Sara es la protagonista de la novela El agua roja (Alrevés), opera prima de Inigo Egaña (Bilbao, 1961), pero solo allí donde su autor nos lo concede. Porque desde las primeras páginas, además de conocer a qué se dedica, veremos a Sara enfrentarse a un curioso conflicto: el hallazgo de un cadáver momificado.
Superado el estupor inicial, Sara se me antoja un personaje complejo, inquieto y reflexivo. Ella seguirá con su trabajo rutinario, catalogando los bienes del inmueble, tras una herencia, pero se establecerá una relación peculiar con el finado. A la historia se avecinarán Mateo y Jerónimo -al que prefiere que le llamen Águila-, en una primera de las cuatro partes, de esta obra coral, narrada en contrapunto.
Así, Egaña nos plantea una lectura vertical de la novela, con varias voces, en varios momentos y espacios narrativos. Así como ciertos recuerdos parecen perder la linealidad al evocarlos, algunas historias literarias se pespuntean a través de detalles, de conflictos y alegorías.
Los interrogantes alrededor del cadáver se irán despejando no solo de la mano de Sara, también del propio fallecido, quizá; dejo abierta esa ventana porque en una trama como la de El agua roja es mejor entrar despacio, casi de puntillas, como al desván de una casa abandonada desde hace años. Quienes hojeen la novela, entenderán el guiño.
Incluso en una historia de amor, traición y moralidad hay cabida para el misterio, la tensión y la autoestima. Egaña nos abre las puertas de una mansión a las afueras, pero también un cofre con la llave oculta a la vista solo en apariencia. Porque, a veces, las apariencias engañan y cuando llega a nosotros un relato sobre la soledad extrema nos remueve, nos sobrecoge; acaso porque tememos acabar solos, olvidados, sin que nadie pregunte por nosotros, sin que nadie se preocupe; tememos que los demás sigan viviendo sus vidas como si nada, evidenciando que somos eso, en conjunto, una gota de agua de color en un océano.
Íñigo Redondo Egaña, bilbaíno y de otros lugares, ha sido consultor y gestor de proyectos internacionales de tecnología y procesos de negocio. Ha residido nueve años en México, Perú y Argentina y ha trabajado largos periodos en países europeos. Hoy es escritor. Es autor de cinco novelas, dos libros de cuentos y un poemario que permanece vivo y crece despacio. Ha sido finalista o ganador de certámenes de relatos como Las dalias, Getafe negro y otros, y ha publicado cuentos en revistas literarias. Ha sido compilador y coordinador de la antología Un lugar tan encantador. Hotel California: nueve cuentos y un porqué. Ha participado también en las antologías Cien instantes en un santiamén y Aztarnak.
El agua roja. Inigo Egaña. Alrevés editorial
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