Helena TurMe concede una entrevista la escritora Helena Tur Planells (Ibiza, 1969). Ha publicado este año la novela Malasangre (Plaza & Janes). Tur se licenció en Filología Hispánica, doctorándose en Teoría de la Literatura. Amante de la literatura inglesa del siglo XIX, ejerce como profesora en un instituto. Empezó a escribir novelas de corte romántico y publicó varias de ellas ocultando su identidad tras el pseudónimo Jane Kelder.

Háblenos del contexto histórico en el que transcurre Malasangre. De alguna manera nos introduce en él con sus personajes, en esa época marcada por el reinado de Isabel II, las conspiraciones en su contra, los detractores en el Norte de España. También la “campaña de españolización” de la reina para evitar alzamientos y conatos de independencia. Nos hallamos en un país azotado por el cólera, con mendigos en las calles de ciudades, tornos para expósitos en los conventos y un intento de revitalizar la riqueza del Camino de Santiago.

    Escogí septiembre de 1858 precisamente por ese viaje que realizó Isabel II para revitalizar este tramo del Camino de Santiago, porque así justificaba que, semanas antes, hubiera un despliegue de la Guardia Civil en la zona. Nos encontramos en una época entre guerras carlistas y, sobre todo, es en el Norte donde el carlismo tiene más fuerza y no sería descartable un atentado contra la reina. Pero, como bien dices, los nacionalismos ya habían empezado a tener adeptos, al igual que las ideas republicanas y socialistas. Y no hay que olvidar el bandolerismo, algo habitual en las rutas comerciales, por lo que son muchos los motivos que tiene la Guardia Civil para rastrear el lugar antes de que llegue la reina. Si a eso le juntamos la historia del sacamantecas que aún coleteaba en la región, creo que no había mejor momento para ubicar esta historia.

De algún modo he querido ver en el desarrollo de Malasangre, pero sobre todo en los personajes, una defensa del papel de la mujer en un contexto tan agreste y duro como lo fue ya de por sí el siglo XIX y, además, el rural al ubicarla en la comarca de El Bierzo con una joven huérfana. Háblenos de ello y, si lo estima, de sus influencias literarias como Austen y Gaskell en esa línea.

   Me gustó mucho descubrir que en El Bierzo las mujeres participaban en los concejos y su voz estaba a la misma altura que la de los hombres, algo poco habitual en aquella época. El personaje de Eulalia Montes es el de una feminista al estilo de lo que luego sería Emilia Pardo Bazán, pero también es intelectualmente inquieta, culta y, sobre todo, adinerada. Henar, como algunas de las protagonistas de Austen y Gaskell, no tiene ninguna teoría feminista, pero sí siente el impulso de no dejarse pisar y avanzar sin que su condición sexual la limite. Su límite se halla más bien en su condición social: no tiene familia ni dinero ni trabajo. La formación que ha conocido a través de Eulalia Montes contrasta con su realidad. Yo conozco a muchos ecologistas de discurso que viven con aire acondicionado, coche e incluso barco y, sin embargo, también conozco a muchos que aman y respetan la Naturaleza sin discursos. Haciendo una analogía, yo colocaría a Henar en este segundo punto. Lo que tienen en común Eulalia y Henar es la fuerza, el deseo de ir más allá y, sobre todo, el que ambas son conscientes de la importancia de la educación para poder tener un espíritu crítico.

“Las abejas huelen el miedo”, le dice Baia a la protagonista en un pasaje de la novela. Lo tomo para que nos hable de la apicultura, de las abejas en Malasangre. No en vano en la sobrecubierta y en la tapa del libro aparece impresa una abeja. ¿Es también metafórica?

    Sí, sin duda la decisión de que Henar se aloje en un colmenar fue pensando en una metáfora. Cuando ella se despierta, los zumbidos ya están allí y la amenaza no se concreta en una abeja, sino en el hecho de verse envuelta por ellas. Y eso es lo que le ocurre a Henar: en lo que debiera ser su refugio, hay una amenaza constante, pero también en las personas que va conociendo. Creo que las presencia incesante de las abejas ayuda a dar una atmósfera de inquietud.

