Dos grandes pasiones se unen en este libro, la viajera y la literaria. Porque en El síndrome Wanderlust (Anaya Touring), once autores dan rienda suelta a su imaginación literaria y viajera. Once son, como digo, los relatos que componen este libro prologado, además, por Pepo Paz Saz e ilustrado por Miguel Vallés Salvador.
Creo que estos once relatos tienen además de lo literario y lo itinerante, lo aventurero, algo de personal. Son historias cortas que van desde las siete páginas a las más de veinte del relato Islandia. Contamos los viajes según nuestra manera de ver el mundo y eso también sucede en El síndrome Wanderlust. Aunque prima el narrador en primera persona, protagonizando el viaje mismo, también los hay narrados por una voz omnisciente que nos eleva y sitúa en esa historia.
El avión, el tren o la carretera se antojan algo más que medios de locomoción porque hay un paisaje y, lo que es más importante, una serie de situaciones que ponen a prueba a sus protagonistas. A la de los relatos Circulo Polar Ártico de Care Santos o Islandia, de Sergi Bellver, en la isla islandesa. Al joven protagonista de El viaje de Joäo, de Carlos Jiménez Arribas, en su periplo a Italia, o como las protagonistas de Chamartín-Austerlitz, de Emilia Piñeiro o de Sevérine y el conejo blanco, de Marta Sanz, con los trenes como fondo y escenario literario.
En El síndrome Wanderlust convergen además historias inéditas con otras que ya hicieron viajes previos, como por ejemplo, el de Marta Sanz, finalista en 2010 en los premios convocados por la Fundación de Ferrocarriles Españoles o El camino más corto, de Roxana Popelka, incluido en Tan lejos de Dios (2014). No puedo escapar a la idea que en verdad plantea Pepo Paz en su prólogo, pues es verdad que vivimos en unos tiempos instantáneos en los que priman las nuevas tecnologías, en los que el selfie y los hastags conviven con lo romántico de viajar y contar nuestro viaje en el contexto de la metamodernidad.
Este verano muchas y muchos viajaremos, quizá abunden las fotos, buenas o esas que se descartarán, más difícil será quienes las plasmen por escrito. Pero sea como fuere, aquí quedan estas once historias para viajar a lomos de la literatura disfrutando y anhelando ser, vivir y conocer pues todos los viajes forman parte del gran viaje de la vida.
El síndrome Wanderlust. VV. AA. Anaya Touring.
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