Hay muchas razones, más de diez, para acercarse a La voz de Nueva York (Traspiés), de O.Henry. Pero vayamos a esas diez. Pues encontramos en este libro diez relatos de William Sidney Porter, más conocido por su seudónimo literario: O.Henry.
Ediciones Traspiés ya editó estos relatos en 2011, en ambas ediciones la traducción ha corrido por María Teresa Sánchez Montesinos. Pero seguro que queréis saber más acerca de los relatos de La voz de Nueva York. El periodista y escritor norteamericano dejó en ellos desde un lenguaje lúcido, con divertidos diálogos, al costumbrismo, la crítica social o las contradicciones en la Gran Manzana en aquellos años donde la ciudad pugnaba por convertirse en la capital del mundo. Destaca su prosa ácida, brillante y, quizá, la mordacidad sin descuidar esos finales sorpresivos.
Si tuviera que destacar alguno, aunque todos tienen su punto, sería Mientras el auto espera y El asesino de tontos. Recomiendo la lectura de este libro incluso si, como yo, se llega tras haber leído La última hoja (no incluido aquí), porque son diez relatos en los que prima el sentido del humor y la maestría de la escritura de los relatos breves. No en vano, el premio más importante para cuentos en inglés lleva su nombre. En La voz de Nueva York los personajes se mueven por calles, jardines o bares sin olvidarnos de Tiffany’s, la Segunda Avenida, Manhattan, Broadway o Union Squaire…
Cualquier comparación es odiosa, cómo no serlo en literatura. Pero si se me permite, allí donde los relatos de Thomas Wolfe -quien también era de Carolina del Norte- supieron retratar la América profunda o el humor perverso, inteligente y cotidiano los de Shirley Jackson, O.Henry capta la sutileza de los detalles y lo más cómico o mordaz de los neoyorquinos en La voz de Nueva York. Otra razón, pues, para leer estos relatos, en es esta edición ilustrados por Ezequiel Ramos para la ocasión.
O.Henry (1862-1910) nació en Carolina del Norte, desempeñó diversos trabajos hasta que fue acusado de malversación de caudales, lo que le costaría pasar tres años en prisión. En 1901 se trasladó a Nueva York. Allí escribió numerosas historias para la prensa, recogiendo en ellas el espíritu de la gran urbe y la vida de sus moradores. O.Henry fallecería aquejado de cirrosis cuando se encontraba en la cima de su carrera literaria, aunque la crítica reconoce la influencia que ha ejercido sobre los escritores de relato posteriores. Es autor, por ejemplo, de: “Heart of the West” (Corazón del Oeste), “The Four Million” (Los cuatro millones), y “Of Cabbages and Kings” (De reyes y repollos).
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