“Siempre ha sido más fácil sentir pena por la desgracia que alegrarse por quien tiene fortuna”, leemos en su novela. Coméntenos esta frase en el contexto de las vicisitudes que ha de superar la protagonista de Malasangre.

    Siempre se dice que se descubren los verdaderos amigos en los malos momentos, pero yo no lo tengo tan claro. En los buenos, hay muchas envidias y eso puede hacer mucho daño. Y eso es lo que le ocurre a Henar durante los tres años que trabaja de lazarillo para Eulalia Montes, porque se convierte en su mano derecha y en su discente. Henar es consciente del privilegio (y la excepción) que vive durante esos tres años, pero, a la vez, genera la envidia del resto del servicio, que la considera una arribista.

malasangreNo nos olvidemos de la parte misteriosa de la novela. Esa aparición de niñas degolladas en la región. Una comarca de por sí con un rico folclore de creencias y mitos. Lo leemos, por ejemplo, en: “cuando oscurece se levanta el rañubeiro, los xanines hacen de las suyas y el diablo burlón se mueve sin que nadie lo vigile”. Háblenos de ello.

   Empiezan a aparecer cadáveres de niñas en El Sil y todas ellas, desangradas y con una marca en el cuello. Si Henar creyera en vampiros, pensaría que se están alimentado de la sangre de las niñas. Sin embargo, Henar no es supersticiosa, ha tenido derecho a una formación liberal y no cree en mitos populares. Pero sí cree en lo real, y lo real es que, hasta hacía poco, un depravado llamado Romasanta y conocido como sacaúntos o sacamantecas, se dedicaba a asesinar personas para extraerles la grasa y venderla luego en Portugal como si fuera un ungüento curativo. Cuando Romasanta fue apresado, alegó en su defensa que, debido a una maldición familiar, no era responsable de sus actos porque, cuando los cometía, estaba poseído y que en realidad sufría de licantropía. También fue conocido como el hombre lobo de Allariz, porque allí debía cumplir condena, pero en 1858 no estaba nada claro que continuara encarcelado, por eso, muchos lugareños comienzan a vincular la muerte de las niñas con el sacamantecas. Henar sabe que Romasanta era de origen gallego y que había cambiado varias veces de nombre, por eso, desconfía de la mayoría de gallegos que la rodean.

Algo que ha mantenido en Malasangre es su estilo, sus temáticas. El romanticismo está muy presente, también el costumbrismo y la ficción histórica a la que sí le añade como novedad ese punto de misterio. ¿Qué espera que encuentren sus lectorxs en esta novela de contrastes?

   Creo que el hilo conductor es el suspense, un suspense psicológico provocado porque sabemos que va a pasar algo, pero no sabemos cuándo ni cómo. Me gustaría que fuera considerada una novela para todos los públicos, sin importar edad, sexo o clase social. Creo que tiene una narración ágil y es muy cinematográfica y, a la vez, hay muchos guiños a la novela de aventuras decimonónica.

Malasangre. Helena Tur. Plaza & Janes.

Sigue el resto de la entrevista pinchando aquí

 Te puede insertar:

Nueve perfectos desconocidos. Liane Moriarty

El gusto es mío. Victor Manuel

http://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2020/09/Helena-Tur-683x1024.jpghttp://www.lagonzo.es/wp-content/uploads/2020/09/Helena-Tur-290x290.jpgGinés J. VeraEntrevistaLiteraturaEntrevista a Helena Tur,Helena Tur,Malasangre,Novela,Plaza & Janés
Me concede una entrevista la escritora Helena Tur Planells (Ibiza, 1969). Ha publicado este año la novela Malasangre (Plaza & Janes). Tur se licenció en Filología Hispánica, doctorándose en Teoría de la Literatura. Amante de la literatura inglesa del siglo XIX, ejerce como profesora en un instituto. Empezó a...