Se encienden los focos sobre el escenario y aparece un psicólogo, experto en criminología, además de escritor. Se trata de Vicente Garrido, valenciano, profesor titular de la Universidad de Valencia, una de las máximas autoridades en España en la investigación y tratamiento de la personalidad violenta; miembro de prestigiosas sociedades científicas mundiales, que me concede una entrevista todo y que en realidad al escenario debería subir también Nieves Abarca. Ambos, Abarca -como antigua alumna en un curso de perfilación criminal- y Garrido, llevan años escribiendo en dueto varias novelas de género negro, entre ellas, la saga protagonizada por Valentina Negro. La última obra, por la que me responde Garrido sentado bajo los focos de este improvisado escenario virtual a mis preguntas, es El beso de Tosca (Ediciones B).
Encerrados en un hotel del Paseo de Gracia, tres individuos planean un acto que conmocionará a la ciudad y al país entero, pero son solo sombras en una ciudad que tiene su propia pesadilla: un sangriento asesino en serie que tiene en vilo a la policía. Mientras, un cantante de ópera se enfrenta al asesinato de su mejor amigo y al difícil reto de triunfar por primera vez en el Gran Teatro del Liceu.
Terror y ópera nos lleva, casi ineludiblemente, al personaje de Gastón Leroux, de El fantasma de la ópera. Imagino que a veces no siempre será fácil esquivar etiquetas, estereotipos y clichés -en este género tan exigente (por los lectores respecto a los autores)- con las tramas o, como en este caso, con ciertos personajes.
En realidad aquí la ópera es solo un marco que señala el principio de la acción y donde al final se juntan todas las tramas de la novela, no define su contenido, y de algún modo establece el clima moral de aquélla, luego no tuvimos necesidad de recurrir a ningún cliché. Eso sí, ¡¡hay escenas tremendas en el Liceu de Barcelona!!
Al margen del protagonista, escojo a otro para mi siguiente pregunta. A Rusty. Con este personaje no solo nos acercamos al mundo de las mafias y la trata de blancas, también, acaso, a la forja de un asesino en serie. Quizá para dos expertos en la mentalidad psicopática criminal sea todo un reto o un azucarillo. ¿Nos lo comenta?
Sí, Rusty fue un personaje muy interesante de hacer, porque a diferencia de otros él “descubre” por casualidad que le agrada matar, lo que en ocasiones ocurre en la realidad. De modo tal que lo que mostramos en la novela es un proceso de aprendizaje, una evolución desde un matón de tres al cuatro a un asesino importante. Una vez llega disfrutar de su poder, se queda fascinado por lo que le proporciona la violencia, algo que sucede con los asesinos seriales: cuando descubren su auténtica naturaleza, perseveran en ella.
Por último, no quería dejar pasar la oportunidad de preguntar por el ritmo narrativo de El beso de Tosca. El lenguaje a través de la seducción con frases cortas, verbos de acción y esa aparente sencillez que acaricia como los suaves golpes de un boxeador experimentado antes del K.O. Que conste que he querido hacer un guiño literario a la ‘ciencia dulce’. Háblenos del ritmo tranquilo inicial para converger en un allegro con fuoco casi operístico de los capítulos finales.
Bueno, son palabras bonitas, muchas gracias… Pero tienes toda la razón: El Beso de Tosca fue concebido como una ‘mascletá’: el gran petardo inicial sucede en Alboraya, en la alquería que esconde la violencia y el juego ilícito. Y a partir de ahí, in crescendo, se suceden los espasmos que llevan la acción (y espero) al lector al paroxismo. Intensidad y ritmo progresivo de suspense, esa es la clave. Ojalá lo hayamos logrado.
El BESO DE TOSCA. Vicente Garrido/Nieves Abarca. (Ediciones B) ISBN: 978-84-66663-01-4