Ignacio Marin

Me concedió estos días una entrevista el periodista y escritor Ignacio Marín que acaba de publicar su última novela, Nadie corre más que el plomo (Alrevés). Una novela negra con la costa levantina como escenario. ¿Será verdad eso de que el escritor trabaja la mentira para contar la verdad? Entre lo real y lo fantástico, entre lo onírico y la denuncia social, acerquémonos a esta novela ágil y de rabiosa actualidad.

 

P.: Enmarca su novela en una etapa de nuestra historia reciente: la Transición. No deja de ser paradójico como casi medio siglo tras la muerte del dictador, esta piel de toro aún siga lamiéndose heridas de una guerra de hace tres cuartos de siglo y de un tufillo aún instalado en muchos olfatos de políticos y gentes de distinto pelaje y condición. Coméntenos esa elección al hilo de su novela y de la España actual.

R.: Con esta novela quería abrir un debate que creo que tenemos pendiente, que es el de la Transición. Tenemos instalado un dogma sobre este periodo de tiempo: que fue ejemplar, que fue pacífico, que fue democrático, que fue un momento de consenso y colaboración… No lo creo, sinceramente. Considero que se nos han edulcorado esos años porque todo nuestro sistema político actual está basado es la presunta legitimidad de ese periodo. La Transición, desde mi punto de vista, fue un momento político orquestado y muy represivo para tratar de vender una imagen democrática, para dar la impresión de cambio drástico, a un régimen que, en realidad, continuó teniendo los mismos referentes ideológicos, los mismos actores políticos y económicos. No lo digo yo, lo dice la crónica de aquellos años.

P.: Uno de los motores narrativos en Nadie corre más que el plomo es el asesinato de un alcalde de un pueblo de pescadores donde las sospechas recaen casi en cada uno de sus vecinos. ¿Qué fue lo más difícil de ocultar a los lectores a la hora de plantear la parte policial de la historia? No en vano, su anterior novela también giraba en torno a un caso policial y, casualidad o no, con el final de la Dictadura como marco temporal.

R.: Uno de los aspectos más difíciles de la narrativa en general es sorprender al lector. En el género negro este concepto es especialmente relevante, ya que es necesario mantener el interés vivo, hacer al lector partícipe de la investigación, porque si desde el principio conoce el desenlace, va a terminar apeándose de la historia, le va a aburrir. Pero ojo, esa capacidad de sorpresa, ese interés, puede generarse no solo porque el culpable sea uno u otro personaje, sino también con los motivos de ese crimen. Con eso juego, utilizando además de contexto una época especialmente convulsa, donde los principios éticos y morales pueden diluirse ante el rigor de la situación política, ante lo trascendental de las circunstancias históricas.

nadie-corre-mas-que-el-plomo-ignacio-marinP.: Toca hablar de los protagonistas, al menos, de tres de los personajes medulares. De Eugenio Martín, subdirector del Cuerpo Superior de la Policía, y de sus dos amigos Paco y Rosa. ¿Qué les puede contar a los lectores para acercarles a Nadie corre más que el plomo?

R.: Retomo esos personajes que ya utilicé en mi primera novela, Edificio España, pero jugando con sus pesos, con sus diferentes protagonismos en la trama. Nadie corre más que el plomo es también un viaje al interior del inspector Eugenio Martín, un policía atormentado por el sangriento final de la dictadura y que está comprobando que esos fantasmas de la represión franquista están más vivos que nunca en esta presunta democracia. Es una descripción muy intimista de Eugenio, poniendo el foco en su salud mental, en su insomnio, en sus adicciones. De hecho, él es uno de los dos narradores que tiene la historia, y reflexiona en primera persona sobre las dificultades que tiene para sobrevivir en un mundo y en una vida personal en eterno colapso.

El otro narrador es Paco, que junto a Rosa escaparon de su pasado y de un Madrid salvaje para emprender una nueva vida en el pacífico Levante. Pero como de si de una maldición se tratase, esa violencia les persigue y les vuelve a juntar con su antiguo compañero de dolor, Eugenio. Son personalidades menos atormentadas que la de Eugenio, pero no por ello menos acostumbradas a la tragedia. La más valiente de los tres es Rosa, que desde pequeña ha sabido superar con decisión y alegría el triple estigma de ser mujer, migrante y pobre en una sociedad hostil.

P.: Qué novela negra que se precie no tiene algo de denuncia social, de las injusticias y lo impune, a través de sus personajes. Lo sórdido de la colectividad se da la mano con la solidaridad y lo luminoso de lo local; luces y sombras como un moderno Frankenstein o un Dr. Jekyll y Mr. Hyde. ¿Cuál diría que es nuestro mayor defecto y nuestra mayor virtud como sociedad? No vale decir que la paella, aunque nos una los domingos a (casi) todos y todes.

R.: El género negro, como bien indicas, tiene una predisposición especial para la denuncia social, lo cual me resulta de gran utilidad, porque uno de mis principalmente compromisos es el de combatir la creciente desigualdad y esa injusticia que sufrimos a diario en nuestras calles. Tanto Edificio España como Nadie corre más que el plomo denuncia estas situaciones de desigualdad en épocas en las que colectivos desfavorecidos sufrían la crudeza y la represión de un sistema capitalista atroz, pero que, a la vez, subsistían y prosperaban lentamente gracias a un sentimiento de comunidad, de cooperación, de generosidad realmente enviable a los ojos de hoy. El objetivo de ambas novelas y de prácticamente todo lo que escribo es que el lector que se dé cuenta de que esa desigualdad no sólo no ha desaparecido con los años, sino que se ha agravado y crece día a día. Además, ese sentimiento de comunidad, esa cooperación, la hemos perdido hoy por culpa de un individualismo exacerbado.

 

Ignacio Marín (Madrid, 1984). Escritor y periodista afincado en Vallecas, ha ido madurando un sólido compromiso por denunciar la desigualdad y la injusticia social a través de la palabra escrita. Desde su tribuna en el periódico Vallecas Va señala en cada número a los responsables de la miseria y la pobreza que se sufren en barrios como el suyo. Ganador del concurso Narrativa del Centenario del PCE con «Valle de silencio», publicó su primera novela en 2022, Edificio España, un crudo relato policíaco sobre el tardofranquismo y las desigualdades en el Madrid de los años setenta. Su pasión por el género negro y por poner al alcance de todos la cultura le ha llevado a crear y dirigir el primer festival de novela negra y social de Vallecas, Vallekas Negra.

Foto (c) Ana_Nuñez_Agudo

Nadie corre más que el plomo. Ignacio Marín. Editorial Alrevés.

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Me concedió estos días una entrevista el periodista y escritor Ignacio Marín que acaba de publicar su última novela, Nadie corre más que el plomo (Alrevés). Una novela negra con la costa levantina como escenario. ¿Será verdad eso de que el escritor trabaja la mentira para contar la verdad?...