Un concierto de la concordia

 

En el calendario de conciertos de música clásica berlinés, hay fechas sagradas, y una de ellas sin lugar a dudas, son los conciertos en el Waldbühne. El pasado domingo 25 de Agosto, 20.000 personas en su mayoría berlineses, pero otros muchos llegados en autobús para el acontecimiento, se reunieron en el escenario al aire libre de la anilla olímpica para disfrutar de la West-Eastern Divan Orchester y de su flamante director Daniel Barenboim.

El echo que en el anfiteatro la mayoría de las localidades sean sin numeración (las entradas son ordenadas solo por zonas), invita a los espectadores a acudir al escenario con prontitud. Y así, lo hicieron la mayoría, aprovechando un magnifico domingo de agosto, y realizando un picnic en familia hasta el esperado momento en que la orquesta ocupó su lugar. El ambiente pues, no podía ser mas idóneo, y la orquesta no decepciono a tan entregado público.

El programa era una astuta combinación de Verdi, Wagner y Berlioz, para poder captar la atención de todos los espectadores. En la primera parte del concierto,  se escucho la obertura de La fuerza del destino, y los preludios del Acto 1 y Acto 4 de La Traviata de Verdi.  Seguidamente, con un guino al pueblo Alemán, gaudimos de “Vorspiel” y “Liebestod” de Tristan und Isolde de Richard Wagner, y la obertura de de “Die Meistersinger von Nüremberg” única ópera cómica del citado compositor alemán. La segunda parte sonaron las notas del compositor francés Berlioz y su célebre Sinfonie Fanstastique.

Daniel Barenboim, es sin lugar a dudas un gran artista, y como tal controla el espectáculo y domina al público. Como buena estrella que es, y que se lo sabe,seduzco el escenario cuando lo deseo, y cedió el poder a la orquesta cuando le pareció oportuno (haciendo gala de una gran generosidad). Por encima de todo, fue una gran lección de puesta en escena, teniendo en cuenta un recinto tan y tan grande, donde los espectadores mas alejados están tan lejos del escenario.

La orquesta agradeció con diversos regalos las ovaciones del público entregado, destacándose las dos oberturas de Carmen, que el Maestro Barenboim escucho al lado del escenario, dejando la West-Eastern Divan Orchester única protagonista bajo la protección de la música de Bizet.

Esperamos que el próximo ano, el maestro vuelva con su orquesta y podamos volver a disfrutar de su poder musical pero también de su increíble energía escénica.  ¡Bravo Maestro!

¡Bravo Maestro!

 

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  En el calendario de conciertos de música clásica berlinés, hay fechas sagradas, y una de ellas sin lugar a dudas, son los conciertos en el Waldbühne. El pasado domingo 25 de Agosto, 20.000 personas en su mayoría berlineses, pero otros muchos llegados en autobús para el acontecimiento, se reunieron...