Si a pesar de la que está cayendo habéis conseguido ahorrar y cruzar el charco, enhorabuena.   Y si aún no lo habéis hecho, La Gonzo os recomienda un plan que hay que hacer  al menos una vez en la vida: entrar en el desierto de Arizona y ver desde el aire el Gran Cañón del Colorado.

Aunque nosotros también somos muy de “hágalo usted mismo” hay excursiones para las que se necesita acudir a profesionales.  Así que después de comparar entre varias compañías para visitar el Gran Cañón, nos decidimos por Papillon Grand Canyon Hellicopters. Ofertan una gran variedad de excursiones en avión, helicóptero y autobús desde diferentes puntos de partida hacia el Gran Cañón. Alguna de sus excursiones realizan descensos al Gran Cañon, otras lo sobrevuelan, incluso hay complementos como actividades de rafting en el río Colorado.  Os recomendamos sus excursiones porque son la mejor manera de acercarse  en tiempo récord a las entrañas de este gigante de la naturaleza.

En nuestro caso pudimos disfrutar de la Suset Grand Celebration,  una excursión desde la vecina Las Vegas, de 4 horas de duración y con traslados incluidos. Esta es excursión es idéntica en itinerario a la Grand Celebration, una de las más populares de la compañía Papillon, con la diferencia de que el viaje de vuelta se hace al atardecer.

El aeródromo Boulder City está a apenas una hora de trayecto desde Las Vegas. Una vez allí se distribuye a los pasajeros en grupos de seis y ya solo queda esperar el turno para subir a uno de sus helicópteros. Las vistas están garantizadas desde cualquiera de los asientos, que nadie se pelee por el sitio.

El momento del despegue es emocionante, aderezado con música de western americano,  pero nada comparado con lo que viene a continuación. Desde el aire se puede divisar  la presa Hoover, que contiene la mayor masa de agua del sudoeste de los Estados Unidos, Lake Mead.  Uno minutos más adelante empezamos a divisar la famosa pared del Gran Cañón, no sin antes parar la vista en un solitario y kilométrico camino de tierra que es el que recorren Thelma & Louise en la secuencia final de la famosa road movie.

Disfrutando del vuelo se llega a sobrevolar  el Gran Cañón hasta tomar tierra en mitad de las montañas, a 1200 m por debajo del borde del Cañón.  La compañía tiene allí una zona de picnic y ofrece una merienda con champagne y unos minutos para explorar un poco los alrededores. La vuelta al atardecer no se queda atrás en espectacularidad, la dorada puesta de sol desde el aire es una imagen de las que permanecen en la retina por mucho tiempo.  No os la perdáis.

Más información sobre excursiones, tarifas y reservas:

http://es.papillon.com/