Pequeños dioses y otros cuentos blancos. Tim Pratt

pequeños dioses Hacía tiempo que no leía unos relatos como los reunidos en Pequeños dioses y otros cuentos blancos, de Tim Pratt. El autor norteamericano nos deleita en esta edición en castellano de la editorial La máquina que hace PING con diez relatos y un poema. Originalmente escritos entre 2002 y 2017, destacan por el tratamiento de la fantasía dentro de lo real, de lo plausible. En la mayoría de estas obras está presente el amor en sus diversas facetas, quizá por ello, ese poema que comentaba se titula Romance científico.

A la hora de hablar de los relatos, como en otras ocasiones, tengo mis predilectos, pero os aseguro que desde Pequeños dioses a Sueños imposibles son todos y cada uno pequeñas grandes obras de alfarería literaria. Es más, para ser purista, debería decir que son 9 relatos, un poema y una carta, titulada así, Carta. La destaco porque no siempre abordo la lectura de una antología de relatos a la manera tradicional, soy un poco como Cortázar con su Rayuela. Carta fue el mascarón de proa para mí en este libro… Y me dejó fascinado. De hecho, por su brevedad (no es que sea una razón de peso, pero mi vena como escritor de microrrelatos me tira), he vuelto a él varias veces. Y continuo. El que da título al libro y, si se me permite, a la portada, es tan delicado como el aroma de un buen café solo. Se aspira, se siente, se paladea y al llegar al final uno percibe matices y evocaciones. Tres peticiones a la reina del infierno casi frisa en lo satírico, recordándome en parte a las fábulas más divertidas sobre el averno. Incluso me atrevería a traer aquí a Tom Holt (K. J. Parker) en su Infiltrado, por ejemplo, salvando mucho las distancias, obviamente.

La copa y la mesa casi tiende un hilo de plata con el anterior, en una metafórica ósmosis de escenarios. Y junto a el amor, como la cara y la cruz, también hay espacio para lo opuesto, aunque hay quien afirma que es la indiferencia. Pero no, no dejan indiferentes Siegaespectros o la vida después de la venganza como tampoco El sótano del mundo. Me sabe más no hablar de todos, algo que podría hacer, no dedicar el tiempo suficiente a cada relato. Dejo el placer abierto a las y los lectores que hayan llegado hasta aquí. Si me tomo la licencia de apostillar algo sobre Sueños imposibles. No diré que es el relato con la fantasía más sublime y refinada, aunque sí que es un bocado delicioso para los amantes del buen cine. Los personajes de ese relato, como los protagonistas de los que componen este Pequeños dioses y otros cuentos blancos tienen la particularidad de existir entre las páginas, pero, al llegar al punto final, parecen dejarnos huérfanos y uno querría que no se acabasen, que siguieran viviendo en otras historias, como en cuentos infinitos como un pequeño deseo concedido por uno o varios pequeños dioses de las buenas lecturas. Muy recomendable, mi felicitación por esta edición.

Tim Pratt ( Goldsboro, Carolina del Norte. 1976) ha ganado un premio Hugo por el relato Sueños Imposibles, y ha sido finalista del Nebula, World Fantasy Award, Sturgeon, Mythopoeic, Stoker, y otros premios. Ha escrito más de 20 novelas, Entre las que destacan Heirs of grace, la saga de Marla Manson (Como T. A. Pratt) y la reciente trilogía de Axiom, compuesta por The Wrong stars (finalista del premio Philip K. Dick), The Dreaming Stars y The Forbidden Stars. También es poeta ocasional. Sus relatos han aparecido en The Best American Short Stories y en otras antologías que recopilan lo mejor del cada año. Trabaja en la revista Locus desde 2001, donde empezó ordenando estanterías y limpiando y, con el tiempo, se ha convertido en editor senior.

Pequeños dioses y otros cuentos blancos. Tim Pratt. La máquina que hace PING

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