Esta semana os traigo una estupenda entrevista. No es para menos ya que el tema de la Armada Invencible me evoca a mi época escolar, imagino que como a muchas y muchos. Pero en Los prisioneros de la Armada Invencible (Ediciones B), Pedro Luis Chinchilla nos ilumina acerca de lo que realmente ocurrió. Hubieron luces y sombras en unos hechos que se remontan a casi quinientos años. Chinchilla rescata metafóricamente del olvido a casi medio millar de ellos en una obra apasionante y sorprendente. Comparto con vosotros sus palabras con la esperanza de que os animéis también, este verano, a leer su libro.
P.: Desde que el hombre es hombre, no sé si decir antes incluso, la categoría, el estatus, el dinero y alrededores ha marcado su devenir. Lo vemos en este libro, pues no tuvieron el mismo trato la gente de a pie que los oficiales, incluso a la hora del pago del rescate también hubo consideraciones. ¿Es así?
R.: Los llamados en los archivos “hombres principales” pudieron sobrellevar su cautiverio, aunque no manera generalizada, mucho mejor que los pobres marinos y soldados. Mientras que estos últimos eran mantenidos con lo mínimo suficiente para mantenerlos con vida, al menos tres docenas de nobles y capitanes pasaron su cautiverio en casas de gentilhombres ingleses de su igual categoría social, de manera que, en muchos casos, se produjo un acercamiento personal o, al menos, un respeto mutuo basado en el trato entre iguales.
En cuanto a los rescates, el precio de la libertad fue tan dispar como las 10 libras por un soldado (unos 8.700 euros) o las 1.650 libras (casi 500.000) euros por un maestre de campo. Siempre se ha dicho que “todo hombre tiene su precio” y aquí lo vemos en su faceta más cruda y realista.
P.: El destino de quienes no perecieron en los combates fue dispar como hemos visto. Algunos fueron apresados y liberados, otros se fugaron y, lamentablemente, otros fueron ajusticiados vilmente. Además del estatus, otro factor fue por ejemplo el país de acogida (entre comillas). Háblenos de ello ya que es también la forma en la que ha estructurado esta obra para facilitar nuestra incursión a los hechos.
R.: Aunque nosotros organizamos nuestra investigación estructurándola según el lugar donde fueron capturados estos hombres (Francia, Inglaterra, Países Bajos, Escocia e Irlanda), lo cierto es que esta estructura se desvanece debido al tránsito relativamente frecuente entre uno y otros lugares. Así pues, hay prisioneros capturados en Irlanda que son trasladados a Inglaterra y luego a los Países Bajos.
Lo cierto y verdad es que, tanto el lugar de su primera captura, como su nacionalidad y como su estatus social, determinaron absolutamente el destino final de cada uno de los capturados.
P.: Una de las aportaciones que más valoro en su libro, más allá de los capítulos centrales, son los anexos. Esa Tabla de prisiones citados en el texto creo que es la esencia misma de esta obra. La de poner nombre y apellidos, en la medida de lo posible, a quienes han estado silenciados durante más de cinco siglos. Solo de pensarlo me entra un sentimiento difícil de describir. Pero prefiero que nos hable de los suyos, de la responsabilidad de lo escrito, de lo que experimentó desde el inicio de la investigación.
R.: Todavía hoy, cuando presento el libro en distintas ciudades de España e Irlanda, intento hablar de los prisioneros oriundos de la zona donde estoy haciéndolo y nombrarlos en voz alta por primera vez después de 435 años. Cuando lo hago, siempre me emociono. Puede parecer difícil de creer, pero el vínculo creado con estos hombres durante estos dos años y medio de investigación, el intentar no dejar a ninguno de ellos en el olvido, da su mayor dimensión a esta investigación y a mí de manera muy personal.
P.: Además de las tablas y la extensa bibliografía, encontramos códigos QR y algunas imágenes. Me detengo en una de ellas para que nos hable del material gráfico incluido en su libro. La que comento es una de la prisión de Bridewell, en el capítulo dedicado a los hombres capturados en Francia.
R.: Para la historia de los prisioneros capturados en Irlanda e Inglaterra, la prisión de Bridewell es un lugar de concentración de los mismos. Un lugar infame donde pasaron hambre, frío, enfermaron y algunos murieron. Es uno de los lugares más destacados de nuestra investigación y del que apenas queda una placa que lo recuerda en Londres.
Los códigos QR del libro permiten al lector (y a cualquier investigador) a acceder a la base de datos completa donde figuran casi 800 hombres y los datos que hemos podido averiguar de cada uno de ellos, así como a un mapa interactivo donde poder viajar virtualmente a todos los lugares relacionados con la historia de los prisioneros de la Armada Invencible.
P.: No ha sido fácil escoger una última pregunta, porque hay mucho en esta obra y descubrimos un montón de curiosidades. Pero, si me permite, le preguntaría por el boticario Lope Ruíz de la Peña y la relación (por así decirlo) con Agatha Christie. Más allá de lo excepcional de la fecha de liberación de mi colega boticario, de ahí mi doble interés.
R.: El boticario Lope Ruiz de la Peña fue asignado como prisionero a un noble inglés llamado George Cary. Éste estaba tan feliz de tener un “médico particular” en casa que se resistió a liberarlo hasta nueve años después de su captura. La vinculación con Agatha Christie se debe a que la residencia de Cary, Cockington Court, fue un lugar muy querido por la maestra del suspense, ya que viajó hasta allí en numerosas ocasiones para pasar sus vacaciones cuando era una niña.
Pedro Luis Chinchilla Muñoz (Yecla, 1968) es investigador independiente sobre la armada de 1588 y creador de una plataforma en internet para su estudio y divulgación. Conferenciante y colaborador en distintos medios escritos y radiofónicos dando a conocer la historia de la «Armada Invencible».
Los prisioneros de la Armada Invencible. Pedro Luis Chinchilla. Ediciones B.
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