Bailar para despojarse de la voluntad y entregarse a las inercias calladas, las que se esconden en lo profundo de los hombres. Bailar es abandonarse a los impulsos primeros, a las necesidades motoras. Bailar para que estallen esos impulsos y encarnar el curso de las inercias. Los órganos, metáforas más íntimas de la movilidad: frenar el movimiento del aire, de la sangre, es morir. Frenar la necesidad que tengo de encontrarte, es morir.

El monstruo de las dos espaldas está condenado a sentirse y a no poseerse. A conformarse con la calma de compartir el aire por un instante, de entrar en la piel del otro por un instante. Las dos espaldas aprendieron a quererse. Se volvieron una sola. Y compartieron la sangre y el aire en ese instante. Aprendieron que vivir puede que sólo consista en esperar a que el instante ocurra. El monstruo de las dos espaldas es una obra de danza inspirada en el mito del andrógino que cuenta Aristófanes en El Banquete de Platón

Desde el Jueves 2 de Junio de 2011
Hasta el Sábado 4 de Junio de 2011

20:30

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Raquel HernándezEscena
Bailar para despojarse de la voluntad y entregarse a las inercias calladas, las que se esconden en lo profundo de los hombres. Bailar es abandonarse a los impulsos primeros, a las necesidades motoras. Bailar para que estallen esos impulsos y encarnar el curso de las...