona. Por tanto, la profesión de veterinaria iba destinada al campo, trabajaban con caballos, mulas, perros o vacas. El esfuerzo físico que determinadas actuaciones exigía, el instrumental que había, un instrumental pesado, daba a entender que la mujer no iba a poder hacerlo. Hay un cambio en el plan de estudios en esa época, durante la segunda República y es el momento en el que las mujeres acceden. En España las pioneras de la profesión son unas autenticas valientes, iban en contra de todo lo establecido, de las familias en algunos casos, tenían un sueño que era como una locura. Van a querer hacer algo que estaba muy vetado y que la sociedad rechazaba. Mi personaje femenino va a coincidir con uno de estos perfiles, va a acompañar a las que fueron históricas, pude leer y conocer la biografía de cada una de ellas.
También vamos a conocer el trabajo con unidades caninas, unidades caninas de la Cruz Roja, de un lado, pero también, como nos traslademos a la Alemania nazi, veremos a técnicos trabajando con cruzamientos especiales de perros para conseguir mejoras en el comportamiento o incluso perros perfectos de raza.
¿Cómo surgió la idea de darles protagonismo en una novela a los perros, al vínculo de lealtad entre ellos y las personas?
Surgió porque tenía un poco la curiosidad de saber, había leído que tanto en la Primera Guerra Mundial y como en la Segunda Guerra Mundial habían utilizado los perros de forma masiva, sobre todo en la segunda. Tenía un poco la curiosidad por saber qué había pasado en España durante la Guerra Civil y de ahí surgió un poco como el comienzo de explicarme si formaron parte de algunas unidades armadas, si no; para qué los utilizaron…, y ahí fue un poco la excusa inicial para tratar el tema de perros y de guerra.
A mí los animales, aparte de que son los primeros destinatarios de mi profesión, siempre me producen una especie de necesidad de entenderlos mejor, y lógicamente la comunicación como no puede ser verbal, pues no te enteras, por lo que tiene que ser mediante herramientas. Yo a diario intento fijarme en muchos detalles que me expliquen cómo sienten las cosas, cómo interpretan lo que les está pasando a su alrededor, cómo relacionan en su mundo pequeño o grande, y en este sentido me he decidido por el perro porque es el animal que históricamente consiguen esto, que es que hasta en la palabra lealtad aparezca en el diccionario de la RAE como la segunda entrada definiendo la lealtad como una reacción de amor o gratitud que muestran algunos animales, como el perro y el caballo, hacia el hombre; por algo será.
¿Quién es Zoe Urgazi visto por Campeón y Campeón visto por Zoe Urgazi?
Zoe Urgazi visto por Campeón es una persona que tiene necesidades de compañía, de afecto; es una mujer que, por circunstancias que no entraré a explicar en detalles ahora, se encuentra en un momento muy sola con unos retos personales muy difíciles de llevar a cabo, y en un entorno complicado y horrible, estamos hablando de finales de la segunda República y el comienzo de la Guerra Civil. Va a ver en este perro a su compañero más leal y también al ser que la va a acompañar en la soledad que va a recorrer, y que le va aportar incluso cosas que son sorprendentes para lo que ella iba a imaginar, llevándole a caminos para alcanzar sus sueños por determinadas intervenciones indirectas que hace el perro, porque es un perro.
Campeón visto por Zoe Urgazi tiene muy claramente unos perfiles de un perro sin raza, un chucho, en esa época se llamaban milleches, un milrazas, que no tiene ninguna determinada; eso define un poco al personaje. Es un personaje superviviente, un antihéroe, que en un momento determinado se cruza en su vida con la de esta mujer, y es un perro que va a interpretar lo que está sucediendo a su alrededor, como decía antes, en un momentos complicado como fue la guerra e interpretado con sus ojos, los ojos de un perro alrededor de un conflicto tan duro como este. Va a interpretar también cosas que ella hace a su manera.
¿Con qué le gustaría que se quedasen los lectores de Pacto de lealtad tras leer su novela?
Lo fundamental, que se hayan emocionado con ella. A mí me gusta secuestrar al lector durante el tiempo que lee la novela, por eso trato de poner un ritmo muy trepidante, suceden muchas cosas, es una lectura más sencilla. Lo que pretendo fundamentalmente tras leer ‘Pacto de lealtad’ es que hayan agotado unos días en los que hayan disfrutado y se hayan emocionado, yo espero que se emocionen con muchas partes emotivas que hay en la novela.