No están todo los que son, ni son todos los que están. El Jefe Vampiro, maestro de ceremonias dejaba caer esta frase a lo largo del espectáculo de dos horas que brindó junto a su pandilla de locos.

Tras el éxito del Circo de los Horrores “reinventan” el circo tradicional con maquillajes pálidos y looks terroríficos para, en esencia, ofrecer lo de siempre: trapecistas, contorsionistas, malabaristas, magia y payasos, que en el s.XXI llamamos monologuistas.

La propuesta no deja de ser buena y muy divertida a ratos aunque menos rompedora de lo que se podría esperar al divisar de lejos la enorme carpa blanca con la cruz roja “chorreante” que daba la bienvenida en vísperas de la noche de difuntos.

Destacamos la buenísima dirección de maestro de ceremonias que se metió al público en el bolsillo desde la segunda frase y que conseguía carcajadas en cada una de sus intervenciones, bien como vampiro o bien como el “Bitelchús” en que se convirtió a mitad dl espectáculo para tomar el pelo, en el mejor sentido, a toda la audiencia. También de lo mejor fue la mágica puesta en escena de la “trapecista sonámbula”, lo más impactante desde el punto de vista visual, así como el genial malabarista con sus ritmos de batería en cada bote de sus juegos con seis y más pelotas.

En resumen, no se dejen engañar por su apariencia, el espectáculo del Manicomio del Circo de los Horrores es más gracioso que terrorífico.

http://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2012/11/Manicomio.php_.jpghttp://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2012/11/Manicomio.php_-290x290.jpgRaquel HernándezEscena
No están todo los que son, ni son todos los que están. El Jefe Vampiro, maestro de ceremonias dejaba caer esta frase a lo largo del espectáculo de dos horas que brindó junto a su pandilla de locos. Tras el éxito del Circo de los Horrores “reinventan” el circo tradicional...