“No me quieras porque gané, necesito que me quieras para ganar» Hacía una hora que el portero ruso había detenido el penalti a Iago Aspas, pero nosotros seguíamos dentro del estadio. Un millar de almas españolas apiñadas detrás de la portería en silencio. Mirábamos en el video-marcador las repeticiones delLeer más