Hay portadas de libros que invitan a entrar, sobre todo estos días si no solo la portada nos invitan a un lugar tan veraniego y paradisíaco como es Tahití. Eva García Saenz de Urturi nos brinda un billete narrativo entre Mallorca y la Polinesia con esta ‘Pasaje a Tahití’ (Espasa 2014) en el que encontraremos dramas y rencillas familiares como las hay en tantas familias.
Todo el mundo tiene familia y en todas las familias, como se dice cuecen habas –afirma la autora- No deja de ser un argumento universal, yo creo que siempre que ficcionas si te vas a las familias y a los dramas familiares siempre empatizas mucho más con el lector. También es una forma de tejer la premisa original de los protagonistas, si tú pones al principio un protagonista y un antagonista que son vecinos o que no se conocen nunca tendrán ese vínculo emocional que tienen los hermanos y demás, se intensifica mucho más la premisa dramática.
Tahití también evoca relax, tranquilidad más allá de los decorados exóticos, de los mares del Sur tan distinto a nuestro ritmo de vida occidental. Le pregunto así si deberíamos leer su novela a lo maorí, a lo aita peapea, sin fastidio.
Se podría saborear porque hay mucho detalle y hay mucho mimbre y quien quiera demorarse saboreando y viviendo la escena puede saborearla y quedarse en cada capítulo –nos dice- y se puede leer a la manera rápida, que te enganche y empieces uno y otro y otro y quieres saber lo que ocurre al final. También es uno de los objetivos cuando escribes, no quieres que lo dejen, la novela, si la dejan a lo mejor no la retoman, ahora tenemos todos tanta prisa, tanta ficción para consumir que cuidado, hay que escribir ahora de determinada manera.
De hecho García Saenz de Urturi va alternando las voces protagonistas en ‘Pasaje a Tahití’, casi a modo de diario, además en distintas épocas.
Sí, así es, quería que fuese ágil en el sentido de que si pones solo una voz narrativa todo es mucho más lineal y demás y contaría mucho más enganchar al lector a lo largo de una narración que fuese simplemente contada cronológicamente, sin embargo, primero al alternar las voces, alternar los puntos de vista, así cada escena le das al lector que puede verse o que puede tener varias lecturas.
Y también al alternar, en este caso 1890 y 1930, y una generación posterior, que es el hijo, que es Denís, yo creo que le das un poco más de profundidad y les vas viendo como familia, qué es lo que ocurre 40 años después con los hechos principales de la novela, cuáles son las consecuencias de lo que han hecho, de la primera aventura que ellos han tenido.
Hay una importante labor documental en esta novela, sobre todo la cuidada parte histórica en la que aparece Paul Gauguin o la filoxera de finales del siglo XIX en España.
Importantísima, los personajes principales no existen, son totalmente inventados, pero quería que todo lo demás fuera real. Si sale Paul Gauguin, las escenas en las que sale y en las que está efectivamente es porque él estaba allí, si dice que tiene una cabaña en la orilla del mar y está con Tejemana que era su tercera mujer, era porque en aquella fecha era como estaba, si hablo del gobernador Papinau era porque efectivamente estaba ahí, o si hablo de por desgracia del criado negro de Papinau, todo, toda la historia es real.
Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) vive en Alicante desde los quince años. Diplomada en Óptica y Optometría, durante una década ocupó diversos puestos de dirección en el sector óptico y posteriormente desarrolló su carrera profesional ocupando una plaza de titular en la Universidad de Alicante. En 2012 irrumpe en el mundo de la literatura con su novela La saga de los longevos, un fenómeno de ventas y crítica. En 2014 publica ‘Pasaje a Tahití’ con Espasa editorial y este año acaba de publicar ‘El silencio de la ciudad blanca’ (Planeta, 2016).