Este mes de febrero hemos visto publicado el segundo trabajo de Yung Lean, dando una oportunidad para repasar la trayectoria del sueco, sus influencias y los puntos que le hacen ser uno de los artistas mas peculiares y llamativos que han aparecido en la ultima década en la escena rap/trap.
Atípico. Inesperado. Sobran los comentarios para definir a Jonatan Aron Leandoer, mas conocido como Yung Lean, nombre artístico con el que saltó a la fama hace unos años gracias, como tantos otros fenómenos virales de los últimos tiempos, a esa mágica web global conocida con el nombre de Youtube donde su videoclip «Gingseng Strip 2002» alcanzó rápidamente varios millones de visitas y le puso en boca de todos. De ahí en adelante, su talento y lo original de su propuesta ha captado la atención de multitud de oyentes con una buena cantidad de clips, trabajos editados y,sobre todo, una arrolladora propuesta. Vayamos al origen.
«Bitch I light up the sky, call me Charmeleon.
My life´s on the line, I ain´t Charmander, but I´m nearly on.
Clearly on drugs, that will make you hear clearly wrong. «
Leandoer es un chaval nacido en 1996 en Estocolmo, en la barriada de Södermalm no muy lejos del centro de la ciudad. Desde muy joven empezó a sentirse atraído por el hip hop y la cultura urbana, y navegando en la web descubrió sus primeras referencias como el debut de 50 Cent «Get rich or die trying». Creció, y formó una crew con compañeros de instituto y de barrio con los cuales compartía intereses musicales y culturales, la cual no tardó mucho en disolverse quedando sólo Yung Lean, Yung Gud y Yung Sherman, los cuales decidieron refundarse como «Sad Boys». Devorando lo que ellos consideraban la edad dorada del rap (años 2000 – 2005) Gud y Sherman comenzaron a encaminarse a la producción y mezcla, mientras Lean se dedicaba a la parte vocal, y todo esto se tradujo en un Soundcloud donde una miscelanea de sonidos empezó a encender la mecha.
Sad Boys no es un nombre dado al azar, es una denominación con razones, un proyecto y una forma de ser. Los sentimientos son vitales para entender la atmósfera a la que nos trasladan; melancolía, tristeza, nostalgia, frialdad… todo un reflejo de unos jóvenes atrapados en la alineación de una sociedad capitalista europea, criados en la era donde la verdadera educación ya no proviene ni de padres ni de profesores, sino de Internet, videojuegos y la televisión por cable. No hay filtro, y de ahí las referencias, totalmente alejadas de lo que se suele esperar de un rapero clásico,véase: temáticas callejeras, problemas legales, hustle… nada veremos aquí. Estocolmo no es el Bronx y ellos lo saben, las rimas versan sobre peleas de cartas Pokemon, partidas de Super Mario, Arizona Iced Tea, vacío emocional y existencial o simple desencanto con las mujeres. Incomprensión generalizada, para la cual las rimas son solo una morfina momentánea.
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De su Soundcloud salieron los primeros hits, incluyendo, ademas del «Ginseng Strip 2002» ya mencionado, otros como «Plastic G-Shock» o «Oreomilkshake», enmarcándose en una atmósfera donde los 2 productores encontraban inspiración en sonidos de videojuegos, bandas sonoras o anuncios, creando una realidad instrumental propia, al principio extraña pero muy llamativa. Peculiaridades que se acentuarían en el primer trabajo del colectivo, «Unknown Death 2002», donde los beats pulían el diamante y continuaban ganando adeptos a este futurismo ilustrado, manto para los intricados versos de Lean que seguía creando hits como «Hurt» o «Gatorade», alcanzando en días el millón de visitas en Youtube gracias a videoclips de una naturaleza que jamás nos habíamos encontrado, una propia subcultura, ahora llamada por muchos como «Cultura post-internet» donde el artista se pasa la mitad del videoclip sin rapear a cámara, mas ocupado con el móvil y haciendo gestos con los brazos como preso de sustancias narcóticas mientras imágenes de la interfaz de Windows 95 y la Nintendo 64 se mezclan con Digimons, Minecraft, Manga y cultura japonesa. Todo ello aderezado con la hipnótica instrumental daba como resultado una locura audiovisual que revolucionó la escena, a bajo coste y directamente del movil de los Sad Boys a los PC de todo el globo. Nunca antes nada parecido.
Los vídeos son clave, capitales en los inicios para captar la atención, todo frescura y originalidad, el método actual llevado al extremo, uno no se podía quedar indiferente tras ver «Hurt», tenias que opinar, ya sea para criticar o para alabar, pero era necesario opinar. Eso y las producciones, donde Yung Sherman y Yung God, ya en el primer trabajo profesional alcanzaron la excelencia de lo que muchos ahora llaman por muchos términos: «emotional rap», «cloud rap» o «thrillwave»…da igual la denominación, el concepto llega al oyente y se convierte en un sonido único, con caracteres del denostado rap sureño, de Dj Screw y todo su «chopped and screwed», y bien de uso de Autotune para llevar los tonos líricos al punto deseado, perfecto para escuchar en un sofá puesto hasta arriba de codeina o en un after fumando hierba mientras amanece. Éste primer proyecto de carácter serio fue «Unknown memory», ya en 2014, y aunque sólo suponía una continuación del material anterior, la linea se convertía en mucho mas sobria, con un objetivo mucho mas definido y con unas letras que se transformaban en himnos instantáneos, mas teniendo en cuenta que todavía aquí hablamos de artistas de 17 años innovando y dejando boquiabierto a todo el mundo desde un país cuya presencia en el hip hop había sido anecdótica hasta su aparición. Memorable.
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Con «Unknown memory» empezaron las inversiones de dinero, sobre todo en clips mucho mas cuidados a nivel técnico, como puede ser el caso de «Volt», «Kyoto» y la sublime «Yoshi city», con un beat de Yung Gud sobre el que sobran los comentarios acerca de lo hipnótico que puede llegar a ser, con aspecto de banda sonora de videojuego de Atari, mientras Lean rima con clase sobre un Renault Twizy con las uñas pintadas de negro. El «cloud rap» ya tiene a su maestro, que unifica su paranoia repleta de mitos informáticos, antojos dulces y milfs como Adele o Sarah Palin mientras intenta burlar sus problemas mentales de inadaptación a la sociedad mientras escupe barras, problemas que solo se esquivan durante un rato y vuelven a estar presentes cuando retorna a su normal actividad diaria. Sad boys, emotional boys, utilizando todos los narcóticos conocidos (y no tan conocidos) y la música para tratar de escapar de la incomprensión mientras añoran el amor verdadero. Todo ello unido a esa nostalgia de la cultura pop de los 90 (que no llegaron a vivir por juventud) conforman un sonido y mensaje único, atmósfera espacial salida del futuro imaginario de unos chavales suecos y sus MPC´s, directa a nuestros cascos.
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Desde 2014 bajó el ritmo de singles nuevos, debido a lógicas razones varias: apariciones televisivas y en canales de radio, giras internacionales, colaboraciones con marcas de ropa y zapatillas, y el propio merecido descanso tras un lanzamiento salteado con alguna canción como ha sido la exitosa «Diamonds» (con Thaiboy Digital) o «AF1´s» con Ecco2k. Pero la espera ha llegado a su fin y ya tenemos disponible «Warlord», una evolución lógica. La linea instrumental se vuelve mas agresiva, con toques incluso cercanos al tecno o al drum and bass mas agitado, mientras las líricas también denota mas violencia desde la soberbia del que ha aguantado todas las criticas de los haters y ha pasado por encima de ellos, ahora sobra el dinero, marcas de ropa exclusivas como Louis Vuitton o Gucci, viajes al Caribe, a Aspen o a Paris, cientos de zapatillas en el armario y abuso de drogas y licores cual rockstar, comparándose a Marylin Manson o a Mick Jagger. Lo hacen porque pueden, pero después de todo siguen siendo sad boys y el poso emocional de sufrimiento nunca se ha ido, la tristeza y la melancolía continua siendo la tónica, curiosamente la misma tónica interna de tantas estrellas caídas, ya sean Amy Winehouse, Michael Jackson o Ian Curtis. El final, pues, es imprevisible.
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No pierdas la oportunidad de catar «Warlord», no sin antes contemplar su progresión y pasar por los trabajos anteriores de Yung Lean y su colectivo. Actualmente ya están de gira promocionando el nuevo trabajo, primero por EEUU hasta abril, y mas tarde recorrerán nuestro continente con la mayoría de citas ya con todas las entradas vendidas (hablamos de «Sold out» en ciudades como Londres, Manchester, Praga o Amsterdam, con mas de 3 meses de antelación) lo que da fé de la cantidad de fans que están consiguiendo movilizar y su carisma. En España, de momento ya esta confirmado que podremos ver a Yung Lean en Barcelona, como no podría ser de otra manera cuando hablamos de ultimas tendencias, en el Sonar.
Keep it sad.
https://sonar.es/es/2016/prg/ar/yung-lean_628