Entonces supe que iba a morir. Entrevista a Fernando de la Cierva

Fernando de la CiervaMi entrevistado de esta semana es un profesional de la sanidad que un día decidió robarle tiempo al tiempo para dedicarse también a escribir. Su novela más reciente es Entonces supe que iba a morir (Alfar) de Fernando de la Cierva (Murcia, 1958) Os animo a conocerle un poco más y a que estos días os acerquéis a las librerías donde hallaréis este trepidante thriller con un claro guiño, confesable, a la literatura negra nórdica.

P.: Empecemos por el principio, creo que se animó a editar esta novela con el sello Alfar tras publicar en 2020 Un invierno en Filadelfia. Juan de la Cierva y su Autogiro. Háblenos de lo más evidente, su parentesco con el protagonista de la mencionada obra y de la idea inspiradora de Entonces supe que iba a morir, publicada este año.

R: El protagonista de “Un invierno en Filadelfia” fue mi abuelo paterno, al que no conocí ya que falleció en un accidente de aviación veintidós años antes de que yo naciese, lo que no quita que desde pequeño escuché en casa (y a veces en programas de televisión) acerca de sus trabajos y de su obra fundamental, el autogiro y la teoría de las alas giratorias. En cualquier caso yo soy un escritor de ficción, no un biógrafo, y por eso encaré aquella obra como una biografía novelada. En cuanto a “Entonces supe que iba a morir”, partí de una idea primitiva alrededor de la cual escribir la trama de la cual quedó poco en el resultado final. Hay en Murcia un lugar apartado que me conozco muy bien, porque lo recorro frecuentemente haciendo deporte, en el que quise iniciar la narración con un ataque a una mujer, y tenía claro que quería que parte de la trama transcurriese en mi hospital, pero fue la propia historia y sus personajes los que me guiaron hasta el resultado final.

P.: Sir Arthur Conan Doyle era oftalmólogo, según creo; aunque más afín a su especialidad médica era el escritor portugués Miguel Torga, propuesto para el Nobel de Literatura en 1960. ¿Cómo se lleva eso de sacar tiempo en su profesión médica para escribir novelas y, como en este caso, un thriller con lo exigente que es en su gestación y a la hora de satisfacer a lxs lectorxs?

R: Es cuestión de saber organizarse. Cuando estoy escribiendo una novela lo hago robándole tiempo a la lectura por las tardes y los fines de semana. Además, no somos pocos los médicos que escribimos, seguramente porque la Medicina y la Literatura tratan en muchos aspectos de lo mismo: el dolor, la sexualidad, la angustia, los sentimientos y la muerte.

P.: De algún modo creo que hay un guiño a la literatura nórdica negra, no en vano introduce una cita del escritor Henning Mankell… No muy lejos de otros nombres entre los que se encuentra el del también murciano Jerónimo Tristante. Háblenos de esas alusiones y, si gusta, de la ávida lectora Ana que escogió la cita en cuestión.

R: Tengo la suerte de tener unos hijos que son unos ávidos lectores. Entre ellos Ana, mi hija menor, es la que más novela negra y policíaca lee y le pedí que me echase una mano. No dudó en buscar esa cita de Henning Mankell que tenía tan reciente. “La barbarie siempre tiene forma humana”. “Eso es lo que hace que sea tan inhumana.”

entonces supe que iba a morirP.: El tema de la violencia contra la mujer también asoma entre las páginas de Entonces supe que iba a morir. No debe ser fácil abordar una mirada novelada de esta lacra social sin caer en tópicos o resbalar, por así decirlo, en sensacionalismos a favor de lo ficcional. Coméntenos el reto personal y lo que le gustaría que sus lectorxs sacasen de ello tras leer su novela.

R: En ese sentido he procurado, sin exageraciones, ridiculizar el machismo por medio de un par de personajes patéticos e impresentables, en contraposición con otros, tanto masculinos como femeninos, centrados y con valores.

P.: Por último, me gustaría preguntarle por la rebotica de su Entonces supe que iba a morir. Me refiero a que ha planteado la trama bajo distintas voces narrativas en lugar del manoseado narrador omnisciente o la voz protagonista detectivesca. ¿Cómo y cuándo eligió este recurso? De paso, si gusta, déjenos alguna lectura del género que le haya gustado precisamente por la estructura narrativa planteada.

R: Me tomé como un reto personal narrar esta historia no solo desde el punto de vista de un varón, sino también desde el de dos mujeres, y más al contar unos hechos trágicos y violentos contra unas jóvenes. Fue una apuesta arriesgada que me hizo detenerme cuando llevaba cincuenta o sesenta páginas y plantearme si debía volver atrás y narrarla en primera persona, pero poco a poco me fui sintiendo más cómodo y al final me satisfizo mucho el resultado. Lo cierto es que no recuerdo ninguna novela en la que cada capítulo haya sido narrado por un personaje diferente por lo que no puedo recomendar ninguna. Puedo avanzar que la próxima novela que ya estoy escribiendo, con los mismos policías, la estoy narrando con la misma técnica.

Fernando de la Cierva Bento nació en Murcia en 1958. Estudió Medicina y se especializó en Otorrinolaringología. Entre 2009 y 2016 fue profesor asociado de la Universidad de Murcia. Actualmente trabaja en el Hospital General Universitario Reina Sofía de su ciudad, del que es el Director Médico. Ha escrito numerosos relatos breves, entre los cuales “La tapia” y “Asquerosas palomas” fueron premiados en sendos certámenes de la Academia de Médicos Escritores y Artistas de la Región de Murcia. En 2015 publicó un compendio de relatos cortos bajo el título de “Catálogo de buenos recuerdos” (Editorial Dauro). También es autor de la novela corta “La niña que hablaba con las águilas”, así como de las novelas “El Patólogo” y “La muerte súbita”, esta última escrita conjuntamente con el periodista y escritor Enrique Morales Cano. En 2020 publicó con Ediciones Alfar la biografía novelada “Un invierno en Filadelfia. Juan de la Cierva y su Autogiro”. En 2021 ha sido coautor del libro “Murcia a vista de haiku”, de Editorial La Fea Burguesía.

Entonces supe que iba a morir. Fernando de la Cierva. Ediciones Alfar.

 

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