Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes. Blanca García-Orea

El libro “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” (Grijalbo), de Blanca García-Orea llega estos días a las librerías para redescubrirnos a nosotros mismos. Porque su autora ha hecho una labor ingente y eficaz acerca del llamado segundo cerebro, nuestro intestino, y sus alrededores.

En “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” hacemos un viaje interior, no solo metafórico, pues descubriremos que existe esa conexión entre el cerebro y el intestino. También conoceremos a unos curiosos okupas de nuestro sistema digestivo, aunque no todos son revoltosos y molestos, sino muy beneficiosos. Fruto de ese beneficio nuestros microorganismos nos aportan desde protección inmunologíca a energía.

“Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” no excluye verdades incómodas harto sabidas sobre salud y alimentación. Ser cada vez más adictos a la comida basura, a los alimentos ultraprocesados, es un hábito que nos predispone a una mayor exposición a enfermedades inmunes, depresión, ansiedad, etc. Por eso Blanca García-Orea se esmera en que conozcamos qué ocurre en nuestro sistema digestivo, en qué cosas le afectan y cómo podemos ayudarlo. Por ejemplo, desempeña una función fundamental en la defensa inmunológica de nuestro cuerpo. Puede parecer extraño, pero así es. Nuestro intestino contiene un número elevado de linfocitos y estos generan aproximadamente un 70% de los anticuerpos del organismo. Algo muy a tener en cuenta estos meses en los que la salud, las infecciones y la pandemia del coronavirus ha cambiado nuestros hábitos de vida.

Una curiosidad que descubrimos en “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” es dónde y cuando empieza esa relación de los microorganismos con nosotros. Obviamente, en el parto, al nacer. Hay bacterias que se nos unen desde la microbiota vaginal y anal de nuestras madres. Más curiosa aún es la técnica empleada en los bebés nacidos por cesárea para garantizar el contacto con los microorganismos beneficiosos. De hecho, la lactancia materna ayuda a repoblar la microbiota intestinal de los recién nacidos.

Los microorganismos se encargan de digerir, por ejemplo, los alimentos que nosotros no podemos digerir. Y a cambio de ello algunos nos aportan una contraprestación beneficiosa sin saberlo.

Lo que comemos o cómo lo comemos influye primero en nuestro intestino y más tarde en nuestro estado de salud físico, mental y emocional. Ese es propósito de este libro, explicar por qué debemos cuidar nuestra alimentación y motivarnos para llevarla a la práctica dados los múltiples beneficios de hacerlo.

No podían faltar una sección destinada a hablarnos de los probióticos y los prebióticos. Que suenan parecido pero no lo son. O de la importancia de los fermentados, de lo saludable que puede ser el yogur, el kéfir o más productos fermentados con bacterias probióticas. Si os gusta el chucrut o la col fermentada hay una minireceta para hacerla en casa.

Por si ello no fuera poco, encontramos un recetario en la segunda parte de este “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes”. En sus secciones de desayunos, comidas, cenas, panes y postres… hallamos recetas sencillas, rápidas, saludables y con sugerencias para diabéticos, sensibles al gluten, o sin huevo.

“Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes”. Blanca García-Orea. Grijalbo.

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