El pasado mes de octubre se dio a conocer el fallo del prestigioso premio Planeta 2013. La ganadora ha sido la escritora alcarreña Clara Sanchez, resultando finalista la madrileña Ángeles González-Sinde.
Clara Sánchez nació en Guadalajara, pasó su infancia en Valencia y acabó estableciéndose en Madrid. En 1989 publicó la novela ‘Piedras preciosas’, a la que siguieron ‘No es distinta la noche’, ‘El palacio varado’, ‘Desde el mirador’, ‘El misterio de todos los días’ y ‘Últimas noticias del paraíso’ (Premio Alfaguara de Novela 2000). En 2010 obtuvo el Premio Nadal de Novela con ‘Lo que esconde tu nombre’ que la lanzó con gran éxito al mercado internacional.
Por su parte, Ángeles Gonzalez-Sinde lleva dedicándose a la escritura desde 1991. Estudió Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid y ha escrito obras de teatro, más de quince largometrajes, muchas horas de ficción televisiva y publicado cuatro novelas infantiles. Entre otros cargos ha sido presidenta de la Asociación de Guionistas, ALMA, presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y Ministra de Cultura del 2009 al 2011.
Clara Sánchez: «La sociedad en la que vivimos nos tiene superficializados».
En El cielo ha vuelto, Clara Sánchez nos habla de Patricia, una joven modelo de pasarela cuya vida parece marcada por el éxito. En un vuelo de trabajo conoce a Viviana, su compañera de asiento, que le advierte que tenga cuidado porque alguien de su entorno desea su muerte. Descreída y nada supersticiosa, cuando Patricia regresa a la felicidad de su hogar decide olvidarse de esta recomendación sin fundamento. Hasta que una serie de fortuitos accidentes, que afectan a su trabajo y a su vida privada, la llevan a buscar a Viviana para encontrar una explicación a estos sucesos.
“He querido trasladar el desasosiego y el descubrimiento de una persona que cree que su vida está bien, pero tiene algo dentro que le dice que no todo está bien. Todos los personajes de la novela están basados en personas reales que he conocido en mi vida. La sociedad en la que vivimos nos tiene superficializados tal vez porque va todo muy rápido, no tenemos tiempo para reflexión. Quise reflexionar sobre las modelos a partir de la imagen que vi en una revista de una modelo, de la mirada que me transmitía. Esta novela la he escrito como una fábula. Patricia y Viviana me recuerdan un poco a Quijote y Sancho. He querido introducir un poco de magia. Patricia está sola, pero no se da cuenta. Se da cuenta de cierto aprendizaje que también he vivido con ella”.
Ángeles Gonzalez-Sinde: «El personaje de Vicente lo tenía en mente hacía tiempo».
En El buen hijo Gonzalez-Sinde da vida al personaje de Vicente quien a sus 37 años sigue compartiendo vida y negocio con su madre. Él quiere que todo cambie, pero no sabe cómo hacerlo. A pesar de ser un tipo al que todos aprecian, tiene un importante talón de Aquiles: su indecisión y su afán por complacer a todos, lo que le lleva a enmarañarse en relaciones afectivas confusas. Un accidente doméstico deja a su progenitora impedida temporalmente, momento que Vicente aprovecha para revolucionar su vida de la manera menos inteligente posible: enamorándose de Corina, la asistenta, cuya personalidad no es tan clara como parece.
Gonzalez-Sinde comenta que “la idea de escribir esta novela tiene una historia más larga que el año y medio que tarde en escribir el borrador. El personaje de Vicente lo tenía en mente hacía tiempo. El cómo podía vivir una persona que es buena, si no nos gusta el enfrentamiento, la pelea, el hacer daño a los demás. A raíz del accidente de la madre de Vicente, éste se hace preguntas sobre su futuro. Hace lo que haría cualquiera en una situación así. Se propone reinventarse, dar un giro y tomar las riendas de su vida. Tanto en lo laboral como en lo sentimental. Para emprender hay que desprenderse, de las ideas con las que has crecido.”
Al preguntarles a ambas qué es lo que más se agradece cuando uno recibe un premio importante como el premio Planeta, si el dinero, el reconocimiento o el poder de difusión, Clara Sánchez respondió: “El dinero no lo desprecio en absoluto. Este premio me da mucha libertad, no solo por el dinero, sino por la libertad creativa, porque puedo escribir lo que me gusta. Me recuerda a un personaje de Patricia Highsmith que es un escritor y al que su mujer le aconseja que escriba disfrutando. Me permite la libertad en todos los sentidos, también en el de ganar lectores”.
González-Sinde afirmó: “Me sumo a lo que dice Clara. Los recursos económicos para un escritor y en general para cualquier artista lo que permiten es liberarlos para no verse en determinadas situaciones, que no te van a coartar; libertad para ti mismo, está muy ligada a la confianza y por otra a la difusión. En el caso de la difusión la promoción es importante. Me gustaría que mis novelas infantiles se conocieran y las regalaran. Este premio te permite conectar con muchas personas, miles de ellas. Además de participar en una gran fiesta de la literatura como es este premio al que me presenté con deseo pero sin expectativa”.
¿Qué es más importante, la peripecia o el interior?
“La peripecia es una forma de arrastrar al lector hacia el tono y las emociones que se cuentan –responde Clara Sánchez–, para mí la novela es como un libreto de una ópera, sirve para sostener mi voz, lo que a mí me inquieta, lo que uno no puede contar en una sobremesa después de comer… El tono es lo que hace que sea alegre, agridulce, triste… Todo tiene que ir en función de ese tono. El tono de esta novela es esperanzador”.
¿Cuál fue la chispa que encendió la novela?
En esta no sabría decir –confiesa Ángeles González-Sinde–. Otras veces sí que lo recuerdo claramente; en este caso no hay un día en concreto, como dije antes, tenía la idea del personaje en la cabeza. Quizá podría ser a partir de un sueño que aparece además al principio de la novela, que fue un sueño real. Un día echas la vista atrás y empiezas a hacerte preguntas. No hay un hilo, hay muchos hechos pequeños, hay momentos en la vida en la que me he sentido como el protagonista.