“Al principio es solo una carta ensayada muchas veces”, leemos en los albores de El cielo de Lima (Seix Barral), de Juan Gómez Bárcena. Una carta que finalmente se cerrará en un sobre y viajará durante meses —y no pocas vicisitudes— hasta España. De las manos de dos jóvenes limeños, tan ricos como aburridos ante el panorama de sus vidas programadas por sus familias, a las del Maestro.
A las de Juan Ramón Jiménez, nada menos. Tan admirado y respetado, esa carta —y las que vendrán— tienen algo de verdad, además de verosímil, en manos de Gómez Bárcena. Basándose en una anécdota real, el autor santanderino tejió una bella y divertida historia de amor publicada originalmente en 2014 que podemos disfrutar de nuevo con Seix Barral. Viajamos a la Perla del Pacífico, a Lima, en 1904, donde José y Carlos quieren conseguir un libro dedicado de su admirado Juan Ramón Jiménez.
La carta —las cartas, en plural—, no se limitarán a la humilde petición, sino que pondrán su ingenio, y su empeño, al servicio de su imaginación. Así surgirá el personaje epistolar de Georgina Hübner. Una joven limeña, ávida lectora y también admiradora de poeta español. Ese cruce de correspondencia hará espolear a Carlos y José a superarse, incluso conseguido ya ese primer triunfo: que les conteste y el libro. Amantes de la poesía, se verán atrapados casi en una novela, la que surgirá al haber dado vida a su Georgina con Juan Ramón Jiménez como personaje real y ávido por conocer más de esa historia, la de ella.
Gómez Bárcena nos irá deshojando, en círculos concéntricos, a estos personajes: a los dos jóvenes, a sus amigos, a quienes se acercarán tangenciales a Georgina, a la propia ciudad de Lima —como gran madre abrazánzoles— bajo su cielo de panza de burro. El cielo de Lima se nos antojará, como dije, divertida en muchos pasajes, naturalista a lo Madame Bobary o Ana Karenina; también poética, acaso por el lenguaje y el propio contexto de ese duelo epistolar. Incluso metaliteraria, lo cual no ha de sorprender al lector. Quizá sí el final, el doble final, que no seré yo quien lo desvele. Al amor y a la fantasía apelo aquí, ahora, para recomendar El cielo de Lima, con una cita de nuestro premio Nobel de Literatura en 1956: “Una fantasía puede ser equivalente a un paraíso, y si la fantasía pasa, mejor aún, porque el paraíso eterno sería muy aburrido”.
Juan Gómez Barcena (Santander, 1984) es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en Historia y en Filosofía. Con su primer libro de cuentos, Los que duermen (2012) obtuvo el Premio Tormenta al Mejor Autor Revelación. En 2014 publicó El cielo de Lima, novela con la que obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2014 y el Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2015, y que ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, holandés y griego. Su siguiente novela, Kanada (2017) obtuvo el Premio Ciudad de Santander 2017 y el Premio Cálamo Otra Mirada 2017, y resultó primer finalista del Premio internacional Tigre Juan 2017. A continuación, publicó Ni siquiera los muertos (2020), que fue finalista del premio que el Gremio de Libreros de Madrid concede al mejor libro del año y que tienen pendiente su publicación en inglés y alemán. La monumental Lo demás es aire (2023), Premio Ciutat de Barcelona de Literatura y Premio Vanity Fair a la mejor novela, lo consolidó como uno de los autores más relevantes de la literatura española. Como crítico, ha sido coordinador de la antología Bajo treinta (2013), que recoge las voces más destacadas de su generación. Ha recibido becas de diferentes instituciones, como la Academia de España en Roma, la Fundación Antonio Gala, la Fundación BBVA, el FONCA en México o The International Writers’ House en Graz.
El cielo de Lima. Juan Gómez Bárcena. Seix Barral.
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