Debería empezar por el final, al hablar de Koniec (Milenio), de Salvador Perpiñá. Quienes os hayais acercado aunque sea a la contraportada, seguro que ya sabeis por qué. El título del libro significa «fin» en polaco. La propia palabra aparece alguna otra vez entre las páginas y, lógicamente, en el último relato de los catorce que componen esta obra.
Lo primero que llamó mi atención fue el lenguaje. Describir es un arte, porque a diferencia de una imagen, que condensa el contenido para el ojo lo perciba casi a un tiempo, con la literatura es acumulativo. Perpiñá trabaja con el lenguaje los escenarios, las tramas y los personajes a fin de dotarles de ese realismo necesario para que salten del papel a la imaginación. Apaecen niños, con esa inocencia a veces puesta en riego por el mundo de los adultos. Aparecen parejas con sus dramas y alegrías.
Hay relatos protagonizados por personajes con nombres y apellidos, aunque otros no los necesitas, son historias hasta cierto punto universales. Porque en Koniec lo pequeño y lo grande tienen cabida como esa fila de hormigas en la cocina o esa madre de ñu con su cría en África. Desde los conflictos que descubriríamos a la vuelta de la esquina a otros más reflexivos, con su toque histórico, como el del relato Las aventuras del doctor Flöid. Y sucede que a menudo las historias tienen un final, pero no el final. Acaban sin terminar del todo porque de algún modo todos estamos interconectados aunque sea en el tiempo y en la distancia. Destacar uno sobre otro sería injusto, aunque suelo pecar de afirmar que siempre tengo mis preferidos. En este caso, sin menosprecio de la delicadeza de los demás, captó mi interés Amor constante más allá de la muerte. Quizá por su toque de ciencia ficción, quizá por lo metafórico al hilo del título. Del otro título. No quiero escatimar un gramo de interés a quienes ya quieran sumergirse entre las páginas de Koniec. Debería finalizar por el principio, para decir que os invito a leer Aflicción, el primero de los catorce relatos de Perpiñá en Koniec.
Koniec. Salvador Perpiñá. Milenio.
Salvador Perpiñá (Granada, 1963). Tras una trayectoria universitaria que solo cabe calificar de errática, y haber desempeñado trabajos tan dispares como el de montador, director de cortometrajes o encargado del aplausómetro en un programa concurso, acabó trabajando como guionista de series como Arrayán, Periodistas, Los Serrano, Pelotas, Isabel, La Peste…, actividad de la que aún vive. Ha publicado dos libros de relatos: Prácticas de Tiro (2014) y Contradiós (2018). En el año 2014 abrió el blog Desesperación y Risa.
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