Uno de los grandes objetivos que se ha planteado Mariano Sigman en este libro titulado El poder de las palabras (Debate), es el de descubrirnos que vivimos rodeados de creencias y tóxicas y autolimitaciones. Para sacarlas a la luz, Sigman propone algo tan sencillo, y a la vez complejo, como es hablar. Conversar sería una palabra más justa, quizá. De ahí el título.
A través de seis capítulos con ejemplos, viñetas cargadas de humor y ejercicios para que no se quede todo en papel mojado iremos descubriendo ese poder que encierran las palabras. Un aperitivo es saber que conservamos la misma capacidad de aprendizaje a lo largo de nuestra vida. Otro, que con una buena conversación, incluida una con nosotros mismos, podemos cambiar ideas y pensamientos nocivos. Que es como decir que gracias al lenguaje, al lenguaje positivo, podemos cambiar nuestro cerebro y nuestra forma de vivir, a mejor, claro.
Curiosamente a la hora de abordar un problema o enfrentarnos a una situación compleja, Sigman nos sugiere hablarlo. Eligiendo bien con quien en cantidad y calidad. También escribir esa situación para tomar perspectiva y ayudarnos en la toma de decisiones. La memoria moldea nuestra identidad, afirma Sigman en El poder de las palabras, también nos explica ese fenómeno al que llamamos tener algo en la punta de la lengua… y no acordarnos.
Las palabras asociadas a las ideas y las emociones tienen su espacio en este libro como lo tiene también la amabilidad, con las palabras, distinguiendo dos conceptos tan afines como se nos antojarían la autoestima y la autocompasión. Alargar mis impresiones sobre El poder de las palabras también sería un flaco guiño a las ideas de Sigman, ya que nos advierte, por ejemplo, que en ocasiones contar con muchas alternativas no nos da más libertad, sino al contrario; es la maldición de la elección. Aunque no es el caso y mi alternativa es clara: El poder de las palabras es un libro para cambiar nuestra forma de vivir conociendo a nuestras amigas las palabras.
Mariano Sigman (Buenos Aires, 1972) obtuvo su doctorado en neurociencia en Nueva York y fue investigador en París antes de volver a Argentina. Es un referente en el mundo en la neurociencia de las decisiones, en neurociencia y educación, y en la neurociencia de la comunicación humana. Es uno de los directores del proyecto Human Brain Project, el esfuerzo más vasto del mundo para entender y emular el cerebro humano. Ha trabajado con magos, cocineros, ajedrecistas, músicos y artistas plásticos para reunir el conocimiento de la neurociencia a distintos aspectos de la cultura humana. Ha desarrollado además una extensa carrera de divulgación científica que incluye columnas en las principales radios de Argentina, programas de televisión y cientos de artículos publicados en distintos medios editoriales del mundo.
El poder de las palabras. Mariano Sigman. Ed. Debate.
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