Ibiza. Paraíso en la tierra, lugar para el disfrute y desenfreno por excelencia.Lujo, playas de arena blanca y aguas cristalinas, donde los visitantes de todo el mundo pueden disfrutar durante unos días de una isla sin ley ni gobierno que les recibe con las manos abiertas, todo a un módico precio, claro.

La imagen de la isla y el mensaje que transmite es claro, su publicidad está ya implícita en su nombre, como sinónimo de fiesta por antonomasia. Meca de todos los millonarios, amantes de la música electrónica y fiesteros en general, es un lugar no tan grande donde los magnates y apoderados de la «jet set» se mezclan con los turistas de clase mas humilde,que sueñan despiertos durante su semana de visita. En medio, trabajadores de temporada y residentes luchan por sobrevivir y amasar todo el dinero posible a costa de dicho turismo desenfrenado, la otra cara de la moneda.

En la sombra, pocos conocen la figura de Abel Matutes, aunque su biografía da para varios tomos. Aquí la opinión es unánime: dueño de Ibiza. La gente entenderá que el consumo y el turismo favorece a su población, pero en la practica digamos que no todo es tan obvio, cuando un consorcio como el del amigo Matutes posee, entre otras cosas, una parte de Spanair, decenas de hoteles y alojamientos, discotecas de la talla de Space, Privilege o el moderno complejo Ushuaia, parte de Balearia y Transmediterranea… en resumen, gran parte de los ingresos de la isla van directamente a las manos de Matutes, sin importar quien sea el partido del gobierno. De todas formas, el partido del gobierno en Baleares no suele cambiar a menudo, como es bien sabido por todos. A la imagen del resto del país.

Volvamos a la biografía del gran hombre. Alcalde con Franco para empezar, más tarde sería senador, diputado del congreso y, ya con el Partido Popular en el gobierno, ministro de exteriores y gran apoyo de Jose Maria Aznar. Toda una joya, en los últimos años ha dejado su imperio en manos de sus hijos, que han adquirido fuerza tanto en el campo de la política como las finanzas, como si de los Corleone se trataran. Dominando aun desde la sombra, la fortuna personal del patriarca se estima aproximadamente en 35o millones de euros, solo teniendo en cuenta lo declarado, claro. Permitirme que me entra la risa imaginando la cifra real.

Para concretar un poco más, centrémonos en el flamante buque insignia de la fiesta de la isla, Ushuaia, complejo hotelero de lujo situado enfrente de Space Ibiza, otra de sus propiedades. Actualmente se estima que genera 350.000 euros por noche, entre copas a 18 euros y entradas a 70, todos los días de la semana, y eso sin tener en cuenta el coste de las habitaciones, costando la más básica cerca de 300 euros por noche, y casi 10.000 la de precio mas elevado. Una maquina compleja y efectiva de hacer beneficio a costa de los turistas, que vienen en trance a ver a David Guetta, Marco Carola o Armin van Buuren sin importar el coste de nada.Gastar aquí es guay.

Lugar donde cada uno se paga su propia ley a medida, con una policía y una administración corrompida al servicio de las grandes fortunas, la población se resigna a sacar todo lo posible de los trabajos de temporada para aguantar hasta la temporada siguiente, mientras su isla cada año sufre más la invasión de un turismo de alcohol, drogas y poco respeto por el prójimo, un caso muy parecido al de la vecina población de Magaluf, en Palma de Mallorca. Y cada año es peor, con playas abarrotadas que antaño eran paraísos terrenales y ahora parecen tan vulgares como Gandia o Salou, puesto que el medio ambiente es quien mas sufre esta sobreexplotacion turística, con extremos alarmantes como la destrucción de parte del lecho marítimo de corales de Es Vedrá por parte del yate de un jeque árabe este mismo año.

Es cuestión de modas, venir a Ibiza, pegarse la fiesta padre en las discotecas propiedad del amigo Matutes, llenándolo bien los bolsillos. Por el camino, meterse todo lo posible al cuerpo en materia de drogas, ya que en este lugar se vive el fenómeno de sentirse un completo inútil si no tienes la nariz mas agujereada que el Muro de las Lamentaciones. Eso si, todo se arreglara pasando un par de ratos en algún paraje natural, aparentando para la posteridad y para Facebook que has venido en plan ecologista, consciente y tranquilo, son los hitos del postureo que predominan actualmente en las redes, y si hablamos de aquí, mas. En medio, una isla que ha sufrido desde los años 80´s la invasión de todos los hippys hijos de familias pudientes europeas, y desde entonces esa invasión no ha cesado, alcanzando la denominación de plaga. Pasando a ser totalmente dependiente del sector turístico, como una losa que hunde más año tras año, conforme las grandes empresas del sector terciario amplían su monopolio y el pequeño comercio se desgasta hasta el infinito, en la misma medida que el ecosistema y la población autóctona.

Mientras, el consorcio del dueño de Ibiza seguirá sonriendo mientras legiones vienen a llenarle las arcas.Las 2 modernas carreteras de reciente creación poseen historia propia: la primera, que transita de Ibiza a San Antonio, esquiva casualmente con curvas las propiedades de la familia Matutes, mientras pasó por encima de casas y terrenos de habitantes a los que se les echó de sus residencias por el «bien común». La segunda, del Aeropuerto a la población de Jesús, no podría ser mas casual. Jesús, pueblo con zona de lujo dónde se encuentra la gran mansión de esta bien avenida familia. La ley a medida, la isla a sus pies.

Que si, que todo es muy bonito. La fiesta es genial, las borracheras descomunales, las playas idílicas y todo lo que queráis. Pero del trasfondo que hay detrás nadie sabe nada, o al menos eso parece. Ignorancia. Solo espero que algún día pase de moda Ibiza, y las masas que la invaden todos los años la encuentren otro destino donde, al menos, no haya un ecosistema tan precioso como el que están destrozando. Todo llega.

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