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Hace unos meses, se cumplieron 35 años del fallecimiento de Ian Curtis, uno de esos nombres que muchas veces pasan desapercibidos entre las grandes estrellas de la cultura musical, pero cuyo legado sigue mas vive que nunca. La voz, el genio de la decadente y gris Manchester de los 70´s, una figura imposible de olvidar por todo lo que significó tanto en su vida como en su caída a sus infiernos.

Hablar de Joy Division es hablar de Ian Curtis. Y de Factory Records, de Tony Wilson, de New Order, Happy Mondays… pero por encima de todo implica hablar del poeta maldito que fue Ian. Un carácter introvertido por definición que nunca encontró plenamente su lugar en el mundo, pero en el camino nos dejó junto a su banda 2 álbumes de estudio que, sin llegar al estatus de popularidad global en el momento de su lanzamiento, si que con el tiempo se han convertido en autentico objeto de culto para melómanos, y toda una influencia para músicos de diferentes ámbitos que, de una manera o de otra, se han maravillado con la obra de los Joy y no han podido evitar servirse de ello como inspiración. Desde U2 a Depeche Mode, de Radiohead a The Cure, no son pocos los que pueden atestiguar esto.

«To the centre of the city where all roads meet, waiting for you,

to the depths of the ocean where all hopes sank, waiting for you,

I was moving through the silence without motion, waiting for you,

in a room without a window, in the corner, I found truth.»

Depresión, epilepsia, agorafobia. Cada uno de los caracteres por si solo es sumamente destructivo, unidos forman un cóctel letal, capaces de hundir y destrozar una mente común. Pero la de Ian no era una mente común, discípulo de Bowie, Lou Reed, Iggy Pop… Tenía alma de artista y de poeta, y durante un tiempo la música fue su salida para no ser ahogado literalmente por su atormentamiento, brindando unas composiciones reflejo de un alma en pena que, aunado a esa característica voz de varitono, introducen al oyente en una atmósfera depresiva pero bella, triste pero emotiva, repleta de matices y apta para cerrar los ojos y sumergirse en un estado mental de admiración y reflexión. La obra de unos genios, probablemente adelantados a su tiempo, que supieron convertir sus inicios derivados del post-punk de sus primeras composiciones en algo original, fresco, y fuera de todos los cánones establecidos.

 

Para entender al grupo hay que entender a su entorno, a sus circunstancias. Manchester gris, industrial, fría como el acero. Fruto de ello el sonido, en un inicio fruto de un punk ya decadente, para luego evolucionar hacia algo distinto en gran parte gracias al productor Martin Hanmet que, anticipándose al movimiento dub que a posteriori tanta importancia alcanzo en tierras británicas, jugo de mil maneras con sonidos y atmósferas para dar al primer trabajo ese tinte intimista, oscuro,melancólico y denso pero cándido, abrazando a quien lo escucha. Desde grabar en espacios mas cerrados hasta la introducción de sonidos del entorno de grabación como el golpear rítmico de un objeto, roturas de cristales o grabar en un espacio ínfimo, todo para conseguir desarrollar una musicalidad característica que en la primera toma de contacto parecería deprimente y pesimista, pero realmente es desgarradoramente emotiva y romántica una vez que se le dedica el tiempo suficiente de escucha. Morir de amor, como expresarlo. En esa atmósfera especial importancia adquiere el bajista Peter Hook que marcando el tempo, se convierte en esencial como elemento catalizador del espíritu rítmico del grupo.

«And all god´s angels beware, and all you judges beware,

sons of chance, take good care, for all the people not there.

I´m not afraid anymore, I´m not afraid anymore…»

La guitarra de Bernard Summer se mantiene en su lugar, de una forma más clásica adaptando su ritmo para no robar protagonismo al resto de elementos. Y el batería definitivo (hasta 3 pasaron por la banda en sus inicios) Stephen Morris por fin captó lo que buscaban, convirtiéndose en el complemento ideal a la melancólica voz del solista, un contrapunto a sus golpes de voz. Curtis, siempre fue tentado a acompañar con una guitarra los directos por su histérica manera de tocarla, pero nunca se convenció del todo de querer hacerlo. Hasta 1979 no adquirió una, la Vox Phantom VI Special, hoy en manos de Summer.

Oscuridad. Opresión, aislamiento. A veces vivir en una gran ciudad como Manchester sorprendentemente traslada a un estado mental de soledad, feeling aumentado por estar rodeado de tanta gente que también sufre lo mismo, alineados en el estado mental de la gris y sucia urbe. Por ello traspasaron fronteras, por ello su música sigue siendo reproducida y se mantienen como icono del arte, transmiten el sentimiento de todas esas generaciones de jóvenes urbanitas que, rodeados de tantos seres humanos, se sienten sumamente desarraigados. No conformes con su entorno, con la sensación compartida de que alguien está dirigiendo su vida por ellos, de que su horizonte no es el que deseaban. Hormigas en hormigueros, danzando lúgubremente.

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Y siempre independientes, siempre alternativos, libres. Negando ofertas de discográficas para poder mantener su camino libre de influencias externas o imposiciones. Fieles a la intuición, confiando en el poder de lo que estaban fabricando. No fue un camino fácil, pero el talento puro se abre camino, se ha demostrado en demasiadas ocasiones. Y la situación era la adecuada, respondían a una llamada, pues el punk había agotado sus vías, demasiado simplicista en su mensaje, tenia potencia, energía y lucha contra lo establecido, pero le faltaba el corazón. Y ellos lo aportaron, sacando a la luz sentimientos de tormento, de pesimismo, de agonía, de enclaustramiento, pero dándoles forma de poesía, haciendo arte de la realidad de una generación juvenil británica totalmente carente de metas, atrapados por la realidad fría y opresiva. Se sentían identificados, y eso era dar al publico lo que necesitaban.

 

Alma atormentada, las líricas de Curtis transmiten todo lo que su carácter quería expresar, la angustia de no encontrar su sitio, el fracaso de su relación con su prematura esposa, las relaciones extramatrimoniales, la frustración de no poder poner freno a sus ataques epilépticos, en ocasiones en medio de los conciertos, la incapacidad para acostumbrarse a la fama y expectación que progresivamente generaba la banda. Todo ello era un cóctel explosivo que se cobró su vida en 1980 con su muerte, colgado en su casa. Hasta para eso mantuvo el aura romántica: tras ver una película de Werner Herzog (otra personalidad digna de articulo), escuchando Iggy Pop, con una carta para su esposa como legado y con la cuerda de tender como fino pero mortal instrumento para acabar con su vida. El amor le destrozó. como dice el éxito de la banda que adquiriría total notoriedad tras el fatal desenlace, tras una de las carreras mas cortas e intensas que se conocen.

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Todo queda para la posteridad. El inicio de «Unkow pleasures» con ese «Disorder» que según van entrando los instrumentos te introduce en la dinámica del grupo, casi a espasmos. Esa odisea con los sintetizadores dando guerra a modo de estribillo que es «Insight«.La vibrante instrumental de punk que supone «No love lost«, reformulada por Chirie.»Atmosphere«, elegante y parsimoniosa, casi ceremonial, con la voz adquiriendo mayor protagonismo si cabe y acordes brillantes a mas no poder. Los conciertos interrumpidos por ataques epilépticos y el publico entrando en histeria colectiva, creyendo que formaba parte de una coreografía ensayada. Los bailes espasmódicos e inimitables de Ian, que se podría decir que solo eran un anticipo de los posteriores ataques. Tintes negros, oscuros. Los directos memorables, y las apariciones grabadas como las celebres «Peel Sesions» en los estudios de la BBC. El triste final, con una soga como protagonista. Material póstumo, y el single «Love will tear us apart» como himno eterno. Y como frase escrita para la posteridad en una lapida. La de Ian.

 

«Why is the bedroom so cold, turned away on your side?

Is my timing what flawed? Our respect run so dry?

Yet there´s still this appeal, that we´ve kept through our lives.

Love, love will tear us apart again.» 

Ian-Curtis

 

Discografia:

1978 – «An ideal for living» / Factory (EP)

1979 – «Unknow pleasures» / Factory (LP)

1979 – «Transmision» / Factory (Single)

1980 – «Love will tear us apart» / Factory (Single)

1980 – «Closer» / Factory (LP)

1981 – «Still» / Factory (2LP)

1986 – «The Peel Sessions» / Strange Fruit (LP)

1988 – «Substance» / Factory (Recop)

1995 – «Permanent» / London (Recop)

1995 – «Heart & Soul» / London (4CD + Libro)

 

 

 

 

 

 

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Hace unos meses, se cumplieron 35 años del fallecimiento de Ian Curtis, uno de esos nombres que muchas veces pasan desapercibidos entre las grandes estrellas de la cultura musical, pero cuyo legado sigue mas vive que nunca. La voz, el genio de la decadente y gris Manchester de los 70´s,...