Esta semana, comparto la entrevista que me concedió Lluís Bussé (Barcelona, 1961) al hilo de su primera novela Itako (Distrito93). Un thriller ambientado en Tokio, en el Japón actual, aunque pronto hallamos la riqueza de matices, de tradiciones aún palpitando en el país del Sol Naciente. Una obra que a Bussé le ha permitido ahondar en fascinante y sorprendentes aspectos de la cultura japonesa.
P.: A lo ancho y largo de los capítulos de Itako, los personajes van apareciendo como en el kabuki. Quizá más como un seguir el Hilo Rojo del Destino. Aunque nos lo brinde a modo de thriller occidental, son muchos los elementos dramáticos y de misterio autóctonos que rodean esta historia. ¿Es así?
R.: En efecto, en el teatro del siglo XXI, donde todos participamos como público y protagonistas de nuestras vidas, la novela rescata la tradición del entretenimiento medieval entre la sociedad japonesa. En el caso que nos ocupa existe cierto espíritu ‘kabukiano’ en lo referente al inconformismo, independencia y el rechazo de ciertas normas sociales. Cierto espíritu ‘onna kabuki’ (kabuki de las mujeres) lo encontramos en la protagonista femenina de la novela: la itako O-Kono. En lo relativo al Hilo Rojo del Destino (unmei no akai ito), los personajes principales están irremediablemente unidos por una ‘atadura’ existencial que los une y arrastra durante la trama novelesca.
P.: Uno de los elementos que más me ha llamado la atención es el choque cultural entre lo tradicional y lo occidentalizado de ese Tokio, no en vano, la ciudad más poblada del mundo. Se me antoja que quizá por ello, esa frontera o zona entre dos mundos -la propia novela está dividida en dos partes- tan distintos, es también parte del leiv motive de Itako.
R.: Tradición y modernidad son las dos caras de la misma moneda. Aunque en ambas partes existe una búsqueda. Avanzar es retroceder (la mirada al pasado), y retroceder es avanzar (la mirada al futuro). Pasado, tradición. Futuro, modernidad. Sin embargo, la armadura del presente es lo que cuenta.
P.: Los términos, los nombres comunes y propios, juegan también un papel destacado, a mi modo de ver, en Itako. Por ejemplo, uno de los personajes centrales comenta al Superintendente Nakajima que los fusha tienen varios nombres, entre ellos, itako. ¿Nos lo comenta?
R.: En el noroeste del Japón los fusha (o chamanes populares) adoptaron diversos nombres: itako, kamisama, gomiso… Durante décadas sufrieron el asedio de los poderosos. Desde la era Meiji las videntes chamanas fueron vinculadas con religiones inmorales y desviadas, la prostitución privada ilícita, y actividades proscritas. Una característica de las itako era su ceguera, su resistencia al dolor, además de someterse a duras pruebas de iniciación para abrir una especie de canal entre el mundo de los vivos y de las almas de los ancestros. El objetivo principal de las itako, el más popular, era su comunicación con las los espíritus de los antepasados. También eran capaces de realizar exorcismos y hechizos mágicos, cantar y tocar instrumentos con el arco de catalpa para invocar otras entidades que no han alcanzado su descanso en la Alta Llanura Celestial.
P.: He escogido un fragmento de la novela para que las comente, porque advierto que refleja bien la parte misteriosa, casi mágica, que impregna Itako. Me refiero a: “La estupidez creará nuevos monstruos, versiones modernas de los antiguos dioses, sanguinarios, caprichosos, tal vez, prescindibles. El ocaso está a la vuelta de la esquina.”
R.: Es una reflexión del Superintendente Kuma Nakajima, que ampliando el contexto dice: “…La naturaleza humana desborda su esencia natural y obedece el mandato del progreso. Nadie escapa del teléfono celular ni a las series de televisión. El pensamiento único gobierna el planeta. La estupidez creará nuevos monstruos, versiones modernas de los antiguos dioses, sanguinarios, caprichosos, tal vez, prescindibles. El ocaso está a la vuelta de la esquina. Al doblar la calle. Nada es lo que fue en su día, somos fantasmas del ayer, desahuciados en un meteórico futuro repleto de incógnitas. Debería avanzar la jubilación y dedicarme a cultivar champiñones en el invernadero. O leer un libro a oscuras, con gafas de sol en alguna biblioteca pública…” Dejo a la inteligencia y perspicacia de los ojos educados en la lectura que extraigan las conclusiones oportunas sobre las luces y las sombras de los personajes que intervienen en Itako. Pero ello requiere un mínimo esfuerzo absolutamente valioso: leer la novela y acompañarla a través de las múltiples historias que contiene.
Lluís Bussé, autor de la novela Itako (Distrito93). Bussé es licenciado en Bellas Artes y doctor en Filosofía. Ha publicado, entre otros, La mirada femenina en la pintura europea (1874-1900), en 1996, o un libro en inglés titulado Barcelona’s Multiverse, en 2012. También realizó una exposición fotográfica individual -con el mismo título- en el Palau Robert de Barcelona. En 2013, salió a la luz un poemario inédito titulado Glasgow 15.
Itako. Lluís Bussé. Distrito93.
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