Paciencia, divino tesoro. Vivimos en la era del consumo, siendo éste cada vez más acelerado y compulsivo. ¿Cómo influye todo esto en el juego de la música?
Actualmente, se puede observar en la escena una orientación hacia el éxito por la vía rápida. Singles y videoclips con grandes campañas de marketing se suceden vertiginosamente con la intención de dar con la tecla exacta de lo que la masa quiere, y así poder ser el hit de moda durante la próxima semana. Las visitas de Youtube y los TT de Twitter terminar de conformar la unidad de medida que indica lo que actualmente se lleva, introduciendo a muchos artistas a una carrera por estar en boca de todos que no siempre puede beneficiar al aspecto cultural. Es lógico pensar que la competencia y la presión en cierta medida pueden ser muy positivas para el buen hacer de un músico, pero igual de cierto puede ser pensar que toda esta lucha por estar siempre en la ola con tu ultimo vídeo o tema hace que la atención del artista pueda distraerse de lo esencial: la música.
La competición actual no se basa en hacer un disco de calidad contrastada en toda su duración, pues este esforzado trabajo en muchas ocasiones ya no recibe el premio que quizás se merecería. Salen discos mediocres, es mas efectivo invertir el tiempo y el esfuerzo en los hits con capacidad de llegar arriba en las listas que buscar hacer un mínimo de 10 o 12 canciones de calidad, si no que se lo digan a los buenos de Tyler o A$ap, cuyos muy esperados LP´s no han cumplido las expectativas que el hype de sus singles había provocado.
Nada que objetar a quien se marca un hit guapo, pero nada comparable al regusto que deja en el paladar disfrutar de un trabajo de calidad en su totalidad. El descubrirlo, quemarlo, hacer canciones tus favoritas, cansarte de ellas, quemar otras canciones, descubrir nuevos detalles… todo esto no es comparable al disfrute de escuchar/ver el single nuevo que ha triunfado en las 3 semanas siguientes a su lanzamiento. ¿Tiene merito hacer un hit y llamar la atención de todo el panorama con un vídeo durante unas semanas o mas? Por supuesto, N-Wise acaba de hacerlo con «El lehendakari» mientras escribo este articulo y ya se de por seguro que en 2 semanas me conozco la letra de memoria, y mis vecinos probablemente también.
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Pero si tengo que hablar de MDE Click, hablaré de 5%, o de Warriorz, o cualquiera de sus trabajos, no de un tema suelto. Puesto que por mucho hit que sea no es mas que eso, un tema suelto. Me gustaría pensar que de estos años recordare los primeros trabajos de Joey Bada$$, Roc Marciano o Kendrick Lamar, no el «I don´t like» de Keef o el «Purple Swag» de A$ap, y casi con total seguridad será así, o por lo menos eso espero.
Creo que la principal diferencia, en muchos casos, radica también en el objetivo que se marque el artista, pues las prisas son malas consejeras a la hora de hacer arte. La búsqueda del éxito fácil, la competitividad por la atención del respetable y de la red o el fijarse plazos demasiado restrictivos por tenerlo listo para determinada fecha son elementos que no favorecen concentrarse en lo que realmente importa, distraen de lo esencial. Estoy seguro de que en el panorama hay artistas que dedican mas tiempo ya a idear y grabar videoclips que a la propia creación musical y me parece vergonzoso, con todas las letras. No daré nombres, pero estoy seguro que todos tenemos alguno rondando la cabeza al pensar en esto.
Move in silence. Gente haciendo cosas guapas en silencio. Me gusta recordar el banger del Shadows de Chirie, y el mensaje que se transcribe de hacer su movida intentando alejarse de famas y hype. Luego cada uno puede opinar lo que quiera del MC, pero entre disco y disco no gasta esfuerzos avasallando al personal con historias raras para mantenerse en boca de todos, simplemente va trabajando y cuando llega el momento, saca algo. Puede gustarte o no, pero es un proyecto estructurado y trabajado, y se nota el esfuerzo y tiempo invertido en el.
Prefiero esa manera de preparar algo por parte de un artista, sin exceso de marketing, adelantos y bombo. Por ejemplo, si Cookin Bananas en parte me decepciono no es porque fuera un mal trabajo sino mas bien por los años de hype y temas que fueron soltando durante la insoportable espera. Igual que el proyecto de Kase O y Jazz Magnetism. Buenos discos que me dejaron un sabor agridulce por saber demasiado antes del lanzamiento.
Internet tiene tantos puntos positivos que no voy a cometer la estupidez de enumerarlos, sin el básicamente nadie leería esto, sin ir mas lejos. Pero quizás ha conseguido que perdamos mucho la paciencia y el gusto por paladear y disfrutar de las cosas con calma, tanto a nivel de publico como de artistas; imagino además que para estos últimos es inevitable intentar responder a ese cambio de mentalidad del oyente (al fin y al cabo, ellos mismos también son oyentes) y competir en el nuevo escenario que se plantea tal como es, luchar por hacer ruido y estar en boca de todos.
Llegados a este punto, debo añadir que desde mi punto de vista el panorama de reggae/dancehall patrio esta regido ya bajo los mismo cánones, e incluso apostaría a que en mayor medida. Normal, por otra parte, cuando los oyentes de ambos estilos están ampliamente conectados y proceden de los mismos sectores sociales en su mayoría.
No quiero ponerme a divagar, cosa que me ocurre demasiado habitualmente, pero echo de menos mas trabajos completos en su calidad. Es lógico que no todos los discos pueden ser «Illmatic» o «The Infamous» pero tampoco puede ser que salga un trabajo con 3 temazos que rápidamente tendrán su clip y el resto sea solo paja, para completar el cupo de canciones haciendo bulto. No bulto.
De todas formas no todo es critica, pues siguen saliendo esporádicamente proyectos muy, muy completos. Muchas de las cosas que salen del colectivo Pro Era cumplen esos requisitos, así como Roc Marciano, Kendrick Lamar o Action Bronson han hecho buenos discos en su totalidad (aunque entramos en la eterna disputa de los puntos de vista y las opiniones).
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En España también hay esperanza. «Poética» de Chaman & Black Jackets o el «Sun of Shaolin» de mi hombre Shaolin son mis últimos descubrimientos, satisfacciones a un nivel completo. Al igual que artistas como Erik Urano & Zar1, Joka, Aaron o Elphomega nunca han perdido el tiempo en promos insustanciales y se limitan a buscar la calidad en larga duración. Próximamente nos esperan trabajos de Tremendo, El$$o Rodríguez o Juan Solo, los cuales espero también poder incluirlos en el concepto que desarrollo en este articulo, Otra cosa es que defrauden, pero la esperanza nunca se pierde, y mas tras tanto tiempo de espera como es el caso de Juan.
Ojo, toda esta colección de basura que es mi artículo no es mas que la opinión personal de un pureta de sus gustos. Soy el primero que se come cada vídeo que sacan los artistas que me llenan, es lo que hay. Y si alguno quiere hacerse su disco entero en videoclips, estupendo, seguramente lo rente en visitas y disfrute apareciendo en un medio audiovisual, entendible. Esto solo es un pensamiento utópico, a contracorriente incluso, de como me parecería la forma lógica de funcionar las cosas.
Pero no se puede cambiar el entorno, es el entorno quien nos altera a todos. Paz.
Gracias